Milly no pasaba por un buen momento en su familia. El consejo se había reunido y había hablado.
Enviado por Kate • 13 de Enero de 2018 • 3.610 Palabras (15 Páginas) • 390 Visitas
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De repente se acordó de que su madre cumplía años mañana. Quizás se pasara por la floristería y le compraría un ramo. Perfecto. Si. Eso haría.
Ino alzó la cabeza al oír las campanillas. Bryan esperaba silencioso en la entrada.
Bryan, puedes pasar. Tranquilo.
Lo sé.
…Uhm, ¿Querías algo? Vuestro equipo parece haberse interesado mucho en las flores. Primero Andrés y ahora tú…
…¿Andrés ha estado aquí?
¿Huh? ¿He dicho eso? No, no, no. Lo siento, me habré confundido de persona. ¿Qué querías?
Flores. Un ramo.
¿Alguno en particular?
Es para mi madre.
Oh, entonces te recomiendo Rosas rosas. Transmiten agradecimiento, cariño y aprecio. Perfectas para una madre. ¿Entonces?
Si, esas. Un ramo, por favor.
Una mariposa entró revoloteando en la floristería batiendo frenéticamente las alas. Giró varias veces alrededor de Bryan, quien se puso tenso, antes de volver a salir vatiendo las alas grácilmente.
-Ino.
-¿Si?
-Pon dos flores más…pero no para mi madre, y no al mismo tiempo.
-Entonces…¿Para quién?
Lunes. 9 de la mañana. Milly bajó corriendo las escaleras, el latiendo un poco más rápido. ¿Qué sería esta vez?
Las sirvientas la esperaban en las cocinas sonrientes. Se la veía tan feliz…era un soplo de aire fresco.
En el jarrón blanco, un conjunto de pensamientos.
Pensamientos. ``Solo pienso en ti´´
¿Quién sería la persona que la mandaba las flores?
¿Quizás era una broma?
Esperaba que no…
Entonces la vio, apartada del resto, en un fino jarrón transparente. Una rosa negra que le erizó cada poro de su piel. Al igual que las flores, esta venía sin remitente. ¿Las habría mandado el mismo?
Mauricio contempló a la familia Martínez reunida ante él. Adolfo, Sareth, Milly, Luis, Sara y Gary. Él los había reunido, y no sabía como decirlo.
Les he reunido para darles una mala noticia. Como saben, Nicolás salió de misión hace una semana. Debería haber vuelto hace tres días y no hemos recibido ningún mensaje que avisase de su retraso. Hemos recibido hace poco la noticia de que un militar aliado sufrió un ataque sorpresa. No han podido decirnos nada más del militar.
A Milly le costó relacionar las dos noticias. Luego le costó entenderlo.
Cuando lo comprendió, se mordió el labio hasta sangrar y parpadeó rápidamente tratando de tragarse las lágrimas. El intento resultó vano.
Se echó a llorar silenciosamente al principio, con las lágrimas cayendo despiadadas por su cara. Poco después lloró más escandalosamente, sin poder retener el dolor y la angustia. La gente decidió que ese era un buen momento para la depresión y el llanto. Sara se acercó y lloró con ella. Gary y Luis marcharon corriendo, probablemente a entrenar hasta el desfallecimiento.
Adolfo y Andrea se mantuvieron erguidos e impasibles. Maldito orgullo Martínez. Se veía por sus ojos que estaban sufriendo, pero se negaban a exteriorizar sus sentimientos.
Antes de que el dolor fuese demasiado punzante y se agarrase a su cuerpo, Milly pensó en la rosa negra. Luego el dolor apretó demasiado y se desmayó.
Rosa Negra. Separación y tristeza.
Semana 4: Dedalera roja
Milly se despertó en un lugar que no reconocía. Estaba todo desordenado, lleno de ropa tirada por el suelo.
-¡Milly! ¿Ya te has despertado?
Su corazón empezó a dar brincos al reconocer la voz. Mauricio la observaba sentado en una silla alejada un metro de la cama.
-Ma-Mauricio…
Mauricio mostró una tenue sonrisa, la situación no le dejaba hacer mucho más.
-Lo siento, debería haber enviado a más personas con Nicolás…
-No, lo-lo entiendo. La mi-misión era de-delicada. Mu-mucha gente hu-hubiera llamado la a-atención.
-Milly…no sé que decir, yo…
-E-esta bien, Mauricio. No hace falta que digas na-nada. E-estas cosas pasan en e-el mundo militar. E-estamos preparados pa-para ello.
-¡Pero aun asi!
-E-estamos preparados pa-para ello…-Milly intentó seguir, pero no pudo, porque las lágrimas cayeron por su cara sin consideración, mientras su garganta se cerraba por el dolor.
Mauricio no dijo nada, se limitó a abrazarla con fuerza. A acariciar su pelo y a esperar. El dolor se tomaba su tiempo para sanar.
Sara se dirigió al hospital con paso firme. Las manos le temblaban y tenía los ojos rojos, pero no había ningún otro síntoma de debilidad. No. A Nicolás no le hubiera gustado verla así. Karen la había avisado de que Gary y Luis estaban hospitalizados por agotamiento. Al parecer habían estado entrenando sin descanso durante días y al final su cuerpo se resintió hasta perder el conocimiento. Ella también había ido a entrenar. Necesitaba distraerse y colocó varios blancos, fallando todos los tiros que lanzaba. Sí, el dolor era grande y atacaba a cada persona de manera distinta. No podían hacer más que enviar patrullas de búsqueda y rezar. Rezar por un milagro. Rezar por algo.
Había abrazado a Milly hasta que esta dejó de llorar y se volvió a quedar dormida, agotada por el dolor.
Todavía tenía las mejillas húmedas, su cara de rasgos infantiles y suaves estaba más pálida de lo normal. Había sido
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