Tema: Visión Del Servicio En La Administración Tributaria Argentina
Enviado por Jillian • 16 de Noviembre de 2018 • 1.801 Palabras (8 Páginas) • 443 Visitas
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En general a los economistas no les atrae demasiado este enfoque, debido en gran parte al hecho de que es imposible identificar la magnitud de los beneficios que recibe cada individuo. En segundo lugar se dice que los impuestos basados en este criterio son distorcionadores.
Bienes públicos
Las dos grandes diferencias entre los bienes públicos y privados son las características de no rivalidad y no exclusión de los primeros respecto de los segundos.
El consumo rival significa que si un bien es utilizado por una persona, no puede ser utilizado por otra. En cambio, el consumo no rival se refiere a los casos en los que el consumo de una persona no impide o reduce el consumo de otra. El ejemplo clásico de consumos no rival es la defensa nacional.
¿Es posible excluir a una persona de los beneficios de un bien público? Por ejemplo, si el país está defendiendo los ataques de extranjeros, todos los ciudadanos están protegidos, es difícil excluir a una persona de esta protección. Si la exclusión es imposible, también lo es la utilización del sistema de precios, ya que los consumidores no tienen ningún incentivo para pagar.
Los bienes privados tienen las propiedades de consumo rival y de exclusión a diferencia de los bienes públicos que se caracterizan por el consumo no rival y la imposibilidad de excluir a nadie de sus beneficios.
Si la exclusión es posible, aunque el consumo no sea rival, el Estado suele cobrar una tasa, llamada tasa por el uso, a los que se benefician de los bienes o servicios que suministra. Las autopistas, por ejemplo funcionan por medio de tasas por el uso.
Se considera que las tasas por el uso constituyen una manera equitativa de recaudar ingresos, ya que los que más utilizan los servicios públicos y, probablemente, más se benefician de ellos son los que mas pagan.
Sin embargo cuando el consumo no es rival, las tasas generan una ineficiencia.
Estos bienes normalmente no pueden ser suministrados por el mercado y cuando lo son, su suministro es insuficiente.
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El Problema del Polizón
Los impuestos, a diferencia de la mayoría de las transferencias de dinero de una persona a otra que se realizan voluntariamente, son obligatorios. Si no lo fuera, nadie tendría incentivos para contribuir a sufragarlos debido al problema del polizón.
Sin embargo, la capacidad del Estado para obligar a los ciudadanos a contribuir a financiar los bienes públicos también le permitir obligarlos a apoyar a un grupo social de intereses especiales, obligar a un grupo a renunciar a sus recursos a favor de otro.
Muchos de los bienes más importantes suministrados por el Estado, como los programas públicos de sanidad y la defensa nacional, tienen la propiedad de que no es posible excluir a nadie de su consumo, lo que hace inviable el racionamiento mediante el sistema de precios.
La inviabilidad de un sistema de racionamiento basado en los precios implica que el mercado competitivo no genera una cantidad de bienes públicos eficiente. Supongamos que todo el mundo valorara la defensa nacional, pero el Estado no la suministrara, ¿Podría colmar este vacío una empresa privada? Para hacerlo, tendría que cobrar por los servicios suministrados. Pero como todos los ciudadanos sabrían que acabarían beneficiándose de sus servicios, independientemente de que contribuyeran o no a costearlos, no tendrían ningún incentivo para pagarlos voluntariamente. Esta es la razón por la que debe obligárseles a financiar estos bienes mediante impuestos. Las renuencias de la gente a contribuir voluntariamente a la financiación de los bienes públicos se denomina, el problema del polizón. El problema de los mecanismos voluntarios para suministrar bienes públicos se debe a las personas que tratan de ser polizones, de disfrutar de los beneficios de los bienes públicos pagados por otros. El hecho de saber que serán protegidos aunque no paguen induce a algunas personas a comportarse como polizones.
Es evidente que si no es posible utilizar el precio para racionar un bien, es improbable que ese bien sea suministrado por el sector privado.
El problema del polizón no es más que un reflejo de un importante problema de incentivos que surge en el caso de los bienes públicos, si el bien se va a suministrar de todos modos, ¿Por qué debo pagar? Mi aportación seria insignificante y apenas alteraría la oferta agregada. Naturalmente, si todo el mundo razonara de la misma forma, el bien no se suministraría. Ese es uno de los argumentos por los que el Estado suministra estos bienes, ya que tiene poder para obligar a la gente a contribuir (por medio de los impuestos).
Curvas de demanda de bienes públicos
Los individuos no compran bienes públicos, sin embargo cabe preguntarse cuanto demandarían si tuvieran que pagar una determinada cantidad por cada unidad adicional de bien público. Cuando aumenta el gasto destinado a bienes públicos también aumentan los impuestos que pagan los individuos. La cantidad adicional que paga una persona por cada unidad adicional del bien público es su precio en impuestos.
La administración eficiente como un bien publico
Uno de los bienes públicos más importantes es la gestión del Estado. Todos resultamos beneficiados cuando la administración es mejor, más eficiente y más sensible. De hecho, la buena administración posee las dos propiedades de los bienes públicos, no es fácil ni deseable excluir a nadie de sus beneficios. Si el Gobierno es capaz de ser más eficiente y de reducir los impuestos sin reducir el nivel de servicios que presta el Estado, la sociedad sale ganando.
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