PLANETAS.Fue un extraño suceso, todo el proceso es extraño

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Pase entre carros y para ser sincera inclusive algunos altos, ventajas de tener una motocicleta, ágil y rápida.

Vi de lejos la ambulancia y la patrulla, puse el freno y bajé lo más rápido que pude, ni siquiera aseguré la motocicleta y no me importó que cayera al suelo, tampoco me quite el casco, corrí hacia esa calle, un policía me detuvo

-No puede pasar, lo siento- me dijo, ¿cómo se atrevía a hacerme eso? ¿Que no veía que necesitaba asegurarme que estuviera bien? Idiota, pensé.

-Por favor, lo conozco, necesito saber qué está bien, se lo ruego.

El policía me miró de arriba a abajo, supongo que noto mi ansiedad y preocupación, me dejó pasar. Corrí hacia él, ¿Quién demonios era? Todo era real.

Estaba sobre una camilla, los doctores detenían la sangre, tenía los ojos cerrados, cabello oscuro, alto, delgado, cejas gruesas, boca delgada, entonces abrió los ojos, su mirada estaba clavada en mí, ojos color miel, no eran claros pero podía notar a la perfección el color de ellos. Tomo mi mano y la apretó.

-Gracias por despertar.- Murmuró y me lanzo una pequeña sonrisa. ¿Por qué lanza sonrisas? Esta desangrándose, no es momento de sonreír, estúpido. Igual le lance una sonrisa.

Lo subieron a la ambulancia, me dijeron que podía subir con él. Pero les dije que tenía mi moto y que iría siguiéndolos con ella. Tal vez ya no era necesario comprobar nada, pero quería ir con él y preguntarle cómo pasó todo y por qué a mí.

Él sabía que yo era la que lo ayudó, él sabía el motivo. Fui hacia mi motocicleta, el espejo de la derecha estaba hecho trozos por el impacto al caer. Ahora tendría que comprar otro.

Vi la hora, siete y cuarenta y cinco, carajo, se hacía tarde y al día siguiente tendría que ir a clase. Tome la motocicleta y subí en ella, esperé a que la ambulancia partiera y fui detrás de ella y detrás de mí, la patrulla.

Llegaron a urgencias, me senté a esperar y una enfermera se acercó a mí.

-Tranquila, tu amigo estará bien.

-Gracias.

Pensé en qué demonios hacia ahí, ¿amigo? Ni siquiera sé su nombre. Pasaron 45 minutos cuando por fin pude entrar al cuarto.

Estaba recostado con los ojos cerrados. Estaba bien e iba a vivir. Me acerqué, vi que realmente parecía atractivo, pero quite la idea de mi mente, tenía que saber el por qué. Abrió los ojos y clavó la mirada hacia mí.

-Hola.

Me quedé callada, no es que no quisiera contestarle pero era todo tan extraño como para sólo decir hola.

-Apuesto que tienes muchas preguntas, ¿no?

Sólo moví la cabeza para afirmar.

-Bien, te sonará loco pero hace mucho viaje a la India y como era obvio por ser la primera vez y no contratar un guía, me perdí. Llegué a una choza en donde encontré algo así como un gurú, me ofreció agua y algo de comer. Empezó a hablar de cosas de diferentes mundos. Le conté de mi vida, lo cual es muy tonto ya que no lo conocía, pero la sensación de confianza que me daba estar ahí era lo que me hacía hablar de mí. Le pregunté si podría decirme el futuro, él dijo que no era un brujo pero igual tomo mis manos y me miró a los ojos diciendo "En este planeta hay mil planetas, cada persona es un planeta y como la tierra necesita del sol, tu planeta necesita de otros; ahora no lo entiendes, pero todos estos pequeños planetas están conectados, así como una galaxia entera, y cuando estés en peligro tu planeta más fuerte te ayudará, se conectarán y todo funcionará" No entendía nada de eso y tampoco lo creía, eran para mi nada más que tontas palabras. Hasta hoy. Sólo pensé en eso cuando la navaja entro. Entonces me conecté contigo y te hice llegar a mí. Te hice conectarte, hice que tu planeta y el mío se juntarán. ¿Como? No sé, pero lo logré y ahora estoy bien, gracias a ti.

No podía creer lo que decía, pensé que lo estaba inventando. Pase unos minutos tratando de comprender lo que me acababa de decir.

-Esto es muy raro, puede que sea cierto o no, pero supongo que lo aceptaré; me alegro que estés bien y que te haya podido ayudar, tengo que irme.

Me levanté y camine hacia la puerta.

-¡Espera!

Volteé y regrese, realmente esperaba que me detuviera porque para ser sincera no quería irme.

-No quiero perder uno de mis planetas.

Me senté a su lado en silencio y murmure.

-Genial, porque yo tampoco.

¿Qué pasó después? Seguimos en contacto después de eso, puedo decir que es un buen tipo. Atraparon a quien lo apuñaló, resulta que no fue su única víctima, otros tres apuñalados, murieron. Supongo que no todos tienen a sus planetas cerca, me alegro de haber podido hallar al mío.