La psicología ruso- soviética

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de los conocimientos aportados por la psicología introspectiva de la conciencia y los resultados experimentales de la psicología conductista (la que concebía la conducta como un conjunto de reacciones carente de todo contenido psíquico). Este nuevo fracaso teórico no fue impedimento para que la psicología ruso-soviética se enriqueciera en este período con la elaboración fecunda de los grandes temas de la sensación, la percepción, la memoria y las capacidades.

Un tercer período de la psicología soviética está personificado en la figura de Lev Vigotsky, psicólogo que desarrollo la psicología, y la reestructuro aportándole métodos objetivos y científicos para abordar el estudio de la conciencia humana sobre la base del materialismo dialéctico y la filosofía marxista. Una de sus obras fue delinear un camino único para el estudio del psiquismo.

Dos hipótesis básicas presidieron la labor teórica y experimental de Vigotsky: 1) las funciones psíquicas humanas son de carácter mediatizado; lo que quiere decir que todas las funciones psíquicas superiores, presentan un rasgo común: son procesos mediatos, es decir, incluyen en su estructura, como parte central y básica del proceso en su conjunto, el uso del signo como instrumento de orientación y dirección de los procesos psíquicos

2) los procesos interiores intelectuales provienen de una actividad inicialmente externa. Este hecho demuestra el origen social de la nueva estructura. Ella no nace del interior de la psiquis, no es inventada de algún modo esotérico, sino que nace necesariamente de las formas sociales de comunicación, que en el hombre están siempre mediatizadas.

En la historia de esta psicología prosiguieron Leontiev, A. R. Luria, P. Y. Galperin y sus colaboradores, desarrollando la concepción del proceso de interiorización –al que Vigotsky llamo “reversión”– mecanismo mediante el cual nuestra actividad psíquica interna se forma de nuestra actividad material externa.

En el libro de Galperin, traducido al castellano con el título de Introducción a la psicología, un enfoque dialéctico (1979) se dilucida este tema crucial para muchas ciencias que aún no tiene precisado su campo de acción y se demuestra que es territorio exclusivo de la psicología el estudio de la actividad orientadora en todas sus manifestaciones concretas. Esta actividad orientadora, surge y se desarrolla cuando aparece por exigencias del trabajo social y la consecuente introducción de sistemas de comunicación basados en la palabra como segundo sistema de señal de la realidad exterior, el nivel psicológico.

Un solo ejemplo basto para poner de manifiesto la significación de esta postulación de la psicología soviética: el formidable experimento psicológico natural que se llevó a cabo y que consistió en la educación reglada con estos conocimientos psicológicos de un gran número de niños ciego-sordo-mudos. Esta sorprendente experiencia culminó, ya en la década del 80, con la obtención, por parte de cuatro jóvenes ciego- sordo-mudos, del título de psicólogos egresados de la facultad de psicología de la Universidad de Lomonosov.

Posteriormente la dirección de estas investigaciones se orientó a conocer la intimidad de los procesos de recepción, procesamiento y almacenamiento de la información, como así también el de la toma de decisiones y de la regulación psíquica de las acciones directrices. Esta perspectiva, puso el énfasis en la faceta humanista colocándola en primer plano, pues estas investigaciones se orientan teniendo en cuenta en primer lugar al hombre, en oposición a las concepciones maquinocéntricas que priman en la psicología comportamental de occidente.

Por todo lo anterior se puede decir que esta psicología aporto los principios, encamino y evoluciono a la ciencia en el estudio de la conciencia y actos humanos mediante la experimentación y el conocimiento científico, basándose en un sistema económico, político social.