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Funciones de la literatura

Enviado por   •  26 de Noviembre de 2018  •  3.149 Palabras (13 Páginas)  •  387 Visitas

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a. Conflicto con la sociedad.

b. Problemas y sentimientos íntimos que torturan el alma del escritor, de los que este huye por el camino de la evasión. La inquietud y la desesperación de los románticos - le mal du siècle-. El tedio, el sentimiento de abandono y de soledad, la angustia de un destino frustrado, constituyen otros tantos motivos para abrir la puerta de la evasión.

c. Recusación de un universo finito, absurdo y radicalmente imperfecto. Esto implica una toma de posición ante los problemas de la existencia de Dios, de la finalidad del mundo, del significado del destino humano, etc. La evasión del escritor puede realizarse, en el plano de la creación literaria, de diferentes modos:

*Transformando la literatura en auténtica religión, en actividad tiránicamente absorbente, en cuyo seno el artista, arrastrado por las torturas y los éxtasis de su creación, olvida el mundo y la vida.

*Evasión en el tiempo, buscando en épocas remotas la belleza, la grandiosidad y el encanto que el presente es incapaz de ofrecer.

*Evasión en el espacio, que se manifiesta en el gusto por los países, por las figuras y las costumbres exóticas. El Oriente constituye en todos los tiempos fuente copiosa de exotismo.

*La infancia constituye un terreno privilegiado para la evasión literaria. El escritor evoca soñadoramente el tiempo perdido de la infancia, paraíso lejano donde viven la pureza, la inocencia, la promesa y los mitos fascinantes.

*La creación de personajes es otro procedimiento usado con frecuencia por el escritor para evadirse. El personaje, plasmado según loa más secretos deseos y designios del artista, presenta las cualidades y vive las aventuras que el escritor ha deseado para sí inútilmente.

*El ensueño, los paraísos artificiales provocados por las drogas y el alcohol, la orgía, etc., representan otros procesos de evasión con amplia proyección en la literatura. La literatura romántica y la simbolista ofrecen muchos ejemplos de esta forma de evasión.

Ya en la estética platónica aparece el problema de la literatura como conocimiento, aunque el filósofo concluya que la obra poética no puede ser nunca adecuado vehículo de conocimiento. Según Platón, la imitación poética no constituye un proceso revelador de la verdad. La poesía, en efecto, se limita a proporcionar una copia, una imitación de las cosas y de los seres, que, a su vez, son mera imagen de las Ideas. Quiere decirse, por tanto, que la poesía es una imitación de imitaciones y creadora de vanas apariencias.

Este problema cobra relieve excepcional en Aristóteles, pues en la Poética se afirma claramente que " la poesía es más filosófica y más elevada que la historia, ya que la poesía narra con preferencia lo universal, y la historia, lo particular". Por consiguiente, mientras que Platón condena la mimesis poética como medio inadecuado para alcanzar la verdad, Aristóteles la considera instrumento válido desde el punto de vista gnoseológico. Solo con el romanticismo y la época contemporánea volvió a ser debatido, con profundidad y amplitud, el problema de la literatura como conocimiento.

Contemporáneamente, la cuestión de la literatura como conocimiento ha preocupado de modo especial a la llamada estética simbólica o semántica, representada por Ernst Cassirer y Susane Langer , para la cual la literatura, lejos de ser diversión o actividad lúdica, representa la revelación, en las formas simbólicas del lenguaje, de las infinitas potencialidades oscuramente presentidas por el alma del hombre.

No obstante, a través de los tempos, la literatura ha sido el más fecundo instrumento de análisis y compresión del hombre y de sus relaciones con el mundo. Sófocles, Shakespeare, Cervantes, Rousseau Dostoievski, Kafka, etc., representan nuevos modos de comprender al hombre y la vida, y revela verdades humanas que antes se desconocían.

Viene desde Aristóteles el problema de la catarsis como finalidad de la literatura. En la poética afirma explícitamente el Estagirita que la función propia de la poesía es el placer (hedoné); no un placer grosero y corrupto, sino puro y elevado. Este placer ofrecido por la poesía no debe, pues, ser considerado como simple manifestación lúdica, sino más bien entendido en una perspectiva ética. El filósofo piensa en un proceso purificador de la naturaleza psicológico-intelectual. En la segunda mitad del siglo XVI, se desarrolló en torno a la Poética, dos interpretaciones fundamentales del proceso de catarsis, representativas de dos actitudes mentales y estéticas diferentes: una interpretación moralista, y otra que podemos llamar mitridática.

a) Interpretación moralista: Vincenzo Maggi abre el camino a la interpretación moralista de la catarsis, pues afirma que Aristóteles, al escribir que la tragedia "produce la purificación de tales pasiones", quería significar que la poesía trágica no sólo purifica la compasión y el temor, sino también otras pasiones similares, como la ira, la lujuria y la avaricia, obstáculos para una vida virtuosa. Según Maggi, la purificación debía consistir en la sustitución de estas pasiones viciosas por sentimientos alimentados de las caritas cristiana. Tal interpretación moralista de la catarsis, aceptada en el siglo XVII por muchos autores, conduce, en el XVIII, a un concepto sentimentalista de la catarsis, identificada con una lección moral.

b) Interpretación Mitridática: fue defendida por autores como Robortello, Minturno, Vettori, Castelvetro, etc. Esta interpretación, fiel al pensamiento de Aristóteles, insiste en la clarificación racional de las pasiones por la poesía trágica, pues el espectador, al ver las tribulaciones que sin razón acontecen a otros, se da cuenta de cómo está sujeto a muchas desventuras, y prepara el espíritu de acuerdo con tal estado. La poesía trágica presenta la condición humana como en un espejo brillante.

Como hemos visto, el concepto de catarsis en Aristóteles se vincula casi exclusivamente, a una determinada forma literaria, la tragedia. La función catártica, sin embargo, se extendió naturalmente a toda expresión literaria e incluso a toda expresión artística. El hombre interpreta la obra literaria como una forma de liberación y superación de elementos existenciales adversos y dolorosos, como una búsqueda de paz y de armonía íntimas, tanto en el plano del escritor como en el del lector. La catarsis no se confunde con la evasión. Esta es fuga y olvido, mientras que la catarsis es valerosa asunción del dolor y de la fatalidad con que el hombre se enfrenta. Se habla

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