Luego de revisar el objeto de estudio de la didáctica podemos enfocar en el aspecto que consideramos central: la enseñanza.

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Consideramos que en el transcurso de la película se puede distinguir la presencia de los dos enfoques presentados por Feldman, el técnico y el práctico.

El enfoque técnico se observa, fundamentalmente, en escenas que involucran a la directora de la escuela, Carol Dearden, y a sus superiores, en las cuales se ve, claramente, la confianza depositada en los modelos de enseñanza, en los diseños curriculares y programas de mejora previamente trazados.

Cuando el profesor Barthes se reúne con la directora antes de comenzar su primer día de clases en la escuela, ella le manifiesta que se va a encontrar con alumnos que tienen un rendimiento académico mucho menor al esperado y que él debe mejorar esa situación. Para ello, se debe concentrar en enseñar el currículum. “Enseñar el currículum es lo más importante”.

Otra escena que da cuentas del enfoque técnico transcurre en el auditorio de la escuela, donde la directora y un especialista pretenden presentar a los docentes un nuevo sistema de trabajo diseñado para aumentar el rendimiento de los alumnos en el distrito, bajo el lema “Ningún chico debe quedarse atrás”. Con esa receta mágica y los materiales que les proporciona, los docentes lograrán preparar a los alumnos para que obtengan mejores resultados en los exámenes del distrito.

Respecto del enfoque práctico, podemos decir que lo observamos, fundamentalmente, en las escenas en que Barthes desarrolla sus clases o bien, cuando reflexiona frente a la cámara acerca de lo que ocurre en el aula.

Aún cuando la directora le solicita explícitamente que se concentre en enseñar el currículum, Barthes comprende que, por momentos esa tarea, es totalmente imposible. Como manifiesta en una de sus reflexiones, muchas veces resulta difícil llevar adelante la clase porque los alumnos no tienen capacidad de concentración, están aburridos; no creen que el docente pueda tener algo significativo que compartir.

Por eso trata de conectar con alumnos, de vincularse con ellos; busca intervenir en los conflictos que se producen dentro del aula para luego utilizarlos como disparador. Por ejemplo, partiendo del acoso verbal que recibe una alumna por parte de sus compañeros por ser gorda, Barthes intenta que comprendan que esto es producto del constante bombardeo que reciben desde los medios de comunicación para fomentar el consumo. Que están absorbiendo constantemente y creyendo cosas que no son ciertas -como que para ser feliz hay que ser bonita, flaca o vestirse a la moda- y que la única forma en que pueden defenderse de esto es leyendo, cultivando sus mentes, su imaginación. Así logra avanzar con el currículum de su clase de Literatura.

Consideramos que el hecho de que el enfoque técnico se visualice, principalmente, en los directivos y el enfoque práctico en el docente no es casualidad. Es propio de la posición que ocupan dentro de la institución o del sistema educativo en general, coincidiendo con Feldman cuando expresa que cada modalidad corresponde a un ámbito distinto de la acción humana. Es lógico que los directivos, que tienen una mirada más macro sobre el sistema educativo o sobre la institución (en el caso de la directora), busquen implementar modelos que permitan mejorar la situación académica de los alumnos en general. Y que el docente, en cambio, se concentre en lo que ocurre dentro de su salón de clases y contemple las características particulares de sus alumnos, para poder compatibilizar medios y fines y llevar la clase adelante de la mejor manera posible.