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Enviado por   •  17 de Mayo de 2018  •  2.202 Palabras (9 Páginas)  •  521 Visitas

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Segunda conclusión

Al concluir debemos recalcar que la interculturalidad es la comparación de culturas por medio de diversos idiomas y la traducción de los mismos lo cual da una equiparación entre las costumbres y por ende las culturas permitiendo interactuar a medida que van aprendiendo.

Se puede destacar que se está interculturalizando así como aportando ideas o suprimiendo las que no estén de acuerdo a nuestra forma de ver y vivir la vida, nuestra percepción individual y colectiva creando una nueva cultura o relación intercultural.

Unidad II Elementos Constitutivos de la Cultura Dominicana

Realice un resumen de la Unidad II:

Grupos étnicos/ periodo en que vivieron y aportes a la cultura dominicana, tomar referencia del programa y la bibliografía recomendada.

Desde el momento mismo del descubrimiento de la Española, cuando Colón y sus acompañantes pisan tierra y entran en comunicación con los aborígenes, tiene lugar un proceso más o menos complejo de relaciones raciales y culturales entre los unos y los otros.

Los contactos de los españoles con los nativos de la isla fueron desde el principio conflictivos, tanto que produjeron la progresiva, pero implacable desaparición de los nativos. Ya hacia 1560 apenas quedaban algunos grupos dispersos de indígenas, sin mayores consecuencias para el futuro progreso de la generación que daría nacimiento al hombre dominicano. A diferencia de otros países de América, Santo Domingo no presenta en la actualidad el nuevo tipo étnico común a otras latitudes del continente.

La temprana desaparición de los naturales de la Española fue también causa que su cultura, que a la llegada de los conquistadores atravesaba por una etapa neolítica, de cultivo intenso de la agricultura y producción de cerámica y materiales líticos, no pasara a integrarse por completo a la simbiosis operada más tarde con la cultura de otros grupos foráneos.

De la cultura taína restan muy pocos remanentes, y estos corresponden sobre todo a los aspectos materiales de la misma. Hay que advertir, por lo demás, que varios de esos aspectos perduraron a través del esclavo africano, quien los hizo suyos y los incorporó a sus costumbres y hábitos de trabajo.

Así, por ejemplo, cuando los taínos empezaban a extinguirse, los negros habían logrado ya dominar la técnica del cultivo de la yuca y la preparación del casabe, que era el alimento básico de aquellos. A través de los esclavos africanos, los taínos legaron a nuestra cultura el cultivo de rosas, cuya quema y tala de árboles serían luego continuadas por los plantadores azucareros.

Otros elementos importantes de la cultura material taina que subsistieron y aparecen hoy incorporados a la vida y actividad cotidianas del dominicano son:

Instrumentos como la canoa, la hamaca, el caracol usado como trompeta para dar avisos– y la cuchara de higüero.

Técnicas como el sistema de pesca denominado barbasco o "encandilamiento" el ahumado para la conservación de las carnes, la cestería especialmente mediante el empleo de cuerdas de cabuya y la petaca de yagua, el encendido de hornos de carbón, la utilización de la piel de ciertos peces para limpiar y rayar vegetales, etc.

Productos agrícolas como la batata, la yautía, la jagua, el jobo, el maíz, el lerén, el maní, etc. Todos ellos forman parte de la dieta dominicana.

El mundo espiritual del taíno apenas dejó huellas en la cultura criolla, y las pocas muestras de ese mundo se halla fuertemente sincretizadas con las creencias y ritos cristiano africanos. luases o divinidades del panteón budista; las supersticiones relativas a las hachas indígenas, popularmente conocidas como "piedras de rayo" y el mito de la ciguapa, entidad femenina que camina con los pies al revés.

El proceso de colonización, caracterizado en principio por el modo de producción minera y más tarde agotado éste por el azucarero, obligó al conquistador a introducir en Santo Domingo desaparecida la mano de obra indígena, poco resistente al trabajo forzado al negro africano en calidad de esclavo.

La presencia del negro en la isla data de los primeros años de su descubrimiento. Sabemos con certeza que ya en 1503 existían en la Española esclavos suficientes en número como para rebelarse y huir a los montes, ya que el gobernador Ovando se quejaba de las fugas y malas costumbres que los africanos daban a los nativos, con quienes convivían en sus refugios apartados de los centros urbanos.

Los esclavos traídos a Santo Domingo procedían de diversas zonas de África y, por tanto, pertenecían a culturas diferentes. En las primeras épocas esos esclavos eran ladinos, es decir, nacidos en España y cristianizados, pero a medida que el tráfico y comercio se intensificaban y las autoridades de la colonia reclamaban más mano de obra servil para las plantaciones y otros quehaceres, se permitió la introducción de negros bozales, importados directamente de África.

Estos esclavos provenían directamente de África, y en ciertos casos llegaron incluso a formar comunidades como la de San Lorenzo de los Mina, barrio o sector de la ciudad de Santo Domingo.

los llegados de otros puntos de las Antillas, sobre todo de las Menores, ya dominadas por franceses, ingleses, holandeses, etc.

Más modernamente, ya en el período republicano, la afluencia de negros a Santo Domingo continuó en gran número. Donde cabe citar:

el tráfico de trabajadores negros desde las Antillas inglesas en el primer tercio de este siglo para laborar en los ingenios azucareros del este de la isla, y cuyos descendientes se conocen hoy entre nosotros con el nombre de cocolos (Ver al respecto: Bryan, 1973; Mota Acosta, 1977).

la inmigración de ex esclavos norteamericanos, propiciada por el presidente haitiano Boyer a partir de 1822, cuando logra el control de toda la isla. Estos inmigrantes se avecindaron en Puerto Plata y la península de Samaná. Si bien la inmigración concluyó pronto, los descendientes de esos ex esclavos constituyen en la actualidad un grupo étnico y cultural bien definido y son objeto de interés por parte de varios antropólogos norteamericanos.

la numerosa mano de obra importada desde Haití, y cuyo flujo prosigue hoy, la cual se ha incorporado en gran parte a la población dominicana, ya legal o ilegalmente.

Todas esas migraciones han contribuido

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