MI HISTORIA DEL ODIO EL AMOR

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Pasaron varios días y las cosas cambiaban, él nuevamente se acercaba a mí. Pasaron 22 días y llegó el momento más esperado para mí, él me dijo…

-Quiero hacerte saber que desde hace mucho tiempo ¡me gustas! No te había comentado nada porque tenía miedo de que me rechazaras, pero últimamente me he dado cuenta que lo que siento por ti es correspondido y quiero pedirte que seas mi novia…

Rápidamente respondí –Sí, Josué. Si quiero ser tu novia…

Terminamos la prepa y nosotros seguíamos juntos. Llegaron las fiestas decembrinas y nuestra relación era perfecta; como un cuento de Disney.

Pasaron los días y llego el día de San Valentín, fue un día muy bonito a su lado de esos días que jamás se olvidan.

Por cosas de la vida, terminamos con nuestra relación; un día me llego la noticia de que a Josué le había ocurrido un accidente y se encontraba muy grave en el hospital, yo me alarme mucho pues de alguna manera yo lo seguía queriendo como en un principio. Fui a visitarlo al hospital pero su familia no me permitió entrar a verlo, salió del hospital fue cuando me dispuse a ir a su casa a visitarlo; pidiendo a Dios, que en esta ocasión si me permitieran verlo. Afortunadamente su familia si me permitió verlo. Entre y estaba sentado, lo salude con un beso en la mejilla; mientras su Papá dijo – ¡sólo te escucho y se levanto!

En ese instante mi corazón se estremeció. Pues no creo que por nada su papa haya dicho eso. Pero al mismo tiempo me dolió mucho verlo en esa situación y no saber de qué forma ayudarlo.

Así pasaron los días y yo seguía visitándolo. Por obra del destino él me dijo -¿Quieres volver a ser mi novia? Y como yo seguía enamorada de él, mi respuesta fue – Sí…

Desafortunamente fue entonces cuando empezaron a surgir los problemas entre él y yo. De cierta forma en un momento llegué a pensar que sólo le interesaba económicamente. Pues más de 5 veces me pidió dinero para sus consultas, análisis, radiografías y medicamentos. Esta situación llego a tal grado que un día su mamá me dijo –Brenda, el terapeuta de Josué me dijo que ocupaba una silla de ruedas para que él, pueda andar por si sólo, sabes que no tenemos dinero; ¿la podrías comprar tú? –Sí señora, yo veré la forma de poder conseguir dinero y comprársela a Josué…

Esa fue mi respuesta, porque realmente lo que yo quería era que Josué estuviera bien sin importar el dinero que gastara en él.

En varias ocasiones sucedió lo mismo; un día me senté en la mesa de mi casa, hice cuentas de todo lo que debía y llegue a la cifra de $ 53,000 pesos. Eso era lo que había gastado en Josué, desde su accidente.

Muchas personas me decían que eso no estaba bien, pero mi hermana me dijo –Hazlo y no te preguntes si algún día recibirás algo a cambio, sólo hazlo y no preguntes ¿Por qué? Entonces me hizo reflexionar y seguí ahí; procurando a Josué en cada momento.

Con el paso del tiempo, tuvimos problemas como toda pareja, entre esos problemas, un día que Josué y yo estábamos muy enfadados y casi por terminar nuestra relación; nos agredimos verbalmente a tal grado que con eso Josué pudo sacar todo su enojo diciéndome lo que seguramente siempre el quiso tener guardado para toda su vida; él me dijo –Desde mi accidente yo y mi familia te vimos como una solución a nuestros problemas económicos. Al oír eso, yo me desmorone en mil pedazos, pues tontamente yo siempre creí que los dos nos amábamos y que nuestro amor duraría mucho tiempo, casi tanto como una eternidad.

Han pasado ya algunos meses y aún sigo enamorada de Josué como el primer día. Lo que realmente quisiera saber es ¿Cómo y cuándo? terminara mi historia con este gran amor que siento por él.