Ensayo de El Payador Perseguido
Enviado por Jillian • 26 de Octubre de 2017 • 2.712 Palabras (11 Páginas) • 454 Visitas
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El hombre me preguntó:
-¿Tiene mula? -Cómo no
-le dije-. Y hambre, de más.
A la semana de aquello
Repechaba cordilleras,
Faldas, cuestas y laderas
Siempre pal lao del poniente,
Bebiendo agua de vertiente
Y aguantando las soleras.
Tal vez otro habrá rodao
Tanto como he rodao yo,
Y le juro, creameló,
Que he visto tanta pobreza,
Que yo pensé con tristeza:
Dios por aquí no pasó.
Se nos despeñó una vaca
Causa de la cerrazón,
Y nos pilló la oración
Cuereando y haciendo asao;
Dende ese día, cuñao
Se me gastó mi facón.
Me sacudí las escarchas
Cuando bajé de los Andes,
Y anduve en estancias grandes
Cuidando unos parejeros;
Trompeta, tapa y sombrero,
Pero pa' los peones, de ande.
La peonada, al descampao,
El patrón, en Güenos Aires.
Nosotros, el cu...ello al aire
Con las caronas mojadas,
Y la hacienda de invrnada
Más relumbrona que un fraile.
El estanciero tenía
También sus cañaverales,
Y en los tiempos otoñales
Juntábamos los andrajos,
Y nos íbamos p'abajo
Dejando los pedregales.
Allí nos amontonaban
En lote con otros criollos,
Cada cual buscaba un hoyo
Ande quinchar su guarida,
Y pasábamos la vida
Rigoriaos y sin apoyo.
Faltar, no faltaba nada:
Vino, café y alpargatas.
Si habré revoliao las patas
En gatos y chacareras.
Recién la cosa era fiera
Al dir a cobrar las latas.
¡Que vida más despareja!
Todo es ruindad y patraña;
Pelar caña es una hazaña
Del que nació pal rigor.
Allá había un solo dulzor
Y estaba adentro e' la caña.
Era un consuelo pal pobre
Andar jediendo a vinacho.
Hombres grandes y muchachos
Como malditos en vida,
Esclavos de la bebida
Se la pasaban borrachos
¡Tristes domingos del surco
los que yo he visto y vivido!
Desparramaos y dormidos
En la arena amanecían,
Y lo mejor soñarían
Con la muerte o el olvido...
Riojanos y santiagueños,
Salteños y tucumanos,
Con el machete en la mano
Volteaban cañas maduras,
Pasando las amarguras
Y aguantando como hermanos.
¡Rancho techao con maloja,
vivienda del pelador!
En medio de ese rigor
No faltaba una vihuela,
Con que el pobre se consuela
Cantando coplas del amor.
Yo también, que desde chango
Unido al canto crecí,
Más de un barato pedí
Y pa' los piones cantaba.
¡Lo que a ellos les pasaba
también me pasaba a mí!
Cuando yo aprendí a cantar
Armaba con pocos rollos.
Y en la orilla de un arroyo
Bajo las ramas de un sauce,
Crecí mirando en el cauce
Mis sueños de pobre criollo.
Cuando sentí una alegría;
Cuando un dolor me golpió;
Cuando una duda mordió
Mi corazón de paisano,
Desde el fondo de los llanos
Vino un canto y me curó...
En
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