Usualmente en toda historia de amor hay un héroe y una damisela en apuros que necesite ser salvada, esto abre paso al héroe para salvarla cada vez que lo requiera y que sea necesaria su presencia en la vida de la dama, pero...
Enviado por monto2435 • 18 de Noviembre de 2017 • 3.121 Palabras (13 Páginas) • 659 Visitas
...
Era difícil para mí, estar a veces en casa debido al aura de amor y felicidad que rodeaba a las tres parejas en mi familia, era la única que no tiene un compañero, todos en mi familia se preocupaban por mí en ese sentido, pero simplemente no había encontrado a alguien que me hiciera salir de ese hoyo negro en el que estaba
Todos nos inscribiríamos en el instituto de la ciudad, otro tedioso año en la escuela, a mi pensar, no había nada más odioso que tener que asistir nuevamente al instituto, no había nada que los profesores pudieran enseñarle a alguien que había sacado dos títulos de medicina en Harvard, otra vez regresar a la monotonía de las clases y los fastidiosos estudiantes que andaban en busca de una conquista, claro que no sabían lo que éramos, se sentían atraídos a mí y a mis hermanas debido a nuestra belleza, pero al estar cerca su instinto de protección los alertaba que éramos peligrosas asique todos solían guardar cierta distancia hacia nosotros lo que les convenía, jamás habíamos asesinado a algún estudiante, pero los accidentes pueden ocurrir asique es mejor prevenir, además nosotros no solíamos sociabilizar con los demás estudiantes de los centros educativos a los que asistíamos, es mejor estar lejos de la tentación
Llegué al instituto con debía hacer siempre, y cuando estaba bajando del auto con Julie se nos acercó un chico, su caminar y su postura eran las de un chico que se sabía bien parecido, nos miró a ambas y luego hablo
-¿son nuevas en el instituto? – Ambas asentimos cautelosamente, él nos miró y sonrió, en sus ojos pude ver brillar la esperanza
- Mi nombre es Brent, el capitán del equipo de futbol americano- dijo orgullosos de si, y levanto sus pulgares, señalándose, pude observar como flexionaba sus brazos para que los músculos se tensaran y resaltaran. Rodé los ojos mentalmente ante su acción. –Vienen solas- nos preguntó tentativamente
Sonreí al ver su esperanza en nuestra afirmación, lo que el interpreto como una afirmación y me sonrió en respuesta, mientras tanto, los demás llegaron y se reunieron con nosotras, los chicos se acercaron, ya que habían oído la pregunta que el chico había hecho, le respondieron
-No, están con nosotros- dijo Louis, envolviendo posesivamente a Julie de la cintura con un brazo
Pude observar un atisbo de decepción en su rostro, pero luego recordó mi presencia y se giró hacia mí, Ben al verlo, repitió la acción de Louis y le sonrió petulantemente, Brent aun así no borró su sonrisa
-Ya que todos son nuevos, venía a invitarlos a una fiesta- Nos entregó un volante de color neón donde estaba impresa la hora, el día y el lugar de la fiesta –Espero que puedan asistir- Agregó con una sonrisa torcida
Dios, este chico es insistente
Luego de eso se marchó, nadie le dio importancia a eso, cada uno emprendió camino hacia sus clases, yo tenía algebra asique me prepare mentalmente para soportar al profesor y entre al salón, justo detrás de mi entro ese chico, Brent, acompañado de otro chico, no tan musculoso, pero de apariencia atlética, cabello castaño, ojos ambarinos y piel olivácea casi de mi tono, Brent al verme sonrió y le susurró algo al otro chico a lo que él solo rodó los ojos, luego se acercaron a mí, que ya estaba sentada en mi lugar esperando a que la clase comenzara, les sonreí amablemente cuando llegaron
-No me dijiste tu nombre- Mencionó Brent, el otro chico solo me miró, desvié mi vista hacia él y rápidamente apartó la mirada, enfoque nuevamente mi vista en Brent que aguardaba por una respuesta
-Elizabeth- Dije casualmente, ambos se paralizaron al oír mi voz, dulce, como repique de campanillas, la sonrisa de Brent se ensanchó más aún, si eso es posible y el otro chico me miró fijamente
-Hermoso nombre- Me dijo Brent, luego se giró hacia un lado y se percató de la presencia de su amigo, me miró nuevamente –Te presento a mi amigo Nícolas- dijo señalando al castaño a su lado, el cual solamente sonrió en confirmación
Luego entró el profesor y llamó la atención de todos, los chicos frente a mi parecieron molestos ante esto, y comprendieron que debían tomar sus asientos
-Bueno, espero verte en la fiesta que te mencioné- Me dijo, pude ver brillar en sus ojos la esperanza, decidí que debía parar sus ilusiones
-No creo que pueda asistir- Dije gentilmente y les di una sonrisa de disculpa
-De igual manera, te veré en el instituto- Dijo persistentemente Brent
El maestro los llamó a tomar asiento y ellos sonrieron a modo de disculpa y emprendieron la marcha hacia sus asientos
-Encantado de conocerte- Me susurró Nícolas antes de irse, me dio una sonrisa y tomó rápidamente su lugar
La clase paso sin mayor suceso, era en estos momentos en los que más deseaba poder dormir, otra condición propia de los vampiros, no podemos dormir, no lo necesitamos, desearía en estos momentos poder hacerlo, no para descansar, sino para poder escapar un momento de la realidad, el profesor tenía una voz que invitaba al sueño y su clase era tan aburrida que solamente deseaba que terminase la hora para salir de ahí
Cuando la clase terminó salí rápidamente sin darle tiempo a ninguno de los dos chicos con los que hable en clase de alcanzarme, me dirigí al baño, saqué mi paquete de lentillas y noté que las que tenía puestas estaban a punto de desintegrarse asique me las cambié rápidamente, ¿Por qué uso lentillas? Bueno, no creo que los estudiantes con los que me encontraría día a día creyeran que yo era normal si observaban mis ojos color carmesí, usaba lentillas negras, era la mejor opción para ocultar el color de mis ojos, debía colocarme unas nuevas ya que el veneno existente en mi sistema las desintegraba como un ácido, después de colocarme mis lentillas nuevas salí del baño y me dirigí a la cafetería para reunirme con mis hermanos, esta estaba casi vacía y ellos no se veían por ninguna parte así que me senté en una mesa un poco apartada y saque mi celular y mis audífonos para escuchar música en lo que esperaba
Giré mi cabeza hacia la derecha y observe al castaño de la clase de algebra, Nícolas, me miró fijamente unos segundos, luego se levantó y se acercó a mí, cuando llegó donde yo estaba, tuve que luchar para contenerme, no había cazado desde hacía días y el olía particularmente irresistible
...