Gracias. Era el final de uno de esos días calurosos de verano
Enviado por Antonio • 24 de Octubre de 2018 • 969 Palabras (4 Páginas) • 282 Visitas
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-. Hola. - Fue lo primero que le escuché decir. Me costó un minuto para poder abrir la boca y responderle con el mismo saludo, ella soltó una risita que me pareció de lo más dulce, continuó la plática al darse cuenta que me sentía nervioso. - “Llevábamos demasiado tiempo sin hablar, ¿cómo has estado?”. – fue lo que dijo. Teníamos más de 3 años sin saber nada el uno del otro, ¿Ya habían pasado tres años? Me pregunté. – “bien”. – le respondí, aunque sabía que no era verdad, no creo que se diera cuenta que estaba mintiendo, las personas tienden a mentir acerca de lo que sienten, aparte, no es como que ella se acercará a mí, después de tanto tiempo y comenzaríamos a ser los mejores amigos como lo fuimos cuando teníamos trece. – “Me alegra tanto verte”. – prosiguió. – “No sé qué pasó contigo, simplemente desapareciste”. – Sí, eso hice me contesté. – “Le pregunté a los demás de ti, me contaron lo que había pasado, quise llamarte, pero me di cuenta que el número de tu casa ya no era el mismo”. – Claro que no es el mismo, no podíamos permanecer en esa casa, era lo que pasaba por mi mente – “Yo estaba lejos cuando todo pasó, en serio que me hubiera gustado estar contigo, no me imaginó por todo lo que pasaste”. – Me decía, mientras notaba como sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, yo quería hablar, quería decirle como me sentía, pero tenía una sensación extraña, era como si mis labios se sellaran, no podía decir nada. – “En serio perdóname, intenté comunicarme, hice lo posible, pero no pude hacer nada… Di algo, no te quedes callado, seguramente me odias, seguramente pensaste que no me importabas, me importas mucho, irme no fue mi decisión, ¡quería regresarme!, ¡quería ayudarte!, ¡quería estar contigo!”. – Comencé a llorar sin darme cuenta, ella me abrazó y me sentí tranquilo, no podía decir nada.
Mi padre había fallecido por esas fechas 3 años antes, íbamos juntos en el auto, cuando un conductor ebrio nos embistió, haciendo que él perdiera el control y nos estrelláramos contra un poste… Él no sobrevivió al accidente y yo seguía preguntándome, porque yo seguía vivo… Ese día mi pregunta encontró respuesta.
“Gracias”. – es lo que por fin salió de mi boca mientras las lágrimas no dejaban de fluir. – “Ya no estoy solo”.
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