Discriminación en el aula debido al bajo rendimiento y problemas conductuales

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el clima organizacional y los valores del sistema escolar.

Hoy en día en Chile muchos escolares presentan bajo rendimiento, perturbaciones conductuales y emocionales. Muchos de ellos no reciben la atención profesional necesaria ni dentro ni fuera del ámbito escolar. Estos problemas de rendimiento, de conducta y emocionales que no son atendidos, no sólo desencadenan problemas en el aprendizaje de estos estudiantes, sino que afectan la capacidad de los profesores para enseñar, pues se predisponen a que determinado alumno tiene un tope y por tanto bajan las expectativas que tienen de lo que ese estudiante puede aprender. Además los docentes no tienen, o no consideran tener, las herramientas necesarias para lidiar y resolver los conflictos que pueden generar las conductas subversivas o agresivas dentro del aula.

“Otras investigaciones muestran que los estudiantes con problemas de aprendizaje exceden el rango normal de impulsividad y exhiben importantes déficits de atención. Muchos alumnos con problemas para aprender reaccionan rápidamente sin pensar en posibilidades alternativas de respuestas” (Raymond 2000)

El profesor de enseñanza pre-básica, básica o media, tarde o temprano deberá enfrentar algún alumno que presente problemas de conducta, que altere la convivencia con sus compañeros y que interrumpa la clase. La conducta disruptiva que el estudiante presente puede variar considerablemente de acuerdo a la naturaleza del problema que lo afecte, al tamaño del curso, a la materia que se esté enseñando y al tipo de escuela.

La reacción inmediata del profesor y de los profesionales de la educación en general es aislar al estudiante, pero con esta acción la mayoría de las veces no logran corregir dichas conductas sino que por el contrario solo generan más actitudes agresivas en el estudiante.

Muchos profesores dirán que tienen una clara idea de lo que constituye un problema de conducta, pero muy pocos sabrán verdaderamente los factores particulares que las generan en cada caso; un niño puede presentar problemas de conducta con un profesor pero no frente a otro. Por otro lado sus alteraciones pueden presentarse de manera transitoria o periódica

Pizarro (1985) define el rendimiento como una capacidad respondiente de éste frente a estímulos educativos, susceptible de ser interpretado según objetivos o propósitos educativos pre-establecidos.

En tanto que Nováez (1986) sostiene que “el rendimiento académico es el quantum obtenido por el individuo en determinada actividad académica. El concepto de rendimiento está ligado al de aptitud, y sería el resultado de ésta, de factores volitivos, afectivos y emocionales, además de la ejercitación”.

Los educadores pueden sentirse frustrados y sentir ansiedad cuando debe enfrentar un alumno con bajo rendimiento o con problemas de conducta, pero por ningún motivo puede pasar por alto esta realidad, pues las implicancias en proceso de aprendizaje y desarrollo de los educandos son de gran envergadura.

Bibliografía

Casey, R. (1996). “Emotional competence in children with externalizing and internalizing disorders”. En: M. LEWIS and M. WOLAN (Eds.). Emotional Development in atypical children: 161-184. Lawrence Erlbaum, Associates Publisher.

García, O., Palacios, R. (1991). Factores condicionantes del aprendizaje en lógica matemática. Tesis para optar el Grado de Magister. Universidad San Martín de Porres, Lima, Perú.

Mercer, C. (1997). Students with learning disabilities. Prentice Hall.

Novaez, M. (1986). Psicología de la actividad escolar. México: Editorial Iberoamericana.

Pizarro, R. (1985). Rasgos y actitudes del profesor efectivo. Tesis para optar el Grado de Magíster en Ciencias de la Educación. Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile.

Raymond, E. B. (2000). Learners with mild disabilities. A Pearson Education Company. Allyn and Bacon. Boston,