MONOGRAFÍA ESTADO SOCIEDAD Y DERECHO
Enviado por karlo • 26 de Abril de 2018 • 19.366 Palabras (78 Páginas) • 311 Visitas
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En cuanto a la estructura del trabajo, éste ha sido dividido en tres capítulos, cada uno de los cuales está enfocado a un punto específico. De esta manera, en el Capítulo primero trato todo lo relacionado a la figura del Estado, tanto en sus aspectos históricos como también respecto a las teorías que lo explican. En el capítulo segundo analizo el tema de la sociedad humana a partir de su interrelación con el concepto Estado y ya, en el capítulo tercero, me dedico a ventila el tema del Derecho pero siempre dentro de ese marco rector que es el Estado como paradigma.
La Autora
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CAPÍTULO PRIMERO
EL ESTADO: FUNDAMENTOS Y ELEMENTOS
- INTRODUCCIÓN: ORÍGENES DE LA PALABRA ESTADO
Los griegos no poseyeron, en realidad, un vocablo cuya significación expresase, de modo preciso, la relación en que se encontraban los territorios de la Hélade respecto de sus habitantes. Por analogía podemos, sin embargo, decir, que a la organización jurídica de una comunidad que hoy nosotros denominamos Estado, ellos designaban polis, concepto este que era idéntico al de ciudad. Es por ello que toda especulación doctrinaria acerca del Estado no era para los griegos sino un conjunto de afirmaciones en torno a la organización de la ciudad. En forma análoga, los romanos denominaron originariamente civitas a la ciudad-Estado. Pero tomando, más tarde, como objeto de la consideración filosófica también a la comunidad de individuos, usaron la designación de res publica para expresar con ella "la cosa común", es decir, lo que jurídicamente correspondía al conjunto defunciones y de bienes pertenecientes a todos los ciudadanos. Más tarde usaron esta última denominación para expresar a la comunidad política misma.
El proceso de expansión territorial de Roma, operado sobre casi todo el mundo occidental entonces conocido, produjo también, aunque en modo imperfecto, una concomitante transformación conceptual en la terminología jurídico-estatal. Usáronse así los términos de res publica primero y de imperium después, no para expresar al Estado romano mismo, sino para designar al poder de mando. Paralelamente reserváronse las expresiones de populus y gens para denominar ya al pueblo todo, ya a un conjunto de familias integrantes del pueblo.
No obstante estas denominaciones usuales, Ulpiano y Aurelio Víctor emplearon respectivamente los términos status reipublicae y status romanus para referirse al Estado romano considerado como entidad jurídico-política.
Durante la Edad Media no existió, tampoco, un vocablo que expresase, en modo general, la significación jurídica del Estado. Pues las denominaciones de civitas, lana, terrae y burg, empleadas a partirle la consolidación del poder feudal en Europa, representaron una traslación restrictiva de la significación romana evolucionada, al elemento puramente territorial del Estado.
Por otra parte, las palabras de origen latino regno e imperio, usadas, sobre todo, a partir de la creación en el año 962 del Sacro Imperio Romano Germánico, para designar a las grandes unidades jurídico-políticas estructuradas bajo el sistema monárquico-feudal, contrastaban con el significado político de otras formas de organización estatal, tales como el régimen comunal adoptado por las ciudades italianas de Florencia, Venecia, Génova, etcétera, y resultaban, por ello, inaplicables en forma genérica[1].
Ya en los comienzos del siglo XV fue generalizándose en Italia la necesidad de una palabra que incluyese en su significación la estructura total del Estado y abarcase, omnicomprensivamente, a los elementos constitutivos a los cuales entonces se atribuía mayor relevancia; esto es: la organización de la ciudad como entidad jurídico-política y su gobierno constituido.
Aparecen así las denominaciones concretas de Stato de Firenze, Stato de Génova, etcétera, en las cuales la significación del vocablo stato es, posiblemente, la que corresponde a la "constitución" (status) o estatuto jurídico.
La generalización del término dio origen, paralelamente, a la generalización de su significado. La expresión lo stato comenzó así a emplearse para designar en abstracto a toda organización jurídico-política y a su forma de gobierno, sea ésta de tipo monárquico o de tipo republicano (comunal popular). La adopción de la idea de Estado en este sentido, adviértase claramente ya, por vez primera, en la obra el Príncipe de Maquiavelo.
Posteriormente, a fines del siglo XVI, Bodin emplea la palabra republique para referirse al Estado en general, reservando el vocablo Estat para aludir a una forma del Estado (Estado aristocrático o Estado popular). Hay aquí, pues, una nueva transformación del esquema significativo. Esta diferencia conceptual tiene, sin embargo, un fundamento histórico, ya que en Francia veníase usando el término estat desde el siglo XIII como expresivo de determinado grupo social. En efecto: los reyes de Francia habían pedido muchas veces su opinión sobre asuntos públicos al clero o a la nobleza, cuyas respectivas organizaciones eran consideradas como "estamentos" o estados sociales. En 1302 Felipe el Hermoso constituyó los "Estados generales", institución de carácter deliberativo, integrada por tres asambleas representativas de los tres Estados —el clero, la nobleza y la burguesía—, que se reunían separadamente pero sin ejercer, ninguna de ellas, funciones legislativas. La institución de los "Estados Generales" tuvo en Francia un pronunciado matiz político ya que la monarquía la usó como un medio para limitar progresivamente los privilegios feudales[2].
En los comienzos del siglo XVII, Lovseau en Francia y Shakespeare en Inglaterra, emplean respectivamente los vocablos état y state, en el sentido amplio que propugnaba Maquiavelo.
En Alemania, en cambio, la significación del término status se mantuvo indeterminada durante el siglo XVII, en tal medida, que se aludía con aquél tanto al Estado en si (status publicus), como a la Corte o a la cámara de los príncipes. Pero, a partir de los últimos decenios del siglo XVIII, se unificó el concepto, designándose con la voz Estado a la estructura total de la comunidad política.
La profusa literatura de los siglos XIX y XX, derivada, por un lado, de la extraordinaria intensificación de las investigaciones científicas y, por otro, del planteo y adopción de múltiples sistemas filosófico-políticos, lejos de unificar la significación de la voz "Estado",
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