Un nuevo ensayo sobre EDUARDO Y JOANNA.

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Joanna tenía un nuevo hogar, una hermanastra, y su padrastro, Jesús era un buen hombre la recibió con los brazos abiertos, su relación era realmente la de un padre amoroso y su hija, Joanna decidió trabajar para ayudar a su madre, sostener la casa y pagar la escuela de su hermanastra, aun así las pesadillas se hacían presentes en las noches, ella deseaba escapar de su cruel infancia y esta la perseguía en sueños.

“¿En algún momento de tu vida te cruzaste con tu verdadero amor?, pero no era el lugar ni el momento indicado, si su destino está conectado se encontraran de nuevo”.

Sus ojos miraron por la pequeña ventanilla del aparador, eran café oscuros, pestañas de aguacero, redondo con un toque inquietante de inocencia, solo eso recordaba Eduardo de ella, no la toco ni la vio solo el recuerdo de esos ojos de gitana que llegaban a penetrar el alma, ella por otro lado se le acelero el corazón al ver los ojos verdes de él, el intenso color podía dejarla ciega, hasta que el encanto se rompió con una frase.

- ¡Que avance la fila!

Era el primer día de Joanna trabajando como cajera en una zapatería de renombre, sus dedos se dirigieron a la caja con el recibo de pago por un cargamento de zapatos que Eduardo había traído desde la ciudad de Guanajuato. Joanna trabajo en la Zapatería por 2 años más, pero esos ojos verdes no se mostraron de nuevo. Hasta que un día un nuevo Gerente llegaría a la zapatería, todos estaban ansiosos, se rumoraba que esta persona era muy exigente con los empleados y en cualquier momento podían despedirlos si algo no le gustaba, pero no era verdad, Eduardo era una persona humilde que sabia el valor de la gente.

A las 7 am se enamoro perdidamente de ella, llevaba una falda larga color carmesí que mostraba sus sensuales tobillos con una blusa blanca, su rostro no tenia gota de maquillaje pues arruinaría el perfecto cuadro pintado de color belleza, ella atendió su mano hacia Eduardo, y se cruzaron por segunda vez sus miradas. Los días transcurrían y Joanna había puesto una barrera, no se sentía lo suficientemente capaz para ser feliz.

Los arboles realizaron un canto, entre sus palabras anunciaban la llegada de la lluvia, algo en los sentidos de Eduardo se activo, sabía que no podía perderla de nuevo, la lluvia empezó, él corrió en busca de ella, Joanna subía el ultimo transporte que había para llegar a su casa y escucho su nombre, bajo del autobús, con su paragua abierto le ofreció refugio a Eduardo, Este la tomo de la mano.

- Dime que si, venceré tus miedos, protegeré tu paz, y te prometo en vida que si hoy muero mi corazón aun te pertenecerá, no importa que miedos ocultes yo seré capaz de vencerlos, permíteme hacerte feliz.

Joanna apretó con fuerzas la mano que la sostenía, pensaba en la posibilidad de ser feliz, se preguntaba si realmente se merecía el amor que le ofrecían, y recordó todo lo que había pasado anteriormente, sus lagrimas brotaron, y por fin acento con la cabeza, dándole una señal de aceptación, Eduardo beso su frente. Al poco tiempo Eduardo tomo por esposa a Joanna, tuvieron 3 hijos, aunque ella muchas veces tenia pesadillas ahora tenía un refugio, juntos encontraron aquello de lo que les había hablado anteriormente, fueron dignos de semejante honor.