Capítulos 1,2,3 y / del País de Uno -Denise Dresser
Enviado por Ensa05 • 14 de Noviembre de 2018 • 11.047 Palabras (45 Páginas) • 352 Visitas
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Imagen 1: Cruces a las muertas de Juárez.
Hay algo que, como mexicanos se nos ha olvidado y es que México no tiene por qué ser sensible a las denominaciones raciales puesto que nunca ha sido un país racista, nunca ha sido un país de excluyente, nunca ha sido un país intolerante.
Dicen aquellos que ignoran los códigos de conducta del lugar que habitan, pero porque sus argumentos se ignoran a millones de mexicanos forzados a vivir a la intemperie, sin la protección de la ley, sin un paraguas de igualdad sin un cobertor que arrope sus derechos civiles. Muchos mexicanos han sido hostigados por depredadores sexuales, ya que actualmente a las mujeres y hombres (a pesar de que existen leyes que nos protegen) llegan a ser mutilados por secuestradores, asaltos por hombres abusivos, asesinatos incluso por su género y su edad, su etnia y hay millones de mujeres que viven la violencia desde su propia casa y millones de indígenas que padecen la discriminación, hay también muchos homosexuales que enfrentan la homofobia y miles de discapacitados que sufren el rechazo incluso de su familia por ser diferentes y a muchos de ellos, los catalogan raros. Cuando en realidad, todos somos raros por no defender a nuestro país y permitir que sea un país discriminador.
En nuestro país aún hay millones de individuos a los cuales se les discrimina, se les odia, se les golpea, se les trata como ciudadanos de segunda clase por su sexo, por alguna discapacidad, por ser joven, niño o niña, persona adulta, mayor o joven, incluso por su origen étnico, su apariencia su nacionalidad, por su preferencia sexual y por ser a veces un migrante.
En ocasiones hay indígenas a quiénes se les niega el ejercicio igualitario de libertades y oportunidades, de mujeres a las cuales se les excluye y se les pone en desventaja, hay homosexuales sometidos a la intolerancia sistemática injusta e inmerecida, no vamos tan lejos… Hay lugares donde se les prohíbe la entrada a indígenas a homosexuales en los camiones, en los vagones del metro, aunque haya asientos reservados para las embarazadas, personas con alguna discapacidad y/o para personas de la tercera edad, ¿Por qué hace el mexicano con su propia gente? ¡Fácil! No les dan el asiento, se hacen los dormidos, se voltean y miran a otro lado, se agachan y hay veces en las que se ha llegado a las agresiones por parte de un tercero al defender a la mujer, o al indígena, al niño o a la persona mayor para que se les otorgue el lugar asignado, donde se les otorgue una igualdad en cualquier ámbito y en cualquier lugar.
Hablemos un poco de los mitos, el mito del país que es clasista y uno de los mitos del país que abolió la esclavitud y que con ello eliminó la discriminación es completamente un mito, el mito del país progresista donde un indio zapoteca pudo ser presidente ¡Ja!
Recordemos que esas son ficciones indispensables, son ideas aceptadas por el mestizaje civilizador; el indio noble, la mujer como madre patria, la revolución igualitaria, la cultura acogedora, esas… son verdades a medias y que son como bálsamo, como un ungüento para calmar, un antifaz para cubrir la verdadera realidad, esas son mentiras, son mentiras aceptadas y que lamentablemente oculta la realidad de nuestro país, un país que está poco dispuesto a confrontarla, donde nadie nunca se declara homofóbico, racista y machista o en favor de la violencia porque al momento de confrontarla y de declararnos como tal, pueden ser discriminados y a mucha gente no le gusta ser discriminado por algo tan sencillo o por algo tan natural como puede ser la homosexualidad. El mexicano no tiene la culpa de ser del color que somos, ni tampoco la clase social en la que nos desenvolvemos o en la que nacimos.
Por ejemplo, se menciona que hay países donde el 30.1% de las personas con educación secundaria no están dispuestas a permitir que en su casa vivan personas con alguna discapacidad, donde sean de otra raza, donde vivan extranjeros, donde no permitirían una cultura distinta, donde viven personas con ideas políticas distintas a la suya o donde vivieran homosexuales, lesbianas, donde incluso hay países donde; el no tener dinero, la apariencia física, la edad y el sexo son las condiciones más identificadas por la población cuya dignidad ha sido herida.
Un claro ejemplo; donde hay miedo compartido de quienes caminan por las calles de Nuevo Laredo y de Ciudad Juárez (la nación apoyada por 1 de cada de 5 mexicanos) a quienes les parece natural que las mujeres no tengan voz ni voto, donde existe algo llamado “machismo” en donde la mujer tiene que ser sometida a lo que el hombre diga y si no se hace tal cual lo dice el hombre, la mujer sufre de violencia física, sexual y psicológica y que la gente, aunque lo mire.. cierran los ojos, es un secreto a voces!!!
Tenemos los ojos cerrados frente a la pobreza desgarradora, donde debemos tener en claro que si México es un país discriminatorio, es porque nosotros como mexicanos y como individuos lo hemos permitido, hemos permitido que la gente abuse de otros, abuse de nosotros mismos en cualquier ámbito, en cualquier situación, pero todo es en las actitudes de nuestros conocidos e incluso el ser elitista. Por ejemplo, si una persona o un mexicano no puede ser alto, delgado, rubio, ojos claros no puede pertenecer a una sociedad como la de nosotros o a lo que estamos acostumbrados, caso contrario, se alejan de los indígenas que se acercan a ofrecerles su producto porque están sucios, porque huelen mal, porque son bajitos, son gorditos, morenos, no hablan español o hablan alguna otra lengua.
En México hay ocasiones en la que nuestra discriminación hace que el propio mexicano regateé el valor del producto que se realiza con las manos y no puedo creer que mejor en otros países, el mexicano es aceptado de manera saludable, de manera satisfactoria, cálida, sin ser discriminado y que tenga mejor trato en otros países que en su propia ciudad natal… pero sobre todo, en su México.
CAPÍTULO I.- ¿CÓMO HEMOS SIDO?
País de Privilegios.
¿País de privilegios? ¡Cuáles privilegios! Más bien, serían privilegios de los ricos, ya que todos somos… como bien lo menciona la periodista politóloga; todos somos una naranja sin importar si es la mitad, un tercio o un cuarto, al igual que todos, no tenemos ciertos privilegios ¿Por qué? Porque estamos siendo exprimidos por la política, por el gobierno, porque a cada rato nos hacen cobros y cargos de Telmex, del banco Scotiabank, Citigroup, de la Comisión Federal de Electricidad, de las Afores, de la telefónica
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