LOS BANDIDOS DE RIO FRÍO, DE MANUEL PAYNO

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de confianza. Situación que él mismo aprovecha para delinquir junto con otros sujetos sin que haya significativas sospechas sobre él.

Su perfil resulta tan engañoso que incluso consigue trabajar como capitán para el gobierno. Ya con su nueva vida, Evaristo es rechazado por Cecilia una mujer sola que habitaba en Chalco y que había hecho su fortuna con la venta de frutas, siendo a consecuencia de este despecho que Evaristo buscaría venganza.

Don Santos era otro de los que conocían la verdadera cara de Relumbrón, Este se dedicaba a mercar con las joyas robadas, igual que a otros delitos.

Mariana, la hija del conde de Sauz, queda embarazada de Pedro Cataño, quien era hijo de un trabajador de confianza del conde, sin embargo, el hijo de ambos es ocultado, pues el conde no aprueba que estos se casen, y envía a Pedro Cataño, después a la frontera como soldado. Mariana no lograba que le dejaran ver a su hijo quien estaba con una nodriza, hasta que le confiesan que se lo han robado. El conde no denuncia, porque quiere casarla con el marqués de Valle Alegre, pero el asesinato de Tules mueve todo.

Pedro escapa de su misión en el ejército tiempo después solo para conocer a su hijo, pero al enterarse de la terrible noticia y ya sin la menor posibilidad de casarse con Mariana, deserta del ejército para unirse a los bandidos de Relumbrón,

Las culpables fueron las brujas que contrató Espiridión, pero al ya no ser necesario el niño, fue abandonado. Tiempo después fue rescatado por una mujer de edad avanzada, y estuvo viviendo en la miseria, hasta que Evaristo lo solicita como ayudante. Era esta etapa, un momento de significativa estabilidad para juan, el hijo robado de Mariana y Pedro Cataño. Pero al presenciar la muerte de Tules, Juan tiene que irse por miedo a que él sea acusado de semejante acción. Evaristo mata a un carnero para justificar la sangre que estaba regada y entierra a Tules. Como tiene la sospecha de que Juan pudo haberlo denunciado, huye hacia Rio Frio.

Por miedo a la justicia, Juan se oculta y come sobras, hasta que Cecilia, dueña de la frutería le ofrece trabajo, Cecilia ofrecía frutas a las clases acomodadas. Cecilia, vivía con Juan y su servidumbre. Ella, tras rechazar a Evaristo, este acusa a Juan de robo.

Ante este hecho, Lamparilla en su papel de autoridad pone una multa a Cecilia y manda a Juan a un hospicio donde es castigado con trabajo rudo. pero aun ahí, era visitado por Cecilia, quien le llevaba fruta. Juan aprovecha después un incidente en un velorio para escapar.

Tiempo después, al igual que Moctezuma III y el hijo de Espiridión, fue ingresado a las filas del ejército, dentro de esta etapa es incorporado, pero ahora al grupo de Relumbrón, de quien termina cuidando su propiedad.

A esta altura los delitos de Relumbrón crecen cada vez más, ahora ya no sólo es la cabeza anónima del grupo. Él y Evaristo causan cada vez una mayor incomodidad a la gente de Texcoco y Morelos. No conforme, encabeza un levantamiento fallido. De esta manera su prestigio político se reduce a nada y se ve, por las circunstancias, obligado a delinquir de mano propia. Es en este nuevo rol que es descubierto. Tras dejar en el lugar de uno de sus tantos crímenes, un objeto que lo identifica, se inicia su cacería a la que se unen varios cuerpos. Una vez que dieron con él, fue condenado a muerte y ejecutado.

Pedro y su hijo Juan, escaparon de esta cacería. Reunidos van con el Conde al que circunstancialmente salvan de un ataque. El conde en gracia le concede a Pedro la mano de Mariana, dejando a Juan como heredero legítimo.

IV. Biografía del autor.

José Manuel Román Payno Cruzado, nació en la ciudad de México en el año de 1820, muriendo en esta misma ciudad en 1894. Fue un político, diplomático y escritor en activo que

Participó en la guerra contra Estados Unidos . Además de haber trabajado mucho tiempo en funciones gubernamentales, entre ellas como diputado, Senador y ministro de hacienda.

De su personalidad, se puede citar a Guillermo Prieto que lo describe como “antiguo, labo¬riosísimo y hon¬rado empleado en Hacienda fungía como vista en la adu¬ana, aunque por su saber estaba lleno de del¬i¬cadísi¬mas comi¬siones y fig-uraba muy alto entre las emi¬nen¬cias fis¬cales”. Su orientación liberal no radical, aunque igualmente de marcadas costumbres le permitió mantenerse constante en su actividad a pesar de haberse desenvuelto en un contexto nacional por mucho complicado e inestable, en este mismo logró consagrarse como político, empresario, periodista, novelista y educador entre otros etcéteras, a pesar de la serie de intervenciones y las guerras intestinas libradas por varios flancos.

Fue este mismo contexto y sus múltiples facetas lo que le permitió tener una perspectiva muy amplia de la realidad nacional, al tener injerencia en los campos económico, militar, político y social. Este paso entre el liberalismo militante y el triunfante permitieron a Payno retratar un México cambiante que a su vez parecía inherente a todo tipo de desigualdad. Así su influencia se vio desde Santa Anna hasta la cúspide del Porfiriato.

Su camino por las letras parte desde una edad muy temprana, al ingresar a la academia de Letrán en el año de 1836, en donde cada vez era más marcado el hito que él significaría en la academia de Letrán y posteriormente para la literatura predominante.

Su literatura, como se puede ver en la obra de Los Bandidos de Rio Frio, tenía marcados tintes nacionalistas, aunque sus influencias eran marcadamente externas, “a través de clási¬cos como Hum¬boldt, Lau¬rence Stern, Eugéne Sue y los román¬ti¬cos Alexan¬dre Dumas, Víc¬tor Hugo, Alphonse de Lamar¬tine, Wal¬ter Scott y François Chateaubriand, pre¬sentes en sus cróni¬cas de viaje y artícu¬los costumbristas”.

Para cuando Payno escribía sus obras más emblemáticas, las publicaciones aparecían por partes en algunos diarios, así, era la prensa la cantera de los escritores. En donde “los libros del siglo XIX, observó José Emilio Pacheco, fueron los per¬iódi¬cos”. P 179

Sus inicios literarios se plasmaron a través de la novela corta en la revista El Año Nuevo, en la que la cotidianeidad y el valor descriptivo de sus obras que se tradujeron en carácter costumbrista fueron quizá los que impulsaron su aceptación.

Sus últimos años resultan poco claros, de esto solo puede decirse que fallece en el año de 1894 en el Barrio de San Ángel de la Ciudad de México.

III. Elementos costumbristas.

La obra abordada permite acercarnos casi en primera persona al México del