Lo que Colombia necesita.

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Un Estado cada día menos querido y creído por el pueblo, pero conformado por unas elites que en épocas de elecciones con argumentos, con dinero o con elementos materiales logran que la clase menos favorecida y a quienes convirtieron en mendigos a cambio de un tamal, una teja, un bulto de cemento o una cantidad de dinero les de su aval para mantenerse y perpetuarse en ese pedestal de seres superiores que se han creído generación tras generación, pues es costumbre en Colombia que para hacer parte de esas huestes del poder se debe ser hijo el Doctor expresidente, exgobernador, exalcalde y para mantener esta situación de ese tamaño lo último que promueven en realidad es una educación verdadera y de calidad, momento en quienes de una u otra manera hemos tenido la oportunidad de acceder a una formación académica debemos actuar, y compartir el conocimiento y el pensamiento con aquellos que son manipulados año tras año, para tratar de hacerlos despertar y entender que el poder es de ellos, que el poder es nuestro y que no o hemos querido utilizar.

Vemos como los Gobernantes cuando inauguran obras, llevan consigo un grupo de aduladores y comités de aplausos que gritan vivas y gracias, gracias por construirnos esta escuela (cuando las construyen) gracias por pavimentarnos la cuadra, gracias por regalarnos el mercado. Como si eso lo hicieran con su dinero o porque son muy buenos, cuando eso es una obligación y para eso fue que los eligieron, cuando ese es el deber ser, y si no lo hicieran deberíamos pedir su revocatoria, la cual hasta el momento no hemos podido en Colombia luego de 24 años de la Constitución de 1991, lograr aplicarle a un mandatario, y no es que el pueblo no haya realizado la terea, es que desde la misma promulgación de la herramienta la hicieron de tal forma que lograr el éxito en una consulta fuese sino imposible sino un tarea titánica.

En nuestro estado se ha puesto de moda que estando instaurado la separación de poderes que es un deber ser de la cosas, aquellos funcionarios elegidos para una función de control o de aplicación de la justicia, se están dedicando a aprovecharse de su investidura para hacer campañas políticas, cuando deberían estar es garantizando el sagrado acceso a la justicia de los ciudadanos, controlando la conducta de publica de los funcionarios o el manejo pulcro del erario público, garantizando el goce de los derechos humanos a sus conciudadanos y esto es lo último a lo que realmente se dedican, da tristeza como para que procesos judiciales o administrativos se desarrollen existen abogados o profesionales especializados en hacer lobby ante los juzgados, o ante los entes de investigación.

Siguiendo el tema del manejo pernicioso de uno de los derechos luego de la vida y la salud más importante como lo es la justicia, la cual se convierte en una de los principales soportes de la tan anhelada paz por parte de los colombianos, este siendo llevada de una manera tan politizada y corrompida que a altos funcionarios de esta rama, luego de demostrarle actos de corrupción no sea posible destituirle ni obligarlo a retirase de esa función y sencillamente diga “Yo sigo aquí porque no soy el único que ha recibido (...)”

Se viene cocinando una reforma al estatuto tributario, y aunque nuestro flamante presidente prometió en su campaña que impondría nuevos tributos a los colombianos, el aumento desmesurado en el porcentaje de algunos de los ya existentes y la disminución de la tasa y la disminución de lavase gravable aumentara las tributos recaudados por el estado y golpeara aún más la ya casi destruida economía de la clase media y trabajadora en Colombia, donde el primer mandatario del país está solo esperando la votación de sus mu cacaraqueado plebiscito, donde pedirá a los colombianos su apoyo con el sí a lo Pactado en los diálogos en el proceso de negociación con el grupo terrorista de las FARC, para lo cual el gobierno deberá incrementar de nuevo y en un inmenso porcentaje el recaudo tributario a los nacionales, pues en bien sabido a pesar del deseo del Presidente de ocultarlo, tendrá para los nacidos en la tierra del sagrado corazón de Jesús un costo económico inimaginable, con la esperanza de alcanzar la tan anhelada paz, que se nos ha vendido la idea que al pactar un cese definitivo de las actividades de la guerrilla de las FARC se alcanzara en nuestro territorio, dejando a un lado la verdad que de los males que afectan a la sociedad colombiana este es uno de los menos graves, que mientras no exista una verdadera justicia social en Colombia, el espacio que deje este grupo armado ilegal será ocupado por otros grupos descontentos con la manera en que es administrado nuestro país.

De aquí uno de los puntos en que el autor del ensayo comentado puede afirmar que el nuestro es por un lado un Estado que no existe en lo absoluto mientras que por otro lado es un Estado que existe infinitamente.

En los últimos días pudimos presenciar como una mujer colombiana moría en la entrada de una clínica esperando ser atendida, y el estado a través de su Gobierno no se hizo presente para garantizarle a esta mujer Q.E.P.D su derecho a la salud y a la vida. Pero en el caso del señor vicepresidente por tratarse de uno de los miembros de la clase privilegiada de Colombia fue atendido ante un desmayo y posteriormente operado de urgencia y satisfactoriamente ya se encuentra en su carrera o campaña presidencial con dineros públicos que descaradamente ni se preocupan por disimular.

No es la organización lo que falla, sino quienes se han apoderado de esa organización y la manejan como un negocio particular y personal, son los hijos de los hijos, de los hijos de quienes iniciaron este maremágnum de Estado, maremágnum que han sabido utilizar por 2 siglos para lucro personal y familiar, para lo cual no les ha importado si tienen que engañar, mentir, traicionar e incluso matar a quien de otras estirpe ose tratar de ingresar a su elite, como ejemplo podeos colocar al tristemente célebre capo del narcotráfico Pablo Escobar quien mientras estuvo lejos de intenciones políticas no fue atacado incluso grandes personajes de la política regional y nacional disfrutaban de su amistad, pero tan pronto ingreso a la contienda política fue atacado y según muchos de los que fueron en otrora sus amigos, desenmascarado como el delincuente que fue. Hasta ser abatido.

Ahí de quien se atreva a cuestionar el actuar de estos personajes, que conforman o más bien son dueños de las ramas del poder público, si se atreviese alguien a desautorizar públicamente una de las sucia actuaciones que realizan continuamente los Magistrados de las altas cortes, terminara con un prontuario de acusaciones de las que difícilmente podrá escapase con un fallo absolutorio, o peor