Segregación y odio en la adaptación cinematográfica de Mississippi en Llamas (1988)

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Mississippi en llamas

El film Mississippi en llamas (Mississippi Burning, 1988) del director británico y blanco Alan Parker, protagonizada por Gene Hackman y Willem Dafoe, en los papeles como policía y FBI, respectivamente, ambos actores de ascendencia anglosajona, blancos y varones, encabezan una trama basada en hechos reales y contextualizada en el estado de Mississippi durante 1964, momento de tensión entre el grupo de supremacía blanca Ku Kux Klan y la población afrodescendiente del lugar. Aunque el tema principal es la búsqueda de los desaparecidos militantes James Earl Chaney, de raza negra, Michael Schwerner y Andrew Goodman, durante el transcurso del argumento se puede ver el proceso investigativo de los detectives frente a una población blanca con un odio racial profundamente arraigado cuyos integrante de la policía están involucrados y son fieles adherentes al Ku Kux Klan, además de aterrorizar a la población negra de forma cada vez más intensa en la medida que los detectives se inmiscuyen más en el caso y lo hacen más mediático. Con escenas que evidencian muy bien el contexto, la cinta otorga una panorámica del momento que se estaba viviendo y cómo lo viven sus protagonistas, pero sólo un bando, el de los blancos pobladores, mientras que los ausentes, la presencia femenina y afrodescendiente.

El film comienza con una escena que resume el contexto de los estados del sur, la imagen está compuesta por dos lavamanos y sobre ellos un letrero indicando que uno es para blancos y otro para la gente de color, he ahí el primer elemento segregacionista y ligado a los Hate speech, es decir, “la utilización de un vocabulario discriminatorio, cuidadosamente seleccionado, dirigido a legitimar la consideración negativa y despectiva de todos aquellos que no pertenecen al «nosotros», al grupo étnico nacional”(Jiménez, 2005:130), esta legitimación se hace más evidente al inferir que los involucrados como criminales son varios policías del pueblo, todos blancos y cuya involucración en el caso varía de acuerdo al rango que ostentan en dicha institución. La segunda imagen que contextualiza es la de una iglesia en llamas, que claramente pertenece a la población negra, y cuya ceremonia estos tres activistas planeaban incentivar a votar y a manifestarse en contra de los abusos, sin embargo, la toma sólo deja ver ese espacio en llamas.

Las alusiones durante el film al pastor y líder del movimiento por la integración racial, Martin Luther King son bastantes, pero siempre desde los personajes blancos al momento de opinar sobre la desaparición de los activistas y del asedio mediático que se vivía. La gran mayoría de las opiniones son de hombres adultos que ironizan o insultan a Luther King. Los protagonistas del film son blancos, hombres adultos y con rangos en sus especialidades, tanto el policía como el investigador del FBI, esto resulta interesante porque durante el film es poco el espacio que les otorga a los ciudadanos negros, todo cuanto ocurre o está mirado por el ojo omnisciente o por los comentarios de estos personajes, la gran mayoría de las apariciones de personajes afros son por lapsus y en silencio, con poco desenvolvimiento, predominando los varones en cuyas escenas ocurren los distintos atentados que el Ku Kux Klan les suministra sistemáticamente. Este contraste es esencialmente llamativo sobre todo al considerar el tratamiento que se les da a las apariciones y escenas de personajes negros, si bien es cierto que el director busca ilustrar una época de temor, los distintos registros historiográficos avalan la existencia de comunidades afro organizadas, inclusive al interior de las iglesias los sermones y otras manifestaciones, hay que situar que el fervor por las acciones de personajes como Rosa Parks en Alabama, al negarse a ceder su asiento a un pasajero blanco, con lo cual se oponía tajantemente a una política segregacionista nacional. Sin dejar de lado, que en especies de reductos urbanos, en donde viven de forma silenciosa, abúlica y sumisa frente a lo que ocurre. Asimismo, se visualiza la presencia negra dependiente y obtusa para colaborar con los protagonistas en la investigación, sólo se le otorga algo más de protagonismo a un infante negro, quien se muestra consciente de todo, pero no opina, de hecho tiene apariciones de fuerte carga emotiva, pero debido a la violencia que ocurre en su entorno. Al final de la película se observa una especie de actitud menos cauta por parte de los personajes negros, sin embargo, en comparación a todo lo que dura el film, es ínfima, Memorable es la escena cuando los dos protagonistas deciden encarar al alcalde y el personaje de Gene Hackman acude a un afroamericano que había sido testigo de una cruenta mutilación testicular de un cercano a él. Lo que ocurre acá es que se visualiza a ese personaje negro enfrentando y desafiando al alcalde del poblado con realizarle lo mismo, esta escena da un vuelco a los roles y otorga una actitud menos cauta al personaje negro.

Otro aspecto relevante lo constituye el rol femenino en el film, puesto que la actuación con más relevancia es la otorgada al personaje que interpreta Frances McDormand, la esposa de uno de los que asesinaron a los tres activistas. Antes de profundizar en el rol de ella, es importante citar algunos aspectos, por ejemplo, en los primeros minutos, la primera presencia femenina observada es la de una mujer blanca, adulta que trabaja como mesera en el restaurant visitado por primera vez por los investigadores, después de ella está el salón de belleza, lugar que las propias personajes dan entender como un lugar sólo para mujeres y de chismes, en donde se les muestra despreocupadas por lo que pasa y sólo abocadas a embellecerse. Finalmente están las personajes que opinan a los medios de comunicación, la primera una anciana al lado de su esposo, él hablando y opinando, ella silenciosa aseverando todo cuanto él explica, la segunda es una mujer que también opina –todas las opiniones son condenando la presencia negra y negando un posible asesinato-, pero ella aparece con su hija, estas dos imágenes ilustran los dos roles hegemónicos impuestos a las mujeres: esposa condescendiente y madre, ambos roles permitidos para la vida en el ámbito público. Ahora bien, el personaje de Frances McDormand, adquiere relevancia por su rol de esposa, ella siempre aparece como abnegada dama de casa o como tímida trabajadora en el salón de belleza, de ella se nos da a conocer que tiene nociones de todo cuanto ocurre a su alrededor, pero que no puede hacer nada por cambiar, es decir, abulia y resignación, característica compartida con los personajes negros. Adquiere relevancia cuando cuenta todo lo que sabe a uno de los investigadores, y por ello recibe una golpiza que la deja hospitalizada, generando