Por qué esta tan bajo el waterpolo

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“Déjame enseñarte los movimientos básicos” dijo Klatt.

Al menos creo que fue él, no podía escuchar muy bien a través de todos mis jadeos.

Primero, pruebo la posición de bolla. Necesito escoger un lado que me favorezca y codear hacia Klatt para mantenerlo lejos y poder recibir un pase. Sencillo en papel, ridículamente difícil en el agua. Me acerco a él, me gira y estoy debajo del agua. Lo intento otra vez, me empuja y estoy debajo del agua. Lo intento una vez mas, ahora Klatt se apiada de mi y no se mueve del lugar, lo tengo justo donde quiero y Amr lanza el balón. Estoy demasiado cansado y me pasa el balón por encima, algo muy predecible, pues estoy debajo del agua, otra vez.

En este punto ya quiero salir del agua, quiero un masaje, una cerveza y alguien a quien contarle todos mis problemas.

Después viene Bailey, y es mi trabajo defenderlo de la misma manera en que Klatt me humillo. Lo que debo hacer es ponerme por encima de su brazo, tratar de meter su cabeza al agua, hacer lo que sea necesario para detenerlo. Bajo ninguna circunstancia debo dejar que tome el balón, porque si lo hago girara a veces hacia la derecha con un gancho de puta madre, y algunas veces hacia la izquierda, con un sigiloso pero de igual puta madre revés, y disparar el balón hacia la portería sin siquiera voltear a verla.

Se lo que tengo que hacer y estoy listo para intentarlo. Salto a su cabeza y hombros, de la misma manera que una pequeña niña salta a los de su padre cuando quiere que la carguen en la sala. No se mueve, ¿esta esperando su momento?, ¿a caso no me siente en lo absoluto? No, si me siente, lo se porque en cuanto Amr lanza la bola, Bailey rápidamente envuelve su brazo izquierdo en mi cintura, y se estira por la bola con el derecho, y mientras tira en un movimiento fluido pero en dos direcciones, lanza un tiro a la portería y me avienta con la izquierda hacia algún lugar en medio de la alberca. Estoy volando sobre el agua, es lo más rápido que me he movido en el agua. Empiezo a reír, pero solo porque gritar parece muy patético.

“Intentémoslo una vez más” dice, “solo que esta vez no me apiadare de ti”. Ahora si estoy gritando.

Hay otros tipos de peleas y maniobras. Amr deja que me acerque a él, pasa por debajo de mi hombro y tatúa mi pecho con sus pies, se empuja de mi y tira antes de que me dé cuenta de lo que me ocurrió. Klatt me enseña que se siente ser jalado hacia abajo, tres o cuatro veces consecutivas. Kerr me habla sobre como ser un portero, me dice un montón de basura, en ningún momento dijo algo sobre la única cosa sensata que se debe hacer cuando tu cabeza es lo único entre un balón y una red: esto es hundirte y rezar.

Lo mejor fue cuando me enseñaron a tirar. “Es el mismo principio que lanzar un pitch de beisbol” dice Klatt. Y me enseña, hombros girados y usar la cintura para seguir con el tiro, como si estuviera parado en un montículo.

Llega mi turno, simplemente levantar la pelota lo suficiente para tirar es todo un reto. Debo de patear con mis piernas como si estuviera saltando en un escalón que no esta ahí. Es un truco que le juegas a tu cuerpo, le dices que los tobillos duros y unos imponentes muslos son lo mismo que una superficie solida.

Después de tres o cuatro intentos, ya estoy saliendo del agua, muy apenas, pero igual me siento como Poseidón al hacerlo. Tiro cinco veces, dos de ellos lograron llegar a la portería. Uno, mi mejor tiro, fue uno que Kerr dejo pasar. Sé que lo hace solo por hacerme sentir mejor, y se lo agradezco. Y es en este momento que el waterpolo comienza a sentirse como una docena de los otros deportes que he jugado.

“Todos estamos aquí porque nos gustaban otros deportes primero,” dice Klatt. “Jugábamos basquetbol o futbol o lo que sea, pero también podíamos nadar.”

Lo que te atrae a este deporte es lo mismo que cualquier otro, estas tratando de hacer buenas jugadas, anotar goles y ganarle al otro equipo.

Sentados en la orilla de la alberca con los muchachos después de entrenar, y me sorprende lo normal y familiar que es esta escena. Estamos recordando momentos del “juego”, hablando sobre jugadas de mas temprano. Kerr incluso me invito a una carne asada a la que se dirigían todos después. La única diferencia entre esta y las demás escenas después del juego, es que estoy tratando de agarrar todo el aire que pueda y le agradezco a las estrellas por la oportunidad que me dan de estar en tierra otra vez.

Esa es la cosa. Pienso yo, que es lo mas increíble de los jugadores de waterpolo, la base para ellos, la cosa que los lleva al punto en que su juego es como todos los demás es un agotador e implacable esfuerzo por mantenerse a flote y moverse en el agua.

Hay algo puro en ello. No pueden tomar por dado la oportunidad de tirar o tapar un tiro, mandar un pase o esquivar a un defensa. Todo lo que hacen se lo ganaron, y la apreciación por lo que ganaron es mayor que la de cualquier otro atleta de otro deporte que yo conozca.

Serán el