Articulo de opinion Truman capote

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Como menciona el mismo Capote: “Los escritos más interesantes que realice en aquella época consistieron en sencillas observaciones cotidianas que anotaba en mi diario. Extensas transcripciones al pie de la letra de conversaciones que acertaba a oír con disimulo. Habladurías del barrio. Una suerte de reportaje, un estilo de ver y oír que más tarde ejercitaría verdadera influencia en mí, aunque entonces no fuera consciente de ello…”

Esto nos da a entender que no necesariamente se requiere de mucha información, esta solo ayuda a nutrir nuestro trabajo. Ofrecer ciertos datos importantes o relevantes dentro de nuestro relato, pero es más el talento mismo y la forma en la que relatas la historia misma y dar ese interés para lograr enganchar al lector y no aburrirlo en las primeras líneas perdiendo su interés en el mismo. Esto nos lo demostró Capote cuando sacó a la luz después de un arduo trabajo, “A Sangre Fría”, el mejor ejemplo que demuestra que, tanto el periodismo como la literatura pueden ir de la mano y formar una muy interesante relación. En este libro se puede sentir lo mismo que nos ofreció Haruki Murrakami con un estilo del entrecruzado en las historias que presenta, junto a un atractivo que logra enganchar al lector desde el primer momento, con un uso del lenguaje absurdo y amoroso, acompañados de metáforas muy bien definidas dentro de la narración. Todo esto para formar a Capote el maestro del considerado “nuevo periodismo”, definido como: “corriente ficticia que fluye bajo el cauce de la realidad.”

Incluso este libro va más allá que muchos de los trabajos realizados por otros escritores como Haruki, ya que su historia se basa en hechos reales. Logra profundizar notablemente que lo hace ver como algo trivial, convirtiendo lo que sería una simple nota periodística a ser un clásico que ha logrado perdurar hasta tiempos modernos. Fue la primera novela de este estilo y fue la primera en colocar la primera piedra dentro de las novelas de este tipo. Llegó a ser incluso una gran influencia para importantes novelistas como Thomas Wolfe, Hunter S. Thompson y compañía, símbolos muy representativos del siglo XX

Esto es lo que se expresa en una crítica sobre el libro: “No puedo recordar exactamente cómo fue que hablamos sobre el señor Clutter. Debió de ser cuando recordamos los empleos, los distintos trabajos que habíamos hecho [...] Le conté que yo había trabajado durante un año en un importante campo triguero, en el oeste de Kansas. Para el señor Clutter. Quiso saber si el señor Clutter era un hombre muy rico. Le dije que sí. [...] Y desde entonces nunca jamás dejo Dick de preguntarme cosas de aquella familia. ¿Cuantos eran? ¿Qué edad tendrían los niños? ¿Cómo se llegaba a la casa exactamente? [...] Dick empezó a hablarme de matar al señor Clutter. Decía que él y Perry se irían para allá a robar y matarían a todos los testigos, a los Clutter y a quien quiera anduviera por allá. Me describió docenas de veces como iban a hacerlo, como él y Perry iban a atarlos y después a pegarles un tiro. ” Gracias la confesión de Wells, la policía los atrapo cuando, agotados de su periplo por Méjico, ya sin dinero, habían vuelto con la intención de Hickock de colocar algunos cheques falsos a ex-compañeros. Detenidos y condenados, esperando por la ejecución en la horca, Capote tuvo el tiempo necesario para ganarse su confianza y reconstruir su vida y su itinerario antes y después del asesinato.” (De la Torre, I. 2006)

Todo esto más se dio por la poca innovación que había presenciado Capote dentro de la literatura, muchos estilos eran muy repetitivos y siempre eran los mismos géneros sin ninguna innovación en las mismas, todo esto para dar mayor peso a las palabras que una vez expresó Armaud Desplechin “Todas las historias ya han sido contadas”. Viendo su pasado y sobre una frase que una vez manifestó “Vivimos en la oscuridad. Hacemos lo que podemos. El resto es la demencia del arte.” Da a entender porque el estilo mismo que sin querer había logrado crear, aun después de haber sido tachado como un loco por pasarse tanto tiempo en un lugar alejado como Kansas; incluyendo declaraciones en las que expresaban su indignación por tal actitud y comportamiento que mostraba un escritor serio como él.

Sin embargo, al final de todo, después de sacar a la luz con un gran brillo esa gran novela, para muchos de su compañero ya no lo veían de la manera en la que antes lo tenían tachado. Más bien pensaban que se merecía un merecido descanso después de todo ese tiempo detrás de ese caso, inclusive el mismo sabía que merecía ese descanso. Pero fue esa euforia lo que lo impulsaba a seguir publicando una infinidad de reportajes, un claro ejemplo de ese amor y dedicación a lo que verdaderamente amas. Ese era el amor y talento de Capote. Fue esa veracidad y dedicación como paciencia lo que llegó a lograr que muchas de sus novelas fueran encontradas por 35 semanas en el The New York Times

Mas, no obstante, todo este movimiento terminaría en noviembre de 1966, mientras se daba la fiesta en honor de Kanzay Graham, editor del Washington Post, la cual se celebró en la Plaza para celebrar sobre el haber logrado crear este nuevo movimiento literario considerado también como “novela testimonio”, y es cuando Capote decidió apuntar sus idean en un nuevo proyecto igualmente codicioso, pero que de igual forma intentaría innovar en este nuevo ámbito que había logrado formar. Fue cuando decidió escribir otra gran obra literaria donde contaría sobre ese ambiente sofisticado que tenían las clases altas que se encontraban presentes en esos años, quienes se habían mesclado con antiguos aristócratas hasta llegar a las estrellas de cine. Esta novela sería un análisis de un pequeño universo que se había creado en la sociedad entre aristocráticos y mundanos en Europa y de ciertos factores de Estados Unidos

“Durante cuatro años, más o menos de 1968 a 1972, pase la mayor parte del tiempo leyendo y seleccionando, reescribiendo, catalogando mis propias cartas y las cartas de otras personas, mis diarios y cuadernos de notas de los años de 1943 a 1965. Tenía intención de emplear gran parte de esos textos en una obra que proyectaba desde hacía tiempo: una variante de la novela real.” (Capote, T s/f)

Con el título de “Plegarias Atendidas” es una de las obras que había comenzado desde 1966 con un contrato, pero mucho antes de la publicación de “A Sangre Fría” y con una fecha límite de entrega que era el 1 de enero de 1968, al final tuvo que ser pospuesta muchas veces, llegando desde 1973 a 1974, llegando a 1977 y finalmente saliendo a la luz en 1981.

Por más que para Capote consideraba esa época como