Las problemas del turismo en Barcelona

Las problemas del turismo en Barcelona

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Aquí, en Barcelona, la gente está enojados, indignados. Sus banderas ponen de manifiesto sus reivindicaciones: “tourist go home” (Turistas vayan a casa), un mensaje violente pero que traduce un hartazgo general de los vecinos. No responde a un brote de turismo fobia o xenofobia, una mujer que vive en el centro de Barcelona desde 30 anos me ha confiado que no están “en contra de los turistas” pero “en contra del modelo actual de turismo”.

Recordémoslo, la playa, el ocio, la cultura y el buen tiempo han hecho de Barcelona uno de los principales destinos turísticos a nivel mundial. Barcelona recibe unos nueve millones de turistas al año, de los cuales dos son nacionales. Las principales nacionalidades proceden de Norteamérica y también británicos y franceses, con 800.000 (ochocientos mil cero) de cada país. Siguen Alemania e Italia con 600.000. (seiscientos mil cero) Rusia y Japón, alrededor de 200.000 (doscientos mil cero), y China 100.000. (cien mil cero) Además, los visitantes de día superan los 15 millones, de los cuales dos y medio llegaron en cruceros, y tomando en consideración el área metropolitana, Barcelona cuenta con 5 029 181 (cinco millones veintinueve mil ciento ochenta y uno) habitantes, es decir menos que el nombre de turistas. Se puede hablar de turismo masivo. Esto ocasiona graves problemas, problemas que están cuestión de días para los turistas pero que están los trastornos de sus vidas cotidianas para los residentes de la ciudad. Los mayores problemas que están creando pr el turismo son la gentrificación y las gente que trastornan el orden publico con actos de falta de civismo.

En Barcelona, el fenómeno de la gentrificación, que existe en muchas ciudades, es especifico, en efecto se puede caracterizarlo de “turistificación” : El aumento del precio de los alquileres, provocado por el interés de muchos propietarios en convertir sus inmuebles en viviendas vacacionales, como le permite la famosa empresa Airbnb, e algunos de estos apartamentos turísticos son ilegales, está obligando a muchos vecinos a dejar sus casas e irse a vivir a otras zonas con menos presión turística. La huida de muchos habitantes hacia el extrarradio de la ciudad afecta a los que se resisten a abandonar sus casas.

La mayoría se queja de que cada vez es más difícil encontrar comercios o restaurantes tradicionales en sus barrios.

Además, crecen los problemas de convivencia e incivismo en la capital catalana. Las personas que manifiestan reclaman más de comprensión y de respeto de algunos turistas que hacen cosas que nunca harían si estarían en sus países. Por ejemplo, este hombre me ha explicado que todas las noches regresando a su casa ve jóvenes totalmente borrachos que hacen sus necesidades o a veces que