Ensayo: El Conde de Montecristo.

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Pierre Morrel, único amigo de Edmundo, hace todo lo que está en su poder para rescatar al muchacho y no darle más preocupaciones a su padre, pero todo queda en un intento.

En el Castillo de If Edmundo primero ruega a dios, pero después de unos años intenta suicidarse dejando de comer, y en su fallido intento de suicidarse ataca a uno de los guardias, lo que causa que lo manden al calabozo de alta seguridad donde van los presos más peligrosos. Oyendo hablar de un “abate loco” un día escucha ruidos de alguien cavando al otro lado de su celda, es el abate Faria, un viejo intentando escapar de If a quien sus planos le fallaron y en lugar de cavar un agujero hacia el exterior lo hizo hacia su celda vecina. Ambos prisioneros se hacen muy amigos, al grado de que el abate llama hijo a Dantés; le pasa todos sus conocimientos, de ciencia y de idiomas. Juntos analizan el por qué y cómo Edmundo fue a parar al Castillo de If. Mientras trabajan en su escape Faria sufre un segundo derrame (el primero sufrido en libertad) que lo deja paralítico, Edmundo continúa solo con el plan de escape pero siempre pensando que cuando todo listo este se llevará al abate consigo. Pero al tercer ataque Faria muere, entonces Edmundo cambia de lugar con el cadáver, pone al abate en su celda y este se mete a la bolsa donde sería transportado en una fosa, para su sorpresa es echado al mar; esquivando las rocas Dantés logra escapar y es recogido por un barco fingiendo ser un naufrago de la tormenta. En base de mentiras llega a la isla de Montecristo, donde Faria le había dicho que se encontraba un tesoro y sería todo para él si lograba escapar, así es como surge el conde de Montecristo un hombre millonario. Tiempo después, habiendo ocupado parte de la fortuna en hacerse un nombre, en investigaciones, y hacerse de más dinero, regresa a la ciudad de Marsella para retomar contacto con sus seres queridos, pero sólo halla desesperación. Tomando distintas personalidades, desde un abate italiano a un banquero inglés, Edmundo Dantés puede confirmar sus sospechas a través de Caderousse, (un antiguo vecino que fue cómplice de Danglars y Fernando), al que visita disfrazado de abate, fingiendo cumplir el último deseo de Edmundo. De su antiguo vecino descubre que todos los que le traicionaron han triunfado en la vida; Fernando se ha convertido en un conde y par de Francia, Danglars en un barón y en el banquero más rico de París, y Villefort en la personificación de la justicia parisina como procurador del rey. Aún más, Fernando se ha casado con Mercedes y tienen un hijo, Alberto. Mientras que sus amigos han sufrido, la casa de Morrel está casi en bancarrota y el faraón se ha hundido, siendo Simbad el marino, Dantés da un nuevo barco y paga las deudas a través de Julia Morrel.

Diez años después de su viaje a Marsella, regresa bajo el nombre de “Conde de Montecristo” para cobrar venganza.

Manipula a Danglars para que le de un crédito ilimitado y manipula la bolsa para destruir la fortuna de Danglars, cobrando los seis millones sólo cuando Danglars está al borde de la bancarrota y forzándole a huir a Italia. Ahí secuestrado por Luigi Vampa – el bandido más temido en Italia – vive a penas en condiciones precarias, donde en la cima de su agonía le revela su identidad.

Montecristo tiene una esclava griega llama Haydeé, su padre fue traicionado por Fernando y entregado a sus enemigos, se hace publica la historia lo que hace que la reputación del conde de Morcef se venga abajo, descubierta su identidad por Mercedes, ella abandona a su marido. Odiado por su propio hijo, Fernando se suicida.

La familia de Villefort es de las más inestables, Valentina quien es heredera a una gran fortuna, pero su madrastra, Eloísa pretende reclamar la fortuna para su hijo Eduardo. Montecristo conociendo sus intenciones, y al parecer de modo inocente, le proporciona un toxina que con una gota puede salvar la vida de alguien, pero con una sobredosis es capaz de matar a alguien. Eloísa mata a Barrois, un sirviente de la casa, tratando de asesinar al señor Noirtier; a los Saint-Méran, suegros de Villefort, e intenta asesinar también a Valentina.

Sin embargo, las cosas son más complicadas de lo que Dantés anticipó. Sus esfuerzos para destruir a sus enemigos y proteger a los pocos que le defendieron se entremezclan horriblemente. Maximiliano Morrel se enamora de Valentine de Villefort, y Dantés los ayuda a fugarse juntos fingiendo la muerte de la joven. Al verse descubierta por su esposo, Eloísa envenena al pequeño Eduardo y se suicida ella también. Todo esto hace que Dantés se cuestione su papel como agente de la venganza de Dios.

En el proceso, se conforma con su propia humanidad y es capaz de encontrar cierto perdón para sus enemigos y para sí mismo. Finalmente huye a Grecia con Haydeé, de quien se termina enamorando.

Comentario del Libro

Me ha fascinado, desde el principio sus páginas me fueron atrapando, pase noches en vela pues no podía dejarlo sin saber lo que pasaría en el siguiente capítulo, y en el siguiente de ese, y así sucesivamente.

La manera en la que Alejandro Dumas escribe es maravillosa, muy clara y acertada. Esta historia ha pasado a ser de mis favoritas, sin duda el segundo libro que más ha sido de mi agrado, después de “El evangelio según Jesucristo” de José Saramago.

Cuando creía la historia se estancaba y volvía aburrida, el escritor le daba un giro de 180° y la convertía de nuevo en una intriga. El protagonista es lo mejor de todo, sus múltiples personalidades tan fantásticas; puedes darte cuenta del sufrimiento que este pasa a cada momento, sobre todo al encontrarse con su amada Mercedes ahora en brazos de Fernando y con un hijo. Como la venganza es lo único que le pudo sacar adelante, y nunca se rindió.

Conclusión del Libro

Nunca te confíes del todo, pues cuando estés más feliz la vida te dará su mayor golpe. Ya es tu decisión si sobrevivir a él o no. Dantés lo logró a través de la venganza, al perderlo todo quiso que todos también perdieran lo que habían ganado cuando el injustamente sufría en el Castillo de If. Injusticia fue también que sus amigos perdieran mientras sus enemigos ganaban durante ese tiempo. Un dios que permitiera eso no es un dios, dios ya no existía para Edmundo, no podía existir un ser tan maligno que lo hiciera pagar por nada, por ser un buen hombre, por querer ser un buen marido. Pero en toda agonía hay un lecho de luz, Haydeé lo fue para él, un segundo amor con quien compartir el resto de sus días.