CUANDO LA MUERTE SE MEZCLA CON LA VIDA: INVESTIGACIÓN DOCUMENTAL SOBRE LA MUERTE EN LA NOVELA PEDRO PARÁMO DE JUAN RULFO

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Ahora bien, la confusión reside en que es difícil distinguir quienes de los habitantes del pueblo están muertos ya que aun después de la muerte siguen aparentemente “con vida”. A medida de que avanza la historia nos damos cuenta de que Comala es un pueblo de pecadores, y como dicta la creencia mexicana, al morir en pecado se acoge la condena colectiva de vagar sin descanso, por ello las almas de los muertos siguen recorriendo las calles de Comala. “Los únicos que regresan a la tierra (es una creencia muy popular) son las ánimas, las ánimas de aquéllos muertos que murieron en pecado. Y como era un pueblo en que casi todos morían en pecado, pues regresaban en su mayor parte. Habitaban nuevamente el pueblo, pero eran ánimas, no eran seres vivos”[2]. Al ir muriendo todos, el pueblo quedo prácticamente desierto, sin personas vivas, desde el punto de vista religioso, al no haber nadie que intercediera por el alma de los pecadores muertos, estos no encontraban la paz y quedaban vagando por Comala. Si ponemos mayor énfasis en este punto, nos daremos cuenta que, la fe juega un papel importante en el tema de la muerte, pues el padre Rentería tenia la potestad de otorgar el perdón a los muertos, sin embargo, este se los negó, teniendo así como consecuencia que las almas vagaran en busca de alguien que rece por ellas “Si usted viera el gentío de ánimas que andan sueltas por la calle. […] Ninguno de los que todavía vivimos está en gracia de Dios”, (Pp.55); “un puro vagabundear de gente que murió sin perdón y que no lo conseguirá de ningún modo”, (PP.56)[3]. El pecado es el motivo último al que los personajes señalan para explicar la maldición que ha recaído en Comala “¿No me ve el pecado? […] Y eso es sólo por fuera; por dentro estoy hecha un mar de lodo” [4]: el incesto, el suicidio, las violaciones, el asesinato, el engaño, la avaricia y el adulterio son solo algunas de las acciones reseñadas que corrompen el alma, así como el pecado del padre al no otorgarles el perdón entonces lo único que les queda es vagar sin rumbo por las calles de Comala, en busca de alguien vivo que se apiade de ellas y eleve una plegaria al cielo para encontrar el descanso eterno, es por ello que cuando Juan Preciado llega al pueblo, las animas se aferran a el hasta tal punto de asfixiarlo por tantas voces que el oía, llevándolo así a la muerte “Vi que no había nadie, aunque seguía oyendo el murmullo […] Comencé a sentir que se me acercaba y daba vueltas a mi alrededor aquel bisbiseo apretado como un enjambre, hasta que alcance a distinguir unas palabras casi vacías de ruido: “Ruega a Dios por nosotros”. Eso oí que me decían. Entonces se me helo el alma. Por eso es que ustedes me encontraron muerto”[5] Como podemos ver, Juan Preciado nos relata su misma muerte, entonces podemos decir que Comala es una clase de infierno al que puedes acceder pero no regresar pues quedas atrapado en los murmullos de las otras animas, puesto que estos habitantes están a la espera de redimir con sus oraciones los pecados del alma, y en la espera eterna acogen a los pocos visitantes que llegan, arrastrándolos a su purgatorio y llevándolos a la muerte.

Si bien es cierto que Pedro Páramo personifica la figura demoníaca debido a sus tiránicas acciones característica también reflejada en su único hijo reconocido, Miguel Páramo, pero como ya mencione anteriormente, el pecado está en todas las almas a las que se les ha impedido la posibilidad de purificar sus acciones a través del arrepentimiento y del perdón, dado que se les ha negado, rotundamente, toda esperanza en Dios. La derrota se hace efectiva cuando los habitantes de Comala asumen su pena y se entregan, con sumisión, a su aciago destino. Podemos deducir entonces que Comala es el mismo averno, en donde son lanzados los ángeles caídos, los demonios que vagan por las calles en busca de que alguien escuche sus pecados y le cuente los suyos, para arrastrarlos así al infierno de PEDRO PÁRAMO.

Conclusión

Para resumir, se logró comprobar satisfactoriamente que, en efecto, las almas en pena no poseen una trascendencia al otro mundo dado que Comala era un pueblo pecador, y por ello las almas están cumpliendo su purgatorio. El infierno de Comala reside sobre todo en el hecho de que ya no hay vivos en ese lugar y por ende no hay quien rece por los muertos.

Podemos apreciar también la psicología de Juan Rulfo a través del texto, pues nos refleja la nostalgia de una persona que presencio la muerte desde la infancia, aunque Rulfo diga que no es así, muy en el fondo se percibe esa tristeza “Tal vez en lo profundo haya algo que no esté planteado en forma clara en la superficie de la novela. Yo tuve una infancia muy dura, muy difícil. Una familia que se desintegró muy fácilmente en un lugar que fue totalmente destruido”[6]

Realizar este trabajo fue una experiencia maravillosa, ya que te enseña a analizar un texto desde diferentes perspectivas. Admito que no es una cosa fácil puesto que se requiere mucha preparación y concentración, pero al final siempre te dejara algo nuevo. Considero que la gente no debería quedarse con las ideas que uno expone, recomiendo que se atrevan a llevar a cabo su propio análisis y así llegar a conclusiones distintas.

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