Ensayo sobre comer, rezar, amar de elizabeth gilbert
Enviado por monto2435 • 20 de Agosto de 2018 • 1.009 Palabras (5 Páginas) • 1.038 Visitas
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El segundo aspecto de la vida en el que decide tener un cambio radical es su relación con Dios y nuevamente esto no es algo que esté alejado de nuestra realidad, o en mi caso muy particular reconozco que en los últimos años que han transcurrido en mi vida Dios ha dejado de ser mi persona favorita en el mundo, -aquí se escandalizan muchos- y no es que no crea en Dios, claro que creo sin embargo la culpa de mi desapego espiritual la tienen las instituciones religiosas y sus ideas preconcebidas acerca de Dios y sus leyes, yo prefiero creer en un Dios que tiene el mismo sentido del humor que el mío, que no es hombre, mujer o gay, o que simplemente le valga un comino si soy humano o extraterrestre, simplemente que me ame porque se le da la gana hacerlo, sin letras chiquitas, sin exclusiones, sin catálogos para escoger el modelo ideal de ser humano, quiero creer en eso y por esa razón es que me he alejado de él.
Necesito aprender a amar a mis semejantes como seres humanos, como iguales o desiguales, pero a fin de cuentas como personas, y necesito hacerme sensible a las penas ajenas, creo que todos necesitamos eso y dejar de escandalizarnos por unas cosas y que nos den coraje muchas otras, creo que en otras palabras se necesita dejar de ser selectivos en indignación y ver la vida como realmente sucede.
Escucho a muchas personas hablar del muro y del racismo del país vecino hacia los latinos y esas mismas personas hacen actos xenófobos en las personas que son indígenas, o en los empleados domésticos que sienten que son inferiores a ellos, o en la gente gay; en fin, vivimos una doble moral y eso es lo que nos está haciendo consumirnos unos a otros.
No puedo pretender buscar a Dios si no soy capaza de verlo en mis semejantes, en el que necesita un plato de comida, una cobija, un abrazo y cuando realmente vea a Dios en esas personas o mejor aún: en mí mismo y me dé cuenta que Dios habita dentro de mí podré tener esa comunicación con Él y será perfecta.
Hay que escuchar la voz interior que nos dice: “no tienes ni la más mínima idea de que tan grande es mi amor por ti”. Hay que descubrirla, hay que creerle, hay que sentirla y finalmente hay que dejar que esa sensación nos envuelva y nos enseñe a ser más humano.
Mi voz interna me dice que soy despistado, pero que nadie más me amará mejor de lo que me amo yo y es en ese mismo amor que podré darlo a los demás y con eso lograr descubrir el rostro de Dios.
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