Ensayo ético sobre Damage

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Ella no sólo introduce la infidelidad en su vida, sino que insiste en mantener su doble vida a pesar que Stephen le propone formalizar su relación, en la escena del parque. Anna es libre en su sexualidad y quiere seguir siéndolo; no busca sustituir una relación por la otra, sino seguir manteniendo las dos de manera paralela e indefinida, ya que no ni infeliz con su prometido, sino que es un complemento para su idea de vida plena. Simplemente, busca ella disfrutar de su poder sexual y utilizarlo tanto como pueda para provocar, sutil y hábilmente, el inicio de nuevas aventuras, ya que no es Stephen el primero, sino que es el hermano de Anna.

Sin embargo, a pesar de la infidelidad por parte de Stephen, esta historia ejemplifica un tema que no es tan común, la infidelidad femenina: la supuesta maldición que traen consigo las mujeres infieles, cuyo amorío suele ir acompañado de la destrucción de sus amantes. Esta idea aparece reflejada en un gran número de representaciones, hasta el punto de que, en general, la representación de la infidelidad femenina suele aparecer asociada a la muerte o caída en desgracia de los hombres que la sufren, algo que no sucede en la representación de la infidelidad masculina. De hecho, este recurso se reitera tan a menudo que acaba convirtiéndose en un símbolo unánime, como si para los hombres la infidelidad de sus mujeres supusiera realmente la destrucción de su ego, la disolución absoluta de su identidad masculina.

Así, en esta historia, por ejemplo, todos los hombres que quieren estar con Anna mueren o caen en desgracia, por ejemplo, su propio hermano se suicida por un amor hacia ella no correspondido; su prometido muere por accidente al descubrir la infidelidad; y su amante, hasta entonces un respetado ministro, se ve obligado a dimitir ante el escándalo y cambia drásticamente su estilo de vida. El único que sobrevive es Peter, el mejor amigo de Anna, que es también el único que la conoce lo suficiente como para entender que la infidelidad y la atracción por la experiencia del peligro forman parte de la personalidad de Anna. Según Nietzsche “El hombre ama dos cosas: el peligro y el juego. Por eso ama a la mujer, el más peligroso de los juegos”, así que Anna sería un claro ejemplo de lo que se refiere con esta cita.