PRINCIPALES DIFERENCIAS ENTRE LA PRIMERA Y LA SEGUNDA PARTE
Enviado por Eric • 8 de Julio de 2018 • 2.128 Palabras (9 Páginas) • 731 Visitas
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- En la aplicación de este sentido particular de la justicia como protección y defensa del desvalido, don Quijote se convierte igualmente en un paladín de la libertad, entendiéndola como atributo máximo del ser humano.
- Al mismo tiempo, el protagonista ha hecho suyo el código caballeresco desarrollado en los cientos de libros de caballerías que ha leído. Por esta vía le vienen los ideales del honor, la valentía y la cortesía, que están en crisis en la España de los siglos XVI y XVII, sustituidos por los valores burgueses (el dinero). En este punto reside uno de los aspectos más interesantes de la novela: el choque entre unos ideales nobles, propios de la Edad Media, y la realidad cotidiana de una España en la que esos valores han perdido su vigencia.
EL AMOR CORTÉS Y LA CREACIÓN DE LA AMADA IDEAL
- Esa oposición entre el mundo ideal en que pretende vivir don Quijote y el mundo real por el que se mueve se traslada también al terreno amoroso. De ahí que haya un choque entre la mujer ideal y la mujer real o, lo que es lo mismo, entre Dulcinea del Toboso y Aldonza Lorenzo. La primera es una configuración ideal, una entelequia forjada en el pensamiento del hidalgo a partir de sus muchas lecturas; la segunda es el punto de partida, real y prosaico, surgido al plantearse de quién estuvo alguna vez enamorado. Naturalmente, hay entre una y otra el mismo abismo que hay entre lo ideal y lo real, sobre todo si lo real está encarnado por una moza labradora de aspecto marcadamente rústico.
- En la concepción caballeresca que don Quijote tiene del mundo, la figura de la mujer está totalmente idealizada y sublimada. Por consiguiente, se da en este terreno otra dicotomía: la que opone el sentimiento del puro amor espiritual a la atracción provocada por el deseo carnal. Don Quijote no puede concebir a Dulcinea en términos carnales porque sería mancharla.
- La figura de Dulcinea como amada ideal está integrada en una larga tradición, que arranca con la creación del código del amor cortés trovadoresco y tiene su prolongación en la poesía amorosa de Petrarca y los petrarquistas. Según el amor cortés, la dama era vista como un ser superior a quien el caballero ha de rendir vasallaje, y frecuentemente se limitaba a ser un amor platónico. Este amor no correspondido provocaba en el caballero un paradójico sentimiento de “sufrimiento gozoso”. Las novelas de caballerías incorporan como ingrediente secundario de sus argumentos estas historias amorosas idealizadas.
FUNCIÓN DE CIDE HAMETE BENENGELI
- En el primer capítulo del Quijote, el narrador plantea que explica su historia a partir de “los autores que de este caso escriben”, como si él se limitara a ser un segundo narrador y adaptador de lo que ya otros han explicado. Este recurso pretende dar veracidad e historicidad al relato, como si no se tratara de una invención. Pero en el capítulo VIII Cervantes idea una filigrana narrativa realmente ingeniosa, con la que aún se distancia más de la autoría del relato, haciendo creer que no puede continuar la historia porque el autor que sirve como fuente principal no ha dado con los textos de otros autores anteriores que sin duda escribieron sobre los sucesos del caballero:
Pero está el daño de todo esto que en este punto y término deja pendiente el autor desta historia esta batalla, disculpándose que no halló más escrito destas hazañas de don Quijote de las que deja referidas. Bien es verdad que el segundo autor desta obra no quiso creer que tan curiosa historia estuviese entregada a las leyes del olvido, ni que hubiesen sido tan poco curiosos los ingenios de la Mancha que no tuviesen en sus archivos o en sus escritorios algunos papeles que deste famoso caballero tratasen; y así, con esta imaginación, no se desesperó de hallar el fin desta apacible historia, el cual, siéndole el cielo favorable, le halló del modo que se contará en la segunda parte.
- En el capítulo IX el relato continúa porque el segundo narrador comunica cómo por azar ha hallado la continuación de la historia, escrita por Cide Hamete Benegeli, presentado como autor arábigo-manchego que escribe en árabe. A su vez, el texto en árabe es trasladado al castellano por un traductor. Se da a entender, así, que la historia llega hasta nosotros después de haber pasado por numerosas manos, con lo que se deja entrever que son muchos los que han intervenido, en mayor o menor grado, en el resultado final de la historia.
- Con esta invención, destinada a presentar la historia como una crónica no solo verosímil, sino con ingredientes de veracidad, Cervantes lleva al límite, parodiándolo, un recurso frecuente en los libros de caballerías. En efecto, muchos autores de estos libros creaban la ficción de haber hallado la historia ya escrita, o la de ser meros traductores de una obra antiquísima.
- Las referencias a Cide Hamete Benengeli son frecuentes en la primera parte del Quijote, a partir, como hemos dicho, del capítulo IX (episodio del vizcaíno). En cambio, son escasas en la segunda parte, dado que era muy difícil continuar con la multiplicidad de autores cuando el protagonista vive sabiendo que existe una primera parte de sus aventuras y que es, por tanto, personaje literario.
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