Derecho mercantil Telmex, S.A. de C.V. - Sears Roebuck S.A. de C.V.
Enviado por monto2435 • 31 de Octubre de 2017 • 1.623 Palabras (7 Páginas) • 787 Visitas
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de valores de libertad, igualdad y solidaridad entre los elementos personales de la empresa.
Política - Desde el ámbito del poder público los criterios del Estado, según su orientación histórica, son determinantes para marcar el rumbo de la actividad económica. Así, la época liberal se caracterizó por el pleno ejercicio de las libertades en el orden religioso, en el político, en la profesión y en el predominio de la idea del “Estado gendarme o policía”, lo que provocó la apertura de la libre empresa y en consecuencia la autoridad estatal sólo se ocupó de vigilar que se cumpliera con el respeto a las libertades, se llegó al extremo de una desregulación por parte de la autoridad y a una nula participación del Estado en la actividad empresarial.
Administración - Vivimos en una civilización en la que el esfuerzo cooperativo del ser humano es la piedra angular de la sociedad contemporánea. En ese sentido, la tarea básica de la administración es la de realizar las cosas a través de las personas, ya sea en la industria, comercio, servicios públicos, instituciones privadas, o de cualquier otra índole.
Derecho - La diversidad de relaciones que surgen al intercambiar bienes y servicios, que constituyen la parte fundamental de la actividad económica, implica la necesidad de que se realicen en un marco de orden, igualdad y seguridad jurídica.
El orden jurídico es el sometimiento de una actividad a un conjunto o siste- ma de normas por los miembros del grupo social, incluidas las autoridades, con el fin de alcanzar la paz y el bienestar social.
La igualdad jurídica significa que el sistema de normas otorgue sin exclusión el mismo trato (deberes y derechos) a todas las personas a las que se dirige.
En cuanto a la seguridad jurídica, consiste en la certeza que tiene el individuo de que el ordenamiento jurídico sea aplicado en cualquier situación prevista en la norma.
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La empresa ha constituido, durante al menos dos siglos, la unidad fundamental del desarrollo económico, y en consecuencia de las sociedades modernas; tanto de la sociedad industrial que agoniza, como de la nueva sociedad informacional que vemos apuntar desde hace dos décadas. Y entra de lleno en la lógica de la Sociología, como ciencia que, al decir de Max Weber, pretende la interpretación comprensiva de la acción social, el ocuparse de la cuestión
Los primeros estudios semejantes a lo que actualmente es sociología de la empresa estaban vinculados a la sociología industrial y a la sociología del trabajo. Estudiaban las consecuencias del trabajo industrial sobre la sociedad y las condiciones laborales de la clase obrera. Sus primeros autores son Max y Alfred Weber, pero existen precedentes en el Ameliorismo británico y en la obra de Karl Marx y otros marxistas. En todos estos casos, la empresa fue para los autores del XIX una especie de caja negra, de la cual se analizaban sus consecuencias en el exterior pero no los procesos internos.
La sociología de la empresa se desarrolla como tal desde los años 20, paralelamente al desarrollo de la psicología industrial y gracias al a labor de psicólogos sociales como Elton Mayo, Moreno, Lewin que comienzan a realizar estudios sociales de la organización empresarial. De estas experiencias, suficientemente conocidas, surgen la psicología industrial y la sociología de la empresa, dedicada la primera a una visión más individual de la conducta y la segunda a una visión más global.
La sociología de la empresa tiene un nacimiento residual. Intenta explicar aquello que no explica la lógica económica y racionalizadora dominante en la ciencia de principio de siglo, pretende estudiar el residuo estadístico. En el momento en que se demuestra que los modelos racionalistas abstractos no son capaces de analizar la realidad ni solucionar problemas, es cuando se empiezan a considerar variables sociales y psicológicas que hasta el momento se habían considerado residuales.
La preocupación por estas dimensiones crece cuando se descubre que la racionalización y la estandarización de los procesos productivos no siempre tienen resultados previsibles y estables. Se comprueba con facilidad que en empresas que cuentan con organigramas y procesos de trabajo prácticamente iguales, la productividad puede ser muy diferente en función del clima social, las diferencias de cultura, el estilo de liderazgo...
La empresa ha constituido, durante al menos dos siglos, la unidad fundamental del desarrollo económico, y en consecuencia de las sociedades modernas; tanto de la sociedad industrial que agoniza, como de la nueva sociedad informacional que vemos apuntar desde hace dos décadas. Y entra de lleno en la lógica de la Sociología, como ciencia que, al decir de Max Weber, pretende la interpretación comprensiva de la acción social, el ocuparse de la cuestión
Existen dos líneas de acercamiento al fenómeno social de la empresa: una línea que podríamos llamar organicista, interesada en hallar los mecanismos que posibiliten la estabilidad social, en el propio marco de la empresa; y una segunda línea que denominaremos conflictualista, preocupada más bien tanto por las disfunciones que se producen dentro de la empresa, como por las que ésta provoca, en su forma industrial y capitalista, en el resto de la sociedad. En ambos casos, sin embargo, se trata en el fondo de una preocupación, recurrente en la Sociología, por la evolución de las sociedades, y más concretamente por la transformación que supone el paso de las sociedades tradicionales, rurales, a las sociedades modernas, urbanas e industriales, en las que "la organización y la producción industrial -la fábrica- tiene una importancia fundamental en la organización de la convivencia"
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