Las estrellas tampoco son eternas

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Me enamoré de ti. He decidido que quiero complicarme la vida con tus berrinches, pucheros, enojos, gritos. No elegí caer ciegamente enamorado pero realmente no me arrepiento en lo absoluto. Aunque al principio mi mente gritara que dejara todo porque me ibas a lastimar como todos lo hicieron, tú y tu sonrisa callaban esos gritos dándole espacio a que pudiera escuchar lo que decía mi corazón.

Con tu presencia entendí que el problema no es el amor sino las personas que no luchan por lo que aman. Stiles, luchaste con todas tus fuerzas y acá me tienes rendidos a tus pies.

Tienes la sonrisa más hermosa que jamás he besado. Y aunque suene muy cliché finalmente experimenté la sensación de olvidarme de todo por tan sólo tenerte en mis brazos. Me salvaste pequeño, me tendiste la mano cuando más lo necesitaba y no me soltaste aunque en el proceso de subida te lastimara.

‘Estábamos estamos, estaremos juntos. A pedazos, a ratos, a párpados, a sueños’ Se cuanto te gusta Mario Benedetti así que me tomé el trabajo de buscar una frase que nos describiera.

No voy a decir adiós porque realmente después de que te lea esta carta pienso hacerte el amor de una y mil formas. Sólo quiero que la última frase de esta carta sea: ‘No sé si existe el amor eterno, pero sí sé que existe el amor verdadero, porque el mío es uno de esos’.”

Con manos temblorosas dobló aquel valioso pedazo de papel. Y sólo entonces, después de tanto tiempo, se permitió sonreír. Y esa noche entendió que ni las estrellas son eternas. La muerte es solo el comienzo. Y ahora le tocaría vivir su vida por él y por Derek.

---- En esta historia decidí nombrar a la ignorancia, violencia, indiferencia, crueldad, hipocresía; pero también decidí resaltar actitudes que, aunque no se noten, muchas personas tienen: amor, esfuerzo, esperanza, fuerza de voluntad.