Ensayo sobre el libro "El arte de ser maestro" de Helen Hernandez

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Para transmitir cualquier idea, dato o experiencia, se hace necesaria la comunicación efectiva; sin comunicación no hay enseñanza posible. Por eso el maestro siempre procura mejorar su comunicación al máximo.

Algo que se escapa frecuentemente en la temática relacionada con la enseñanza es lo que se describe en el libro de Helen Hernández, es la importancia que se debe dar al cuidado del cuerpo y la mente. Esta última es necesario mantenerla limpia de pensamientos nocivos, dañinos, que sólo nos causan prejuicios internos. El maestro brinda el alimento de la mente, mediante el estudio, la práctica de hábitos constructivos, el disfrute de las obras de arte y la contemplación de la naturaleza. La mente necesita relajación, descanso; la buena música, las conversaciones interesantes y constructivas, la meditación.

Por otro lado es importante alimentar el espíritu, el cual se alimenta de amor. Cuando no hay amor, el espíritu está nulificado. Cuando amamos vivimos verdaderamente.

Parte de lo expuesto anteriormente es solo una pequeña parte de las labores que debe desempeñar un profesor, sin embargo muchas veces se olvida algo muy importante, que es que el maestro es también un ser humano susceptible de errores. Además el maestro es un ser que siente tristeza, entusiasmo y que no puede evitar tener problemas personales, los cuales echa afuera del aula dejándolos aparte de las actividades en el aula.

El amestro enseña a los alumnos cómo estudiar. Le explica la importancia de la actitud hacia el estudio. Instruye a los alumnos en cómo presupuestar su tiempo.

El maestro también es un ejemplo, no podemos dar lo que no damos. Aunque no nos percatemos muchas veces, el amestro es observado, imitado, criticado y admirado. Un amestro crea conciencia, la misión del maestro es despertar y revivir la conciencia aletargada. El amestro nos recuerda la responsabilidad social, pero ante todo es una persona que ama, El maestro está dedicado a lograr la superación constante de la humanidad