DESAFIO CONSTRUCTIVISTA AL REALISMO ESTRUCTURAL

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En este punto es necesario decir que, el Estado se convierte en un actor real, auto-organizado que posee algunos intereses básicos antes de su interacción con otros estados. Así entonces, los estados se convierten en los actores principales en la política mundial en tanto se establecen como unidades de conocimiento colectivo en el cual prima el pensamiento colectivo el cual se encuentra ligado a necesidades básicas como la supervivencia física, la autonomía, el bienestar económico y colectiva autoestima, a saber, la necesidad del grupo para sentirse bien acerca de si misma.

Para Wendt, el modelo de Waltz en cuanto a la política internacional establece la anarquía y la distribución de capacidades materiales como factores causales primarios en el que el neorrealismo no puede explicar las variaciones en los resultados internacionales manteniendo así el interés del estado por mantener un “status quo” que conforman un estado que vive en tranquilidad; de quienes desean mantener lo que tienen, pensamiento que se encuentra intervenido por aquellos que intentan cambiar el sistema a través de la fuerza, que son los llamados “estados revisionistas”, que constituyen aquellos estados que mantienen una supervivencia conflictiva.

A partir de lo anterior, Wendt explica “las tres culturas de la anarquía” que han diferenciado en varias ocasiones las relaciones internacionales, las cuales se enmarcan en tres diferentes pensamientos: la de Hobbes en el que el otro estado es siempre el enemigo; la de Locke, estados que promueven la violencia como herramienta básica y la de Kant que establece un estado con relaciones democráticas que resuelven los conflictos a través del trabajo en equipo y sin violencia.

Teniendo en cuenta lo anterior, se puede afirmar que el análisis realizado por Wendt ha desarrollado contribuciones dentro de sus argumentos dado que brinda un apoyo social en cuanto se refiere a la diplomacia como una ventana que podría cambiar la forma en que los estados se ven unos a otros. De igual forma, para Wendt los estados poseen necesidades básicas y aunque ellos se mantienen independientes su futuro depende de los procesos sociales y de la interacción social.

En este sentido, se entiende que los constructivistas pueden o no cambiar su forma de percibir al estado a través de sus diferentes interacciones, sin embargo si estas se llevan a acabo solo al interior del estado, la diplomacia y las relaciones internacionales son insuficientes y no tendría nada que ver con dichas relaciones. Por tal motivo, la incertidumbre en el otro estado se reafirma dado que siguen con el pensamiento de que el otro estado puede o no actuar de forma agresiva a pesar de todos los esfuerzos diplomáticos.

Así entonces, para los realistas sistémicos el constructivista es más de un estilo interior y doméstico, que se da al interior de los estados en sus procesos internos y que tiene el poder de cambiar la naturaleza del oponente con el tiempo, sin embargo, esto no evade la responsabilidad de caer en conflicto o guerra. De tal modo que en el presente documento se establece la relación de los estados como agentes activos dentro de las relaciones internacionales y como éstas influyen en las políticas internas y externas de los estados.

Por último, para el autor del presente documento la diplomacia cumple un factor fundamental por cuanto constituye una base por medio de la cual se abre la posibilidad de acceder cada vez a menos malentendidos y problemas entre estados. Sin embargo también explica, que ello es independiente de las intenciones que tengan los líderes de turno frente a sus intenciones en cuanto a la estabilidad de las políticas y relaciones que desean tanto a nivel nacional como internacional.