Viajar reivindica cosmovisiones

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Por lo tanto si se quiere dar una sacudida a los prejuicios en los que se está enfrascado no hay opción más fortuita que viajar para emancipar estigmas.

Cuando nos atrevemos a abalanzarnos en desconocidas pero maravillosas culturas, decidimos aceptar las reglas, normas y costumbres que residen en esta, es decir, nos enajenamos de nosotros mismos para mojarnos el alma de sus tradiciones, platos típicos o trajes representativos.

Es la entrega absoluta de absorber la cultura y respirarla sin tapujos, miedos y prejuicios, así como lo afirmaba James Michener (1907-1997): “si rechazas la comida, ignoras la vestimenta, temes la religión y evitas a las personas, quizás sea mejor que te quedes en casa”. Por ende está de más recalcar que se viaja para olvidarse efímeramente de uno para así contemplar con vehemencia la multiculturalidad de diferentes lugares.

Al decidir abalanzarse a nuevos y desconocidos lugares, nos empoderamos de la esencia del lugar, se respira las cosas natas del paisaje y no queda más que contemplar la sublimación de la naturaleza. Cesar Pavese (1908- 1950) nos dice:

Viajar es una brutalidad. Te obliga a confiar en extraños y a perder de vista todo lo que te resulta familiar y confortable de tus amigos y tu casa. Estás todo el tiempo en desequilibrio. Nada es tuyo excepto lo más esencial: el aire, las horas de descanso, los sueños, el mar, el cielo; todas aquellas cosas que tienden hacia lo eterno o hacia lo que imaginamos como tal.

Muchos viajan para encontrarse, tal como afirma Lawrence Durell (1912- 1990):”viajar puede ser una de las formas más recompensante de introspección”, otros para aprender Lance Morrow (1939): “La gente viaja porque aprenden cosas que no podrían aprender de otra forma”. Pero lo cierto es que se viaja sea para redescubrirse a uno mismo o para sacudirse del adormecimiento cultural, por lo tanto podemos observar que el ensanchar horizontes nos vivifica el intelecto y a modo de repercusión aviva la búsqueda en nuestro fuero interior.

El ensanchar nuestra mente como consecuencia de empaparse de la multiculturalidad, origina un esclarecimiento y contextualización respecto a nuestra cosmovisión en general, pero aquel que se limita y vive carcomido por sus miedos y no decide enfrentar y abalanzarse a lugares desconocidos para su mente y espíritu, se ve sumido en la convincente pero ignorante posición del conformismo y de no decidir ir más allá de lo que se le dice que puede ir Martin Yan(1948): “Las personas que no viajan no pueden tener una visión global, todo lo que ven es lo que hay en frente de ellos. Esas personas no pueden aceptar nuevas cosas porque todo lo que conocen esta donde viven”.

Enfatizando en el enfrascamiento conformista de aquel que no decide ir más allá de sus horizontes, se personifica la alegoría del mito de la caverna que reposa en el Libro VII de La Republica de Platón.

El mito de la caverna alegoriza el estado en el que se encuentra sumido el ser humano frente al conocimiento, por lo tanto reside la coexistencia de dos clases de mundos: el mundo de las ideas o intangible el cual solo puede ser alcanzado por medio de la razón y el mundo sensible el cual solo es conocido por medio de los sentidos.

Platón describe en esta alegoría que en una caverna se encuentran viviendo desde su nacimiento un grupo de hombres encarcelados, los cuales siempre han estado sujetos por cadenas en su cuello y piernas, por lo que solo pueden mirar hacia delante y nunca han podido girar la cabeza, detrás de ellos hay un camino escarpado y al final de este hay una hoguera encendida, en la cual pasan hombres con toda clase de objetos y materiales, tales como estatuas de animales o piedras.

Los prisioneros no han visto más que aquellas sombras proyectadas producidas por el fuego que se ven reflejadas en la paredilla que tienen al frente. Pero un día, unos de los prisioneros logra escapar de la caverna y al salir entra en un estado de shock debido a que la realidad no coincidía con lo que según el creía que era verdadero y real -cuando no habían visto más que aquellas sombras proyectadas- pero cuando llegó la luz del sol a él pudo diferenciar entre lo verdadero y lo que él creía verdadero.

Por lo tanto tuvo la misión de regresar a la caverna y sacar a sus compañeros encarcelados para mostrarles la verdadera realidad y así reivindicar sus mentes y sacudirlos del mundo falso de sombras en el cual están sumidos a causa del arbitrio de la interpretación subjetiva que estos le habían dado a las sombras proyectadas -sombras que consideraban su realidad absoluta- pero sus compañeros lo tildan de loco y se ríen de él.

La explicación representativa reside en que los hombres encarcelados somos los seres humanos en estado de ignorancia, las sombras proyectadas son las apariencias, es decir lo que percibimos a través de los sentidos y creemos que es real, el mundo que está afuera de la caverna es el mundo de las ideas, el sol representa el conocimiento alcanzado a través de la razón y el prisionero que escapo es el filósofo, el cual debe guiar al resto a la razón.

Así mismo, se encuentra el estado de aquellos que no deciden emancipar su conformismo, viven bajo una falsa cosmovisión ya que no han decido ensanchar sus horizontes e ir mas allá de lo que creen saber y conocer.

Por lo tanto el viajero tiene la misión de sacudir al individuo conformista de su estado de ignorancia cultural e intelectual para que este sucumba a que puede ir mas allá de lo cree, y se anestesie de aquel estado de ignorancia en el que está sumido.

Así que sustituyamos la imaginación por la realidad, tal como plantea el poeta Samuel Johnson (1709-1784): “El uso de viajar es regular la imaginación por la realidad, y en lugar de pensar cómo deberían ser las cosas, verlas como son”. Estas letras no son más que una invitación del poeta a emancipar la mente de la ignorancia y empoderarnos de la diversidad cultural y la panorámica global tal cual como es, y no como creemos que es.

Al momento de viajar a otro país y en especial si aquel país está fuertemente marcado por una religión determinada, resurge la advertencia de asesorarse culturalmente respecto al el modo de vestir y el discurso que se debe de manejar, debido a que se está en una posición de viajero efímero en tierras extranjeras, por lo tanto estas tierras están regidas por unos códigos de vestimenta y unas reglas y normas de conducta las cuales deben ser plenamente acatadas por respeto y tolerancia al país al que se visita.

Se deben conocer los códigos de vestimenta apropiados para cada región, por ejemplo, son pocos los países islámicos