ROMPECABEZAS DE LA INGENIERIA ¿Cuál es el objetivo de la ingeniería? ¿Qué significa ser ingeniero y para qué serlo?

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Cuando se da la oportunidad de intercambiar ideas y se es de mentalidad abierta, las posibilidades hablando del diseño de soluciones en este caso, se amplifican, haciéndose ver mutuamente, rasgos, elementos o detalles que en otras circunstancias, pasarían por alto, ayudando así a que, la verificación del diseño sea por mucho, menos propensa a ser errónea, dándose así, una regeneración del conocimientos y del juicio propio que permita satisfacer eficazmente, las necesidades requeridas.

Sin embargo, no todo lo que impulsa a los ingenieros a realizar análisis y diseños son las necesidades humanas. En un principio lo fueron, pero, conforme el tiempo fue avanzando y el hombre creciendo junto con su entorno (o a pesar de él), las necesidades básicas quedaron totalmente cubiertas. Ahora bien ¿qué es lo se debe satisfacer ahora? La respuesta es sencilla…más necesidades pero no son las habituales pues, el hombre se ha encargado de crear, cada día, nuevos requerimientos.

Y muchos pensarían que lo que hace posible esto es solo la inteligencia o razonamiento de todo aquel que se encarga de estas tareas pero no es del

todo cierto. El hombre no es un ser completamente racional aunque es esta característica la que le ha permitido resaltar sobre los otros,

Lo que realmente mueve al ser humano es la voluntad y el deseo.

Además, muchas veces las forma de presentar la información es la que determina la manera de “razonar” de las personas y por consiguiente, las decisiones que tomen.

Es por eso que, a pesar de que en palabras pobres digo que un ingeniero analiza, diseña y verifica una situación, vale la pena hacer hincapié en que, cada solución brindada es única, debido a lo dicho anteriormente.

Como suelen decir, “cada cabeza es un mundo” y esto no es más que lo mencionado.

Pero siguiendo por la parte de que, un ingeniero no es solo razonamiento, podemos abarcar el hecho de que es totalmente necesario el sentimiento de empatía por parte de ellos. Resultaría imposible realizar tareas del tipo que hace el ingeniero si no existiera esa parte humanista en él. De ahí parte todo, del hecho de ponerse en el lugar de otro para así, comprender qué es lo qué se necesita y de qué forma se puede ofrecer lo mejor.

Hasta aquí, todo se ha tratado de poner en un marco positivo los aspectos de la ingeniería pero ¿qué ocurre con los negativos? Porque, queramos o no, en todo existen ambos lados.

La aplicación del método científico por parte de la ingeniería, como ya mencionamos, ha traído un sinfín de beneficios para la especie. Lamentablemente, todo esto ha sido a costa de destruir aquello que ahora manipulamos para “vivir bien”:

Nuestro medio ambiente…nuestro hogar.

Es aquí cuando debemos de cambiar de interrogante ¿vale la pena dejar morir nuestro entorno? O ¿en qué momento pasamos a ser ajenos con nuestra tierra?

Creo que una de las respuestas inmediatas es que, el hambre como necesidad básica cambio a ser hambre de poder, de poseer, de ser.

He ahí el problema. La ingeniería se ha tornado interesada y pese a que muchos de los problemas que se genera a partir de la ciencia y la tecnología son incomprensibles y a veces hasta desconocidos para nosotros, no significa que estén ahí.

Es por esa razón que, crucialmente se debe actuar en “modo sustento” en donde seamos capaces de vernos como parte de la naturaleza, significando que si ella es manipulada nosotros también y que, si ella muere seriamos homicidas y suicidas al mismo tiempo.

Todo proyecto de ingeniería o de cualquier tipo, traerá estos aspectos positivos y negativos a la existencia pero es deber, no solo de los ingenieros si no de todos el poder vivir plenamente y abandonado la idea de eternidad que a veces forjamos como excusa para no actuar.

Entonces un buen ingeniero es capaz de llevar a un equilibrio la parte racional, pensante, la emotiva y sustentable sin depender del genero o de ningún otro aspecto irrelevante que, en algún momento haya sido considerado como debilidad.

“No basta tener un buen ingenio, sino aplicarlo bien”

René Descartes (filosofo, matemático y científico francés).