Los cambios referente en la edad con el sistema inmune contribuye a aumentar la susceptibilidad en personas mayores a enfermedades por infección, fracaso en vacunas y posiblemente autoinmunidad y cáncer.
Enviado por Helena • 20 de Junio de 2018 • 2.965 Palabras (12 Páginas) • 654 Visitas
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A demás de infecciones latentes y crónicas, la inmunoescencia prematura puede también estar causada por otras fuentes de antígenos de estrés crónico, como lo son los antígenos cancerígenos y los aloantígenos.
Linfocitos B
El envejecimiento está acompañado con cambios importantes en todos los compartimientos de las células B y como consecuencia en todas las funciones humorales del sistema inmune. Mientras las células B periféricas no disminuyen en cantidad con la edad, la composición de su compartimiento sí. Al igual que el pool de las células T, el pool de las células B periféricas está lleno de células de memoria con experiencia antigénica a expensas del desplazamiento de células B nativas. El porcentaje de células B nativas, las cuales están definidas por la ausencia de CD27, están significativamente reducida en individuos adultos mayores. En contraste, células B de memoria que presentan una disminución en la susceptibilidad a la apoptosis acumuladas en personas mayores, conllevan a una expansión clonal de ciertas especies de células B. Esta expansión limita la diversidad celular e influencia la respuestas a vacunas en personas mayores. Aunque los niveles de inmunoglobulinas séricas se encuentran en cantidades normales durante el envejecimiento, los anticuerpos generados en personas viejas presentan una baja afinidad ya que se da un cambio entre los isotipos antigénicos de IgG a IgM.
La interacción con otras células inmunes es importante para la activación de las células B y producción de anticuerpos. Es por ello, que las diferencias relacionadas con la edad en los compartimientos de las células B son el resultado de la combinación de defectos intrínsecos relacionados con la edad en la generación y maduración de células B, y las interacciones no reguladas con otros tipos celulares del sistema inmune. De importancia particular, las células B de personas mayores son 70% menos estimuladas por las células dendríticas que las células B de individuos más jóvenes, sugiriendo una perdida en la función de estas células B como resultado de una disminución en la expresión de moléculas co-estimuladoras, como lo es el CD40 o el CD27. Por lo anteriormente descrito, células T CD4+ envejecidas producen poca cantidad de IL-2 y expresan muy poco CD40L, lo cual es importante para la interacción entre células B y células T, ocasionando una ayuda deficiente sobre las células B por parte de las células T y defectos en la producción de anticuerpos por parte de esta disminución de IL-2. Como consecuencia a todo esto, se produce un reducción en la expansión y diferenciación de células B en respuesta a antígenos y una baja producción de anticuerpos
Envejecimiento en el sistema inmune innato
El sistema inmune innato representa la primera línea de defensa del hospedador y provee las bases para una respuesta adecuada frente a un patógeno. El envejecimiento esta frecuentemente relacionado con una disminución en la función de barreras epiteliales de la piel, pulmones y tracto gastrointestinal, el cual impide en condiciones normales que agentes patógenos invadan el tejido mucoso.
A demás de células fagocíticas (neutrofilos, monocitos, macrófagos) y Natural Killers, mediadores solubles como las citoquinas, hormonas y/o radicales de oxigeno libres son también importantes para el sistema inmune innato. Concentraciones elevadas en plasma de IL-6, IL-1β y Factor de Necrosis Tumoral Alpha (TNFα) han sido descritos en la población mayor y son considerados como marcadores de discapacidad funcional, fragilidad y mortalidad. Se ha pensado que estos factores contribuyen a una estimulación continua de por vida del sistema inmune, ocasionando un estado inflamatorio subclínico llamado inflamación del envejecimiento. Esta inflamación crónica provoca el desarrollo y progresión de enfermedades relacionadas con la edad, como: osteoporosis, degeneración neural y ateroesclerosis. Estas inflamaciones subclinicas pueden ser causadas por estimulación crónica del sistema inmune innato por productos de degradación y/o por la inhabilidad parcial del sistema inmune envejecido de eliminar ciertos patógenos.
Neutrófilos
Los Neutrófilos son células de vida corta que juegan un papel importante en la defensa del hospedador tanto para infecciones bacterianas como micóticas. El numero de Neutrófilos en sangre y precursores Neutrofílicos en médula ósea están bien preservados en personas mayores sanas. Los Neutrofilos son reclutados de la sangre periférica a través de factores quimiotácticos producidos en la zona de la infección. Esto incluye adhesión a células vasculares endoteliales y migración al tejido afectado. Tanto la quimiotaxis como la adhesión no se ven alterados con el envejecimiento, aunque se ha observado que la fagocitosis de bacterias opsonizadas se ve significativamente reducida. Llama la atención que bacterias no opsonizadas ocurre de la misma manera tanto en personas jóvenes como en personas mayores, lo cual sugiere que receptores de reconocimiento innato de componentes bacterianos (como lo son receptores CD14) no se encuentran afectados con el envejecimiento pero los receptores CD16 si se encuentran significativamente reducidos. Adicionalmente, receptores FC mediadores de la producción de superóxido están sumamente reducidos en personas mayores.
Macrófagos
La función de los Macrófagos es de sensores de patógenos y juegan un papel importante en iniciación de respuestas inflamatorias, eliminación de patógenos, regulación de la respuesta inmune adaptativa y reparación de tejido dañado. Pueden actuar por varios mecanismos: directamente destruyendo patógenos invasivos o células tumorales o de forma indirecta, liberando mediadores (IL-1, TNFα) que puedan activar otras células inflamatorias. Adicionalmente, son capaces de procesar antígenos y presentar péptidos a las células T. El envejecimiento del individuo ocasiona en la población de Macrófagos una disminución en las moléculas MHC clase II, lo cual contribuye con una respuesta pobre de las células T CD4+.
El número de Monocitos sanguíneos en personas mayores son similares con la cantidad presente en personas jóvenes. A pesar de esto, hay una disminución significativa en los precursores de Macrófagos como Macrófagos en medula ósea en personas mayores.
Se ha observado que la habilidad fagocitica de los Macrófagos en personas mayores disminuye paralelamente con una disminución en los niveles de derivados de Macrófagos, como: MIP-1α, MIP-1β, MIP-2 y eotaxina.
Células
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