Ensayo la vida entre los edificios

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Entre los primeros aspectos físicos de las ciudades, se concebía la ciudad, no como un objetivo, sino como una herramienta basada en experiencias de las actividades humanas, y se desarrollaban en torno a un conjunto de espacios urbanos que incluso al día de hoy ofrecen buenas condiciones de ambiente exterior para la realización de todas sus actividades, congregando todo tipo de usuarios, fomentando la circulación peatonal, lo cual se reforzó en la época del renacimiento, tendiendo un poco más hacia la parte estética, tanto del espacio público, como del estilo arquitectónico de los edificios, sin embargo, al llegar la modernidad, se observa un cambio rotundo en el diseño de las ciudades, priorizando las edificaciones de mayor altura y el diseño de espacio urbano en pro al uso del automóvil, sustituyendo en muchos casos, plazas y puntos de referencia importantes dentro de las ciudades, por carreteras y senderos peatonales más amplios, lo cual no invitaba a un tránsito lento de usuarios para observar su entorno físico, sino que convirtió el espacio público en lugares de tránsito, por los que solo se permanecía un corto tiempo para llegar a otro lugar confinado y determinando amplios lotes vacios forrados con césped, sin ninguna otra caracterización que llamase la atención de los usuarios por ningún tipo de actividad.

Hoy en día se puede observar que el diseño urbano ha intentado recuperarse en algunas de las principales ciudades, se ha convertido en la importancia que tienen los espacios públicos y una buena calidad de ellos para el dinamismo y la actividad de la ciudad, reconstruyendo la ciudad viva, a partir de los deseos de la gente y de sus necesidades de relación múltiple, por lo que se intenta dar la oportunidad de experimentar a los usuarios, generando espacios peatonales de transición, plazas, parques y elementos públicos en general, que permitan una vida ciudadana, social y recreativa para las personas, convirtiéndose el urbanismo en un desafío por orientarse más a lo humano y a sus requerimientos básicos, transformando el entorno que ya está construido, en uno más acogedor para las personas y que el espacio público vuelva a llamar a las personas a generar actividades exteriores y a generar vitalidad y espontaneidad, que no se encuentra dentro de los edificios, donde todos se sumergen en su mundo aislado y no hay relaciones múltiples de actividad.

En conclusión, el espacio público debe ser un espacio confortable que además de estar acorde a unas necesidades básicas de un lugar, incite a las personas a permanecer allí y realizar diversas actividades, generando un gusto tal por los usuarios que permita la apropiación de cada espacio y que no se convierta solo en un vacio más de la ciudad, poco concurrido por la falta de interés, no puede convertirse en un lugar de la identidad y del gusto de nadie, debe ser por y para las personas que van a vivir allí sus experiencias y sus actividades diarias, concurrido por muchos para que por su mismo sentido de pertenencia y por la gran afluencia de personas, no de lugar al vandalismo ni a la seguridad, siempre tiendo en cuenta las características del lugar y que es lo más apropiado y significativo para las personas que van a utilizar el lugar y en que tiempos determinados .