El Gobierno de Gabinete de Diego Valadés y el artículo Un Laberinto sin Minotauro de Francisco Casanova Álvarez
Enviado por tomas • 3 de Enero de 2019 • 2.968 Palabras (12 Páginas) • 330 Visitas
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Y eso nos lleva al siguiente punto que es interesante señalar, estamos hablando de mayoría de votantes ‘activos’ y no de ciudadanos ni de voluntad popular, estrictamente hablando, porque tenemos abstención en cada elección, y eso, nos guste o no, es una forma de voto, extraña, pero voto a fin de cuentas y está reflejando algo, es un ‘voto’ en contra de los Partidos o de los típicamente establecido, y entonces la consecuencia lógica de esto sería la segunda vuelta, que no se lleva a cabo en México, por los altos costos que implicaría y el disentimiento de una elección que estaría plagiada de corrupción y conflictos de interés. Tendríamos que buscar mecanismos que obligaran a llevarse a cabo en el país elecciones limpias, y útiles, de manera que el presupuesto no se fuera a la basura en forma de boletas electorales.
Retomando el punto de las formas en las que son Jefes de Estado y Jefes de Gobierno, señala: "hay constitucionalismo cuando una pluralidad de agentes y órganos políticos participan en las decisiones del poder; hay autocracia cuando esas decisiones está concentradas en una persona o en un solo órgano colegiado" (Valadés, 2005), y entonces analiza los casos de América Latina, diciendo que hay tres: El Tradicional, El Transicional y el Democrático, que es el más común en Latinoamérica, y para calificar si es válido un sistema presidencial, se tienen que fijar en la vigencia y eficacia de los instrumentos de control, y se refieren al control que ejerce el Congreso junto con el Gobierno, y nos lleva ver que los Legisladores muchas veces son movidos no sólo por su partido, sino también por el Presidente en turno.
En el Tradicional, que consiste en un ejercicio autoritario del poder, como es el caso de República Dominicana y, en cierta medida, el de México, nos brinca al Transicional , en el que se pueden encontrar controles jurídicos eficaces, aunque asimismo controles políticos insuficientes, que es el supuesto en el que se encuentran ubicados la gran mayoría de los Estados Latinoamericanos; y Democrático, caracterizado por la presencia de controles políticos de la actuación presidencial, como es el caso de Chile, Costa Rica, Uruguay y, con ciertas dificultades por la violencia interna existente, también en Colombia, yo incluiría a México en éste punto también.
Obviamente el tener un sistema Monopartidista, hace que no haya controles y se dé el Presidencialismo que exacerbado hace que los que están en turno en el poder hagan lo que quieran, ya lo hemos en visto en clases y con ensayos anteriores, el PRI hizo y deshizo a su antojo, no había frenos de ningún tipo. El hecho de que haya más partidos, de que sea “pluripartidista” de cierta forma lleva a evitar la tendencia autocrática, y se da entonces lo que le pasó a Fox cuando se oponían en la Cámara de Diputados, aunque esto es cuestionable por mi parte, debo acepar que tiene un punto de razón, si se ponen contrapesos, pero no siempre son los necesarios o los más óptimos para llevarlos a cabo los partidos en turno.
El autor se plantea las siguientes interrogantes: ¿es democrático el sistema presidencial mexicano? Y ante la negativa inmediata y evidente respuesta, se piensa: ¿cómo democratizar el sistema presidencial mexicano? La democratización del sistema presidencial en México a través del Gobierno de Gabinete.
Por eso Valdés quiere un gobierno diferente, un gobierno racionalizado, que sería éste Gobierno de Gabinete, un gabinete plural, en el que exista la conciliación y la cooperación, entre Partidos Políticos, con limitaciones sistematizadas y consensuadas al poder unipersonal del Presidente.
Quiere un Jefe de Gabinete ratificado por una de las Cámaras del Congreso, él dice que sea la de Senadores, pero bien podría cambiar, con lo cual, señala, se garantizaría que existiera interlocución entre el gobierno y el Poder Legislativo, además de cooperación política y mejor entendimiento, así, según esto, serían menores las posibilidades de una crisis interna de poder. En mi opinión, y ya lo comentaba, es viable, pero no en México, aún no estamos listos para obligar a las esferas del poder, a que exista conciliaciones y arreglos de manera abierta, limpia y plural, en México se da mucho hacer todo por ‘abajo del agua’, aunque sí me gusta bastante el Jefe de Gabinete aprobado por la C. de Senadores, no obstante también trasladaría consecuencias negativas como corrupción con tal de conseguir la mayoría suficiente en la Cámara y ganar.
Esto nos lleva a las características del Sistema Político Mexicano derivadas de la transición, como lo son los Sistemas de Partidos, el Sistema de Gobierno y el que muchas veces se ha sostenido por sí mismo, el Régimen Federal, de la mano del profesor Casanova, nos lleva por un muy buen y yo diría, oportuno ensayo, sobre ese Minotauro, y la agonía que carga a cuestas de un Sistema Político que se estaba agotando efervescentemente, señala: “Fue hasta fines del periodo, en 1968,cuando el movimiento estudiantil hizo crujir los cimientos del sistema político, si bien la represión selectivamente aplicada permitió mantener la estabilidad, concentrando la disidencia en grupos y sectores focalizados, minimizando sus consecuencias.” (Casanova Álvarez), lo anterior es muy importante si recordamos que a partir de aquí se empieza a desmoronar lentamente lo que conocíamos hasta la fecha como el típico Sistema Político Mexicano, en los años setenta, cuando México había creció exponencialmente y poseía más problemas entre diferentes conjuntos de sectores, el partido dominante se iba quedando sin opciones, con disidencia “llevó a un segmento de la elite gobernante en ese entonces a la conclusión de que el PRI había perdido la hegemonía y era necesario afrontar los retos que representaban esas corrientes disidentes abriendo espacios nuevos para la institucionalización de la lucha política.” (Casanova Álvarez) La gente ya veía los cotos de poder y como se iban llevando a cabo, las “lacras” que estaban y no dejaban hacer, comienza la búsqueda entonces de nuevos espacios para el poder.
Las capacidades del sistema eran mínimas para satisfacer las necesidades pertinentes, muchos militantes se fueron al PAN, hubo múltiples crisis económicas, se habían acabo los gloriosos días de persuasión, control y manipulación del sistema. Lo repasábamos en clase y en el ensayo, las crisis económicas de 1976, 1982, 1986 y 1995 junto a las necesidades lacerantes de la globalización, traían presiones internas, crecimiento demográfico, se daba esa sensación de estar al margen de las decisiones y no poder hacer nada activamente para cambiarlas, en mi opinión, la máxima expresión de aquello fue el
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