Tecnologías de Neuroimagen para Estudiar el Cerebro Humano.
Enviado por klimbo3445 • 9 de Abril de 2018 • 3.131 Palabras (13 Páginas) • 422 Visitas
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6. El electroencefalograma (EEG): es una tecnología empleada para registrar la actividad eléctrica de las diversas áreas cerebrales implicadas en la sinapsis de tipo eléctrico. La EEG registra aquellos impulsos eléctricos que se presentan en las regiones cerebrales focalizadas por el investigador. Las pruebas de evaluación de la EEG pueden llevarse a cabo tanto en reposo, como en estado de vigilia y de sueño, por lo que ofrece enormes ventajas investigativas para recabar datos en distintos estados y eventos relativos a la comunicación interneuronal. El EEG está diseñado para detectar cambios eléctricos, tanto en enfermedades neurodegenerativas como en encefalopatías, cefaleas, TEC y enfermedades cerebrovasculares entre otras.
7. Tomografía computarizada por emisión monofotónica o de fotón único (TCEFU): se basa en la utilización de rayos Gamma y, aunque técnicamente tiene muchas similitudes con las radiografías, la diferencia es que la TCEFU cuenta con una cámara supersensible de alto registro que permite extraer imágenes bidimensionales que, al juntarlas, pueden llegar a proporcionar imágenes tridimensionales de alta resolución. La TCEFU tiene como fin conceder datos tridimensionales del flujo continuo y constante del torrente sanguíneo y de los daños leves o severos en el sistema circulatorio, tanto a nivel del cerebro como del resto del sistema nervioso central.
Principales aplicaciones y aportaciones
Las técnicas de neuroimagen registran uno de los avances científicos más grandes de la historia ya que estos procedimientos al no ser invasivos no ponen en riesgo la vida, a la vez que permiten el estudio del cerebro en pleno funcionamiento. Las técnicas de neuroimagen se clasifican en dos, las de tipo Estructural que se ocupan de medir el tamaño total del cerebro y las regiones específicas dentro de él. Estas se enfocan en las estructuras neuronales o citoarquitectura neuronal, lo que permite relacionar las zonas del cerebro, el desempeño psicológico y detectar anormalidades en él. Las técnicas estructurales son la resonancia magnética estructural (RME) y la tomografía axial computarizada (TAC). Las de tipo Funcional, se ocupan de medir la activación cerebral durante alguna actividad psicológica. Las técnicas funcionales son la resonancia magnética espectroscópica (RMS), la tomografía por emisión de positrones (TEP) y la tomografía por emisión de fotones simples computarizada (SPECT). Estas técnicas se preocupan más por funciones cognitivas y correlación de áreas cerebrales con el comportamiento.
La neuroimagen aborda los campos del comportamiento y la cognición humana, incluyendo aspectos emocionales y afectivos, los cuales en los últimos años han adquirido mayor relevancia. Es a través de esta herramienta que muchos científicos sociales han validado sus hipótesis y teorías a través de las imágenes obtenidas por las distintas técnicas que les han otorgado validez y la posibilidad de llevar los datos de laboratorio al contexto social. Su interdisciplinariedad ha permitido que temas como la demencia sean abordados no solo por la psiquiatría, sino que también, por la neurobiología, la neuroquímica, la neuropsiquiatría y la neuropsicología, las cuales a través de esta técnica han podido sustentar y comprobar la inmensa diversidad de comportamientos humanos, sociales y culturales existentes.
La calidad de la información entregada por la neuroimagen estableció diagnósticos mucho más claros y precisos, tanto en la identificación de patrones de, como en daños estructurales y funcionales provocados por toda la amplia gama de enfermedades degenerativas a nivel neuronal y de demencias. Enfermedades de origen neurodegenerativo tales como la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer y entre muchas otras provocan cambios severos en la calidad de vida de los pacientes que la sufren y en los cuidadores de los mismos. Este tipo de condiciones médicas irreversibles no solo alteran la salud física del paciente sino que también afectan la salud emocional, psicológica, afectiva, la socialización y todas las esferas involucradas en la calidad de vida.
Impacto de la neuroimagen en la psicología y el ámbito psicosocial.
Se puede considerar que el concepto de cognición social es uno de los mayores avances que se han dado dentro del ámbito puramente teórico y en entornos de experimentación reducidos, al llevar dichas experimentaciones al contraste con el aspecto social, y la mejor forma de llevarlo a cabo ha sido por medio de la experimentación social. Es bien sabido que la diferencia entre lo que es ciencia básica y lo que es ciencia aplicada, es meramente una línea imaginaria, ya que todos los resultados obtenidos en condiciones controladas de laboratorio, pueden y deben ser extrapolados a las diversas realidades sociales, y es por ello que las neurociencias, al poseer un carácter transdisciplinario, pueden acceder a las ciencias sociales y así comprobar de manera factible todos los hallazgos neurocientífios en su dimensión más social. El estudio sistemático y riguroso de las estructuras neuronales subyacentes a toda conducta social es propio del estudio conocido como neurociencia social cognitiva, que se ocupa de explicar, de acuerdo a unos principios neurofisiológicos, el porqué de las conductas prosociales, asociales y relacionales. La actual posición sostenida por los profesionales de las ciencias sociales que, de una u otra manera, se ha permeado por los resultados obtenidos por las investigaciones basadas en neuroimagen, es la posición que más o menos tenían los cardiólogos y los traumatólogos cuando tuvieron acceso a la fisonomía interna de los pacientes por medio de los rayos X, pues poder observar los resultados de una tomografía es el equivalente a ver la acción del cerebro y su fluidez.
El objeto de todas las técnicas de neuroimagen no es puramente estético, sino que han de entenderse dichas imágenes como el resultado de complejos y sofisticados software de observación y análisis, que mediante un proceso de enmascaramiento segregan los datos que no son necesarios o requeridos por el investigador para focalizarse en las áreas específicas de su interés. Ello significa que es necesario siempre decantar la información obtenida a fin de tomar una pequeña porción de la realidad y poder estudiarla con la mayor objetividad posible.
Los progresos actuales que se han obtenido entre la conjunción del estudio del cerebro, la mente y la conducta social han arrojado valiosos datos sobre cómo la comunicación o resonancia entre las diversas regiones encefálicas es una fiel copia de lo que es la comunicación en las sociedades humanas.
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