Jorge Ibargüengoitia, Los relámpagos de agosto, México, Joaquín Mortiz, 1994,132 p.

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El país se encuentra en un caos habiendo robos, secuestros, balaceras etc. La Revolución se encuentra en su totalidad, una Revolución de la que cada quien tiene su propio concepto.

El general Arroyo, al final es apresado tras haber participado con muchos otros caudillistas para derrocar al presidente. Lo aprenden en Ciudad Rodríguez junto con Anastasio y Horacio Flores a quienes pasaron por las armas al día siguiente. Se tenían órdenes de fusilar a José Guadalupe Arroyo, pero el encargado de ejecutar la sentencia era Macedonio Gálvez, el mismo que al inicio del libro le había robado su pistola y como gesto de antigua amistad lo deja ir y mata en su lugar a un carnicero, que aparece al día siguiente en los periódicos junto al anuncio de la muerte de Arroyo, mientras él se va a vivir a San Antonio, Texas, con su querida esposa Matilde y sus hijos. Mientras Vidal Sánchez y Pérez H. son deportados a Francia.

Los relámpagos de agosto es una novela que vale la pena leerse, ya que nos da una perspectiva diferente de la historia sobre el proceso post revolucionario de manera divertida y que nos adentra a querer seguir leyendo ya que el autor en su manera de haber escrito la novela no solo narra sino que también da conversaciones entre los personajes mostrando el lado interactivo de la novela. Los relámpagos de agosto muestra la política de los militares que rigieron el país, de manera ficticia siendo los personajes creados por el autor pero que da la realidad de cómo fue en un momento de la historia de la política mexicana.

La novela es corta pero su manera de haber sido redactada es clara y sencilla de comprender lo que no hace que sea aburrida, los capítulos están bien conectados y en cada uno de ellos hay una aventura y peligro que persigue al General Arroyo haciendo que el lector quiera seguir leyendo, hasta poder saber el final del protagonista de la novela.