Los celos cuando son furiosos, producen más crímenes que el interés y la ambición
Enviado por Sara • 29 de Octubre de 2018 • 1.520 Palabras (7 Páginas) • 330 Visitas
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Esta es la debilidad que Yago explota, haciendo que Casio se emborrache y termine en un conflicto físico con Rodrigo. Segundo, tiene demasiada debilidad por las mujeres.
“¡La joya de la nave ya está en tierra! ¡De rodillas ante ella, varones de Chipre! (se dirige a Desdémona) Salud, señora mía, y que la gracia sea contigo, enfrente de ti y detrás, en cada mano tuya y a tu alrededor.” (Pag. 55)
Esto también molesta a Yago, ya que la osadía de Casio llega a tal punto de besar a Emilia al frente de su marido, lo cual no es una buena idea. Pero esto se vuelve en contra de Casio al final, ya que su carisma ayuda a que Otelo se convenza de que Casio ha estado en la intimidad con Desdémona. Dos aspectos que podría haber evitado para que esta obra no terminara en tragedia.
En segundo lugar me referiré a Emilia, genera una relación cercana con Desdémona. Ambas tienen vidas maritales diferentes: la vida amarga que soporta la primera en su matrimonio con Yago contrasta con la unión -temporalmente- idílica de la segunda.
El único acto deshonesto de Emilia hacia Desdémona (robarle su pañuelo especial) tiene consecuencias devastadoras.
“(Recogiendo el pañuelo) Que alegría encontrar este pañuelo. Es su primer recuerdo del moro, y mi esposo, porfiado como es, me ha incitado un centenar de veces a robarlo. Pero ella atesora tanto la prenda –pues él le rogo que la conservara-, que siempre la lleva consigo, para besuquearla y musitarle cosas… ¡Me la llevo ahora, para dársela a Yago! Sale el cielo para que la quiere. Yo me limito a complacer sus caprichos.” (Pag. 105)
La pérdida de ese pañuelo es lo que convence a Otelo de que Desdémona es culpable de infidelidad, y de que el pequeño robo de Emilia termina causando la muerte de su amiga, en la última parte.
Por último Otelo, atribuimos la capacidad destructiva de Otelo, a su determinación de castigar a Desdémona por haberlo engañado, está enraizada en la ira que siente porque las acciones inmorales de su mujer lo han perjudicado. Siendo Yago quien lo persuade fácilmente de que Desdémona se cansó de él y ahora quiere a otro hombre. Podríamos considerar la posibilidad de que Otelo comience a absorber las actitudes racistas que lo rodean en Venecia. En otras palabras, Otelo comienza a creer que él no es lo suficientemente bueno para Desdémona porque es negro, pero el error fatal que comete el moro es jamás detenerse y darse cuenta que se está destruyendo a sí mismo y que ya no es el mismo general que era al comienzo de la historia, provocando así, a causa de los celos, su propia muerte y la de su esposa.
Esa psicología diferenciada en esta obra se extiende a todos estos otros personajes; cada uno es una entidad capaz de desbordar el relato, por acción u omisión, por manipuleo o sumisión. Ahí lo tenemos a Casio, que ha “perdido la parte inmortal” de su ser al perder la honra; a Otelo, cuya ingenuidad lo lleva al crimen y al suicidio; a Brabancio, cuyo bien más preciado es el honor, y lo tenemos, sobre todo, a Yago, que no escatima inteligencia y maldad para hacer “la red que atrape a todos”.
Es humanista en Shakespeare no sólo el carácter psicológico (intrínseco de la obra), sino también, por lo visto, el desencadenamiento de hechos que son producto nada más que de acciones humanas. Otelo es víctima no de rayos o pestes divinas, sino de las artimañas de su propio subalterno; logra verse envuelto en la intriga cuando ya había asesinado a Desdémona por presunta infidelidad, y se suicida. Este general moro encarna al hombre moderno, que, secularizado, sólo puede recurrir a sí mismo o a sus pares para salvarse del caos.
En lo entretenida que ha resultado la lectura de Otelo. Esta obra sigue perfectamente las pautas de un drama. Los momentos de tensión o clímax y los momentos de distensión están perfectamente marcados a lo largo de toda la trama. Los celos, vieja pasión que sin pedir permiso se adueña de las almas de los enamorados, quien no habría de reflexionar en forma sincera y consciente ante la realidad que muestra la trágica historia de un Otelo segado por las mentiras de Yago.
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