Informe de Etica de la Empresa de Adela Cortina
Enviado por Albert • 3 de Julio de 2018 • 2.267 Palabras (10 Páginas) • 988 Visitas
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Por último es este capítulo habla de la ética aplicada que tiene como objetivo aplicar los resultados obtenidos en la parte de fundamentación a los distintos ámbitos de la vida social.
La ética empresarial sería una de las partes de la ética aplicada y tiene que reflexionar sobre cómo aplicar los principios mencionados a la actividad empresarial. También es una parte de la ética cívica.
SEGUNDO CAPITULO: La ética empresarial en el contexto de una ética cívica
Al inicio de este capítulo encontramos una definición de ética cívica por el filósofo Pedro Laín Entralgo que dice: cualquiera que sean nuestras creencias ultimas, debe obligarnos a colaborar lealmente en la perfección de los grupos sociales a los que de tejas abajo pertenezcamos: una entidad profesional, una ciudad, una nación unitaria o, como empieza a ser nuestro caso, una nación de nacionalidades y regiones. Sin un consenso tácito entre los ciudadanos acerca de lo que esencialmente esa perfección, la moral civil no parece posible.
En cuanto al hecho del pluralismo social hace referencia de que la ética debía ser asumida en la religión, para forjar un estilo de vida o llegar a decisiones justas debía dividirse en dos partes: la ética individual que se refería a los deberes y virtudes que un individuo debe asumir para alcanzar su perfección, y la ética social preocupada en las relaciones que los hombres entablan porque sí.
Se sigue al pluralismo (libertad religiosa), solo es posible por una moral cívica y solo puede fomentarse si existen unos mínimos morales compartidos.
Con lo que respecta al nacimiento de la ética cívica que surge luego de una experiencia muy positiva: la de que es posible la convivencia entre ciudadanos que profesan distintas concepciones religiosas, ateas o agnósticas, siempre que compartan uno valores y unas normas mínimas.
En este capítulo también se enumeran las características de la ética cívica las cuales son: la ética de mínimos, la ética de los ciudadanos no de súbditos y la ética de la modernidad.
Desde los valores de libertad, igualdad y solidaridad surge que los hombres son individuos autónomos, capaces de darse a sí mismos sus propias leyes. De aquí surge entonces que la ética cívica nace de la seguridad de que somos ciudadanos capaces de tomar nuestras decisiones con autonomía, sin recurrir a los proyectos de autonomías impuestas, diferenciando si son buenas moralmente o no.
Dice que la primera generación es promovida por la idea de la libertad, es decir, de lo que resulta indispensable de la idea de ciudadanía, los derechos civiles y políticos. Luego surge la aspiración a la igualdad, la segunda generación: los derechos económicos, sociales y culturales. Y por último la tercera generación que viene guiada por el valor de la solidaridad.
También dice que la tolerancia puede entenderse en el sentido pasivo, es decir, a la predisposición a no inmiscuirse en los proyectos ajenos por simple comodidad, y también en el sentido activo, predisposición a respetar los proyectos ajenos que puedan tener un valor aunque no los compartamos.
Luego nombra al Ethos dialógico que es un tipo de actitud a través del cual se plasman la idea de tolerancia activa junto con otros valores y los derechos humanos.
Naturalmente, cada quien llevara al dialogo sus convicciones y más rico será el resultado del mismo cuanto más ricas las aportaciones que a él se lleven. Debe ser acompañado el respeto a todos los interlocutores.
Existen dos posiciones éticas: universalismo y el respeto a la diferencia.
Relacionando la ética empresarial con la ética cívica llega a que no es posible una ética empresarial sin una ética cívica.
Cada organización debe encarnar valores y respetar derechos atendiendo a la especifidad de su actividad y de sus bienes internos, la moral cívica será plural y heterogénea porque tendrá que contar con los mínimos comunes y con los valores que resulten de la modulación de los mínimos en las distintas actividades. Y que no es posible una ética cívica sin una ética empresarial.
Las organizaciones remoralizan la sociedad y ponen en forma sus actividades ya que además de las responsabilidades están las exigencias.
TERCER CAPITULO: Marco ético-económico de la empresa moderna
En este capítulo podemos diferenciar la ética económica de la ética empresarial definiendo a la ética económica como todo el campo de las relaciones sobre economía y ética. Ética sobre los sistemas económicos. Y a la ética empresarial como concepción de la empresa como una organización económica y como una institución social en la que resulta fundamental la función directiva y el proceso de toma de decisiones.
Del capitalismo y la modernidad surge que el capitalismo impulso un modelo de modernización y de racionalización social, su base es la libertad, el modo de producción capitalista requería un espacio libre para las actividades económicas, creo el mundo como una unidad económica, significo cultura y civilización además de un sistema económico.
En cuanto a la racionalidad social capitalista la fuerza impulsora del capitalismo fue la racionalización (Max Weber), la cual puede definirse como: imposición progresiva de las técnicas racionales en todos los sectores de la sociedad. Una teoría de la modernidad ha de contar una teoría del capitalismo y de la empresa, por lo tanto se vincula la ética capitalismo y de la empresa con la de la modernidad. La racionalización social capitalista son: valoraciones y diagnósticos habituales de la modernidad.
Gracias a la ética, el capitalismo se transformó y convirtió en un instrumento de progreso técnico y social.
La racionalización moderna se convirtió en gestión y en estrategias de innovación continua. La progresiva transformación ética del capitalismo y de la empresa moderna se llamó progreso social.
La economía capitalista no pertenece exclusivamente al reino de la necesidad, sino que su flexibilidad puede aprovecharse para impulsar cambios que permitan aumentar los límites de la libertad.
Ética transformadora del capitalismo es la transformación ética de la racionalidad económica: exigencias modernas la autonomía (libertad), justicia y solidaridad, que impulsan la transformación ética de la racionalidad económica. Intenta compaginar la eficiencia funcional (racionalizadora de la libertad)
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