El vestirse deberia ser un arte
Enviado por tolero • 7 de Septiembre de 2017 • 1.135 Palabras (5 Páginas) • 678 Visitas
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Al cabo de media hora, de estar insistiendo en lo mismo, comenzó ya decidida a escoger como quería que el mundo la reconociera. El cuarto se encontraba tal y como si un tornado hubiera pasado sobre él, dejando a sus pies todo un almacén de ropa tirado, zapatos, blusas, pantalones, vestidos, unos que otros con colores chillantes que pareciera que los había comprado con la intención de que nadie la perdiera de vista.
Así es ella, caracterizada por sus colores y su manera tan especial de vestirse, por ser tan apasionada en todo lo que hace, dejando siempre huellas de su locura, de sus ideas tan fuera de sí, ideas que según ella, “El mundo podría adoptar”.
A lo lejos puede escucharse una voz femenina gritando con delicadeza y amor ¡Vanessa, van a ser las diez, que esperas chamaca del diantre!, es la frase con la que despierta a cualquiera, haciendo pensar que está muy enojada, cuando en realidad, es el amor que toda madre posee por sus hijos al preocuparse para que cumplan con sus obligaciones.
Sin importarle los gritos que haya afuera se escuchan, Vanessa sigue combinando su guardarropa, todo con una serie de emociones, porque de repente pasa de la alegría de parecer encontrar algo, pero que de repente, viensola puesta, cambia.
Los colores en su piel blanca pueden notarse fácilmente, como cuando pasa de la alegría al coraje de no saber que ponerse, de no lucir agradable al mundo.
Los minutos pasan, se escucha el “tic toc” del reloj, el tiempo no espera a nadie, ni siquiera a Vanessa, pareciera que las manecillas están mas apresuradas que nunca, haciendo que pasen y pasen los minutos, segundos y ¡horas!...
Llena de rabia y coraje avienta todo en la cama, dejando caer su sudado cuerpo, se levanta y se sienta en el buró de la izquierda de su cama, mirando todo lo que ha provocado en ese cuarto, por tratar de demostrar que el vestirse es un arte.
El reloj ha marcado las diez y cuarto, apresurada se levanta y como por arte de magia escoge algo que tiene horas se había probado, pero que justo ahora era lo más lindo y adecuado.
Falda amplia, con estampado de animal print, una blusa blanca y plataformas cafés, con un collar en el cuello y aretes largos, es lo que Vanessa desprecio minutos antes, pero que ahora, era lo que andaba buscando.
- ¡Perfecto!, ahora si puedo mostrarme al mundo – La alarma vuelve a sonar, ¡Son las 10 con treinta minutos!, cada vez más fuerte y preocupante, ya que a las once, Vanessa tiene que estar en la universidad.
Y allá afuera pero más cerca que antes, vuelve a escullarse las dulces palabras de su madre: ¡Vanessa!, ¿Qué esperas para bajar desayunar, chamaca de los mil diantres?, ¡Se te hace tarde! – Refunfuño su madre
Mientras que allá arriba sentada en la silla de su tocador, ultimando los pequeños detalles, como rímel, labial, polvo, rubor, con el pelo suelto. Mirándose en el espejo, solo logra decir, “Esto sí que es arte pura”.
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