ÉTICA Y DISCIPLINA El actor y su comportamiento dentro del arte
Enviado por tolero • 24 de Agosto de 2017 • 1.395 Palabras (6 Páginas) • 1.032 Visitas
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Es comprensible que de vez en cuando, nos surjan sentimientos de envidia, pero no es para nada justificable que dejemos salir a la luz tales bajezas y comenzar a juzgar el trabajo ajeno, que al final de cuentas termina repercutiendo en todos los miembros que conforman el proyecto. No es bueno que queramos darnos siempre protagonismo ni como director, actor, dramaturgo ni productor. Cada uno de nosotros hacemos un conjunto que al final de cuentas, sea funcional o no, nos genera protagonismo de cierta manera. Cuando se trata de esforzarse por la perfección, todo trabajo en el teatro es vital incluyendo el más humilde.
Congruencia
“No se puede ser un filisteo fuera del escenario y luego repentinamente transformarse en un Shakespeare cuando sube el telón”
Hay que ser congruentes con nuestras acciones dentro y fuera del teatro; mantener un balance. No por ser actor e interpretar todo tipo de roles se debe dejar a un lado la humanidad como individuo, sino todo lo contrario, ya que el teatro en parte es una búsqueda constante de sensibilidad y reflexión. El artista más que nadie está obligado a mantener la dignidad fuera del teatro debido al compromiso que le genera la unión con sus compañeros y su deber social con el público.
Recompensas del trabajo
Al momento de conseguir un papel en la obra, después del arduo trabajo de observación y entendimiento y aplicación tanto de la disciplina como del autocontrol, se sabe que el esfuerzo ha dado resultados.
Como actores debemos comprender la importancia que tienen el vestuario y el maquillaje, por ello, es nuestra obligación tratar con respeto y delicadeza cada una de las prendas o accesorios que serán necesarios para dar vida a alguien más en escena. Tanto es el cuidado que debemos poner en ello que sería una falta de seriedad a nuestro trabajo y a los demás, dejar tiradas las prendas por doquier.
Honestidad y responsabilidad
Otro orden importante es personal, al momento de entrar en actitud de trabajo. No sólo somos actores cuando presentamos la obra, o cuando llegamos al ensayo o a clases. Existe todo un proceso constante de preparación que no termina ni siquiera cuando culminamos la escuela o la temporada. Al estar consientes de ello es obligación propia continuar aprendiendo y ensayando, aprovechar cada minuto libre que tengamos para mejorar nuestra técnica e igualmente importante: no engañarnos pretendiendo hacer bien las cosas, ensayando con flojera hasta el punto de hacer todo mecánicamente.
Nuestro ambiente y el espectador
Lo que ocurre tras bambalinas puede verse tambien reflejado en la angustia o desconcentración del actor al pararse en escena. Cualquier disturbio podría repercutir nuestro desempeño. Igualmente quienes contribuyen con la labor teatral deben asegurarse de crear un ambiente amable en el que el público se sienta cómodo a fin de disfrutar plenamente la función.
Es un trabajo en conjunto brindar una buena experiencia teatral a los espectadores para que su interés crezca.
Disponibilidad y creación
No esperemos que el director nos diga siempre de qué manera debemos hacer las cosas, hay que estar preparados para proponer. La disposición con que abordemos el trabajo es capaz de repercutir directamente en nuestra creatividad y al final de cuentas se vuelve un círculo vicioso que engloba todos los aspectos antes mencionados y que influyen drásticamente en nuestro bello arte.
En resumidas cuentas el actor o artista que se acerque al teatro deberá comprender la importancia del arte y valorarlo, así como darle calidad a su trabajo en base a la disciplina y ética personal. Exigirse cada día y practicar constantemente será algo que lleve en práctica durante toda su vida profesional. Si queremos un teatro que se respete, debemos empezar a respetarlo nosotros mismos como artistas y creadores.
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