REFLEXIÓN SOBRE LA PRÁCTICA.
Enviado por tolero • 25 de Abril de 2018 • 941 Palabras (4 Páginas) • 275 Visitas
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Los oficios sobre lo humano implican que nos conozcamos, que analicemos nuestros grados de agresividad, nuestros propios conocimientos sobre el saber, nuestra forma de hablar, de transmitir mensajes, sentimientos y emociones; que identifiquemos como aplicamos la proxémica en el aula, es decir cómo nos movemos en el salón, nuestros prejuicios y nuestras actitudes ante las circunstancias que se presentan.
Nos toca desarrollar una competencia muy importante que es la “experto” que nos permita hacer las cosas bien, aunque no contemos con las condiciones (materiales, recursos, espacios, etc.) necesarias para las prácticas. En una experiencia que tuve me tocó dar clases de primaria en un salón de adobe, que no tenía puertas ni ventanas, no contaba con mobiliario para los niños, mucho menos para mí. Ese primer día de clases fue primordial motivar a los padres de familia en la reunión que tuvimos, así que los papás les trajeron sillas de sus casas a sus hijos, algunos prestaron mesas, etc., de tal manera que pudimos iniciar las clases como marca el ciclo escolar, al finalizar el mismo y después una excelente participación de los padres, de la presidencia municipal y algunas otras organizaciones logramos construir un aula de concreto con excelentes condiciones.
Por otro lado, con material reciclado, botellas de plástico, papel, madera, etc., se pueden elaborar materiales didácticos alternativos, que nos permitan desarrollar las competencias necesarias en los estudiantes.
La enseñanza exige una preparación perfecta del docente y se logra poco a poco cuando comenzamos la planeación didáctica de manera reflexiva, teniendo conocimientos bien fundamentados de nuestros alumnos, lo que nos ayuda a pensar cómo van a responder a ciertas actividades, los tiempos necesarios para cada actividad, lo recursos que se tienen e incluso el conocimiento de sus propias familias y de la misma comunidad, de esta manera lograremos aprendizajes significativos en nuestros alumnos.
En suma, es imperativa la necesidad de reflexionar sobre nuestro quehacer docente, conocernos a sí mismos e identificar el potencial que tenemos y nuestras áreas de mejora, y en estas últimas trabajar día a día hasta convertirlas en fortalezas. Tal vez pueda decir que soy un buen profesor, pero sólo las evidencias me permitirán demostrar que así es o que me falta por aprender.
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