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LOS PERSONAJES FEMENINOS EN LOS ENTREMESES DE CERVANTES: EL JUEZ DE LOS DIVORCIOS Y EL VIEJO CELOSO

Enviado por   •  11 de Enero de 2019  •  2.202 Palabras (9 Páginas)  •  461 Visitas

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Cervantes manifiesta la importancia de libre albedrío de la mujer mediante el tema del desengaño del matrimonio. Por ejemplo, si nos fijamos en el caso de Mariana, más que una simple separación del vejete, Mariana busca un reencuentro con su propia materialidad. Rehúsa hallarse sujeta a convenciones sociales y a su vez reclama su libertad. Cuando el vejete propone que se repartan la hacienda y se encierran cada uno en un monasterio para vivir en paz y en servicio de Dios, Mariana protesta que está sana, y «con todos mis cinco sentidos cabales y vivos».

Por medio de unas expresiones del juego de naipes Mariana afirma la prioridad completa de la materia sobre el espíritu, apartándose así de toda convención social antihumana: «quiero usar de los sentidos a la descubierta, y no por brújula de forma recatada como quínola dudosa». Es decir, Mariana reclama la libertad de sus sentidos e instintos.

El mismo procedimiento judicial se utiliza con los otros matrimonios: un impotente soldado y Doña Guiomar y un cirujano y una tal Doña Aldonza de Minjaca.

Por lo que concierne al Viejo Celoso la obra empieza por manifestar el desengaño sobre el matrimonio al despertar Lorenza de su ignorancia y simplicidad infantil. Lorenza se queja de que su marido es su duelo, yugo y desesperación. Prácticamente Cañizares compró una niña pobre e inocente, de quince años de edad, y la recluyó en una casa-cárcel para que nadie pudiera acercarse a ella. Tenemos en este caso, el recurrente y tópico tema del viejo y la niña. Siendo celoso y temiendo ser cornudo, el viejo intenta conseguir la fidelidad de Lorenza con riquezas. Pero ella no puede vivir aislada del mundo exterior. Tras un año de vivir en una casa-cárcel, Lorenza está frustrada sexualmente y prefiere morir que vivir así.

Lorenza conoce de la impotencia de su marido y no goza del placer sexual del matrimonio, y animada por Cristina y su vecina Ortigosa, se decide a buscar el placer amoroso. Quiere escaparse de la casa-cárcel, al quedar desengañada de su vida con Cañizares. Lorenza busca su propia conciencia de libertad: ya no quiere ser juguete de Cañizares, pues busca su propia vida y el propio gozo sexual.

Lorenza, al emplear las palabras pobre y hambre, insinúa la impotencia de su viejo marido, en contraste con la abundancia de la riqueza. Así Lorenza no se somete a la predestinación social y se mueve según su libre albedrío. Antes era juguete del marido, pero ahora es una mujer que ridiculiza a su viejo marido: Cervantes es siempre partidario de la libertad individual y aboga por la libertad femenina también.

Así pues Cervantes, en El viejo Celoso pinta a la mujer como un ser con razón. Lorenza no pertenece a la clase alta ni ha recibido educación. Pero Lorenza se entera de su pobre vida y la ausencia de libertad y gozo del matrimonio. Lorenza reconoce la falsedad de los refranes y tradiciones; es pintada por Cervantes como una mujer con capacidad para darse cuenta de su propia desgracia y buscar alternativa. Su criada Cristina y la vecina Ortigosa reconocen que Lorenza se encuentra en una pobre situación carente del gozo del matrimonio. De ahí que Ortigosa induzca a Lorenza a cometer adulterio, presentándola a un joven. Al cometer adulterio, Lorenza se comporta de forma desvergonzada e insulta al viejo marido impotente. Para Lorenza, el adulterio le sirve como expresión de su libre albedrío, y manifestación de desengaño contra el viejo malicioso y la infeliz vida matrimonial.

En este entremés es una corriente dramática el conflicto entre el destino y el libre albedrío. Al principio Lorenza se arrepiente del casamiento con una resignación fatal. Pero, mediante los consejos de Ortigosa y Cristina, Lorenza aprende que ella puede controlar su propio destino. Después de cometer adulterio, su resignada actitud anterior es ironizada dramáticamente.

Lorenza, antes sometida a su pobre destino, ahora critica la vida del matrimonio. Cañizares comete un error grave: había robado la libre voluntad de Lorenza. Cañizares es como un tirano impotente cuyos celos extraordinarios trastornan el orden de la naturaleza del universo. Su posición negativa respecto a la importancia del gozo sexual en el matrimonio frustra la segunda intención del sacramento. Su intento de engañar a Lorenza resulta inútil

En El viejo celoso Cervantes nos presenta no sólo el triunfo del libre albedrío contra la opresión del tirano-viejo, sino también nos presenta la victoria de libre albedrío contra la predestinación: Lorenza ya no aguanta más su miserable situación vital y como venganza contra el tirano-viejo Cañizares, toma la decisión de vengarse de él. Así, Lorenza comete adulterio como venganza contra el viejo marido, lo cual se interpreta como expresión de su libre albedrío.

Por eso su error moral no nos extraña debido a la hipocresía del viejo-marido. Pues Cañizares ha violado el orden de la naturaleza de las relaciones de pareja y es culpable de despojar la libertad de conciencia femenina, que es derecho básico del ser humano.

La impotencia sexual del viejo y sus celos extraordinarios han privado de la libertad humana a Lorenza y de su derecho de gozar el placer sexual como casada. La represión del instinto humano es una violación contra la naturaleza de la pareja.

Así pues, los entremeses de Cervantes, más que un pasatiempo de un cuarto de hora, manifiestan el pensamiento moderno del autor, porque en ellas se revela el matrimonio ideal y la libertad de conciencia femenina.

La compleja polarización cervantina realidad-ilusión se dramatiza en los entremeses que estudiamos en forma de ausencia de libertad en la mujer de la sociedad de las primeras décadas del siglo XVII y demanda de libertad por parte de esas mujeres tan limitadas en su función social. Las mujeres que desfilan ante el juez en El juez de los divorcios, así como Lorenza en El viejo celoso, ya no son meros objetos de intercambio destinado al matrimonio.

En conclusión, Cervantes representa la polarización de la sociedad con el enfrentamiento entre el mundo masculino y el femenino. El mundo masculino entronca con la España cerrada y contra reformista, que se empeña en ocultar la verdadera naturaleza de la realidad. Este mundo asfixiante ignora la libertad de conciencia de la mujer, sus necesidades afectivas, sexuales… tratando de racionalizar unas convenciones sociales que van contra la naturaleza del amor.

En el mundo literario de Cervantes las mujeres se rebelan contra la opresión, encarnando valores que las sitúan fuera de esa España decadente. El adulterio y la demanda de divorcio constituirán actos de libertad extremos donde se manifiestan violentamente

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