Mujer Criminal

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Por otra parte la mujer en la época de la colonia solo tenía 2 opciones: el matrimonio o el convento. Podían, a pesar de todo elegir una de las 2 opciones, pero ambas requerían de dote, y si no tenían capital que aportar se quedaban solteras. Esto era tan importante que se formaron asociaciones, tanto privadas como religiosas, para dotar a doncellas pobres o huérfanas, pues la carencia de dote fomentaba las uniones libres, y por ende, se resquebrajaba la moral.

Las disposiciones en pro de la moral femenina eran estrictas; hay artículos que indican encarcelamiento a los que corrompieran a una mujer virgen y para el que no cumpliera con sus obligaciones matrimoniales tal como lo disponía la Iglesia.

Se luchaba contra el aborto, prohibiéndose la ingesta del remedio que utilizaban para lograrlo; se castigaba con azotes, trasquiladura pública y prisión a las lesbianas; se condenó al incesto, la hechicería y al adulterio también al amancebamiento, la bigamia y los delitos comunes tales como el robo, las riñas, el homicidio, etc.

Se combatió la prostitución, que en parte en Nueva España era tolerada “como mal necesario”, pues en toda ciudad se autorizaban las casas de mancebía o burdeles que eran reglamentados por el Estado. Las prostitutas que ahí trabajaban eran despreciadas y calificadas de rameras, hetairas, mujeres perdidas, etc. No obstante se les consideraba necesarias ya que salvaguardaban la honestidad de las mujeres casadas y la moral de la ciudad.

Las mujeres delincuentes eran juzgadas por el Tribunal de la Real Audiencia en sus salas de la civil y criminal, o por la Santa Inquisición, según el delito de que se tratara. La Real Audiencia enviaba a las mujeres a la cárcel, también real, en donde había un aposento aparte donde las mujeres estaban presas y separadas de la comunicación de los hombres, guardando toda honestidad y recato. Sin embargo la Santa Inquisición remitía a las acusadas a sus propias cárceles las cuales eran 3: la preventiva, donde iban los acusados mientras se iniciaba el proceso; la secreta, donde estaban los procesados que sufrían tormentos para arrancarles acusaciones y retractaciones; y la perpetua, poco frecuentada, pues la mayoría de las sentencias se cumplían públicamente. Las condiciones de dichas cárceles eran infrahumanas. Algunas sentencias dadas por la Santa Inquisición eran:

- Ir a misa con mordaza y una vela verde en mano.

- Pasear por las calles principales de la ciudad con un sambenito.

- Pasear en burro con el torso descubierto, con una vela encendida, con corozo en la cabeza y recibiendo azotes en la espalda.

- Servir en un monasterio u hospital por algunos años.

- Recibir azotes en un acto de fe.

- Ser quemado vivo.

- Ser muerto por garrote vil.

La Santa Inquisición no solo juzgaba los delitos contra la fe sino también la brujería, el curanderismo, las supersticiones y los delitos contra las buenas costumbres, como el adulterio, la incontinencia, la solicitud y la sodomía. Los delitos contra la costumbre pasaron a ser cargo del Estado en el siglo XVIII cuando la Santa Inquisición se desentendió de ellos.

A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, existieron en diversas ciudades de Nueva España unas correccionales privadas, en donde eran encerradas las mujeres de infinita categoría y obligadas a trabajar moliendo y haciendo tortillas desde las 2 de la mañana hasta las 5 de la tarde. A ellas eran enviadas las mujeres que cometían delitos leves y estaban poco tiempo. No requerían de casas especiales ya que la mayoría eran bodegones y atolerías. Uno de los más famosos fue el bodegón de la Chacona a donde enviaban por varios días con fines correctivos a las mujeres que cometían delitos menores.

Las mujeres dementes fueron las más humanamente protegidas, pues desde 1698 hasta 1910 se les dio atención en el hospital del Divino Salvador, fundado por José Sayago, quien empezó a alojar a mujeres enfermas mentales en su propia casa. (Anexo 4)

En el año de 1910, el Presidente de la República Porfirio Díaz, cierra la cárcel de Belén y los hospitales para enfermos mentales para inaugurar la cárcel de Lecumberri y el hospital psiquiátrico de la Castañeda, con pabellones separados para hombres y mujeres y uno para niños, pero fue cerrado en completa decadencia en 1967 al inaugurarse el hospital psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez en Tlalpan, también para hombres y mujeres; en cuanto a atención medica femenina, en la década de los setenta empezaron a funcionar 2 hospitales-granjas en Tepexpan, México. (Anexo 5)

- La Menor Delincuente

Las menores infractoras es el término legal equivalente al de una adolescente con conducta desadaptada en un lenguaje médico-psicológico. La menor infractora comprende una edad desde los 8 hasta los 18 años; dentro de estos límites se encuentran 3 periodos:

- Prepuber o preadolescente, que se refiere a la adolescente en una etapa cronológica que precede al desarrollo de los caracteres sexuales primarios y secundarios.

- Pubertad, como el proceso de maduración hormonal y de crecimiento, comprendida entre los 11 y 13 años, y marca el inicio de la adolescencia.

- Adolescencia, es el resultado de la pubertad, es un proceso psicológico, social y de maduración. Es un periodo de adaptación a los cambios producidos por la pubertad; se comprende entre los 13 y 18 años.

La adolescencia encara una lucha de identidad, normal en esta edad, una lucha generacional que desea dar una respuesta cultural a los planteamientos, una lucha que modifique el autoconcepto de mujer. Son retos entablados en el marco socioeconómico del país, cuyas limitaciones son múltiples; para la mujer disminuye las probabilidades de empleo y educación, porque arrastra el lastre del papel de una mujer sometida, cuya abnegación si es venerada, pero sus demandas abolidas.

El origen de la conflictiva de la menor infractora es múltiple en sus factores. La menor infractora como todo ser humano posee un equipo biológico determinado por condiciones genéricas que le dan un soma y un carácter psicológico definido. Estos constructos de la herencia son afectados por el medio familiar, la economía y la cultura a lo largo de todo el desarrollo del individuo.

1.2.1 Factores Biológicos

El equipo biológico puede ser disminuido en sus potencialidades