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Reporte de lectura - Maquiavelo - El príncipe

Enviado por   •  23 de Octubre de 2018  •  2.406 Palabras (10 Páginas)  •  399 Visitas

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-Capítulo IX “El principado civil”

El principado civil es cuando un ciudadano asciende al poder con el apoyo de sus conciudadanos, sin emplear violencia o actos indignos. Este principado puede emanar del pueblo, pero también de la nobleza, quienes al verse rezagados por el pueblo nombra como príncipe a uno de los miembros del pueblo, a quien le cuesta conservar su poder y no le obedecen por considerarse iguales. Mientras quien ascendió popularmente tendrá más obediencia y respeto.

-Capítulo X “De cómo deben medirse las fuerzas de todos los principados”

Un principado que siempre ocupe de ayuda ajena, no podrá confrontar los obstáculos de la misma manera que lo haría un principado que puede valerse por sí mismo. Una ciudad asediada que dependa de fuerzas externas se verá muy rápidamente derrotada; mientras que aquella donde se valgan por sí mismos, con grandes murallas y dotaciones de comida, podrá resistir cualquier asedio. Desde este punto se mide la fuerza de un principado: en cuanto a lo autosuficiente y vigoroso que pueda ser, además de tener la aprobación del pueblo.

Capítulo XI “De los principados eclesiásticos”

Maquiavelo, usando de ejemplo una época en donde Italia era gobernado por varios soberanos, entre ellos el papa. Menciona que la religión puede llegar a tener un gran poder, pues sus leyes son incuestionables, siendo la palabra de dios, y aquel que se atreva a oponérseles se verá en más dificultades.

Capítulo XII “Cuántas clases de soldados mercenarios hay, y lo concerniente a los mercenarios”

Rousseau, usando como ejemplo a la deplorable situación armamentista italiana que tenía como contexto, explica que la única manera de mantener el poder en funciones prácticas son las armas, y las leyes. Enfocándose en las primeras, describe como un ejército debe componerse, liderado por un príncipe en cuanto a una monarquía; por un ciudadano en una República, donde los soldados sean propios de la patria, pues defenderán con más fiereza lo suyo.

También expone los problemas de llevar las armas por mercenarios, basados en que estos no sienten amor por su patria, sino por su prestigio y el dinero. El capitán puede ser muy bueno, y subyugara al príncipe, o muy malo, perdiendo batallas.

Capítulo XIII “De los soldados auxiliares, mixtos y propios”

Rousseau, dando numerosos ejemplos, explica que un principado no debe depender de fuerzas auxiliares, pues estas dependen de la fortuna, y en algún punto podrían subyugar al príncipe, ya que sirven a otro. Por eso, se considera ejército propio a aquel compuesto por súbditos y miembros del principado, todo lo demás se considera de mercenarios, o auxiliar.

Capitulo XIV “De lo que debe hacer el príncipe en el arte de la guerra”

Maquiavelo es muy determinante de la posición del príncipe en cuanto al arte de la guerra: lo debe dominar. Y para ello explica que se necesita de una astucia mental y física, un conocimiento de la naturaleza, un estudio de antiguos grandes conquistadores. No se deben de tener los tiempos de paz como tiempos de ocio, sino se debe hacer el arte de la guerra, reforzando y mejorando, para que cuando se acabe el tiempo de paz, estén completamente preparados.

Capítulo XV “De aquellas cosas por las cuales los hombres, y especialmente los príncipes, son alabados o vituperados”

Maquiavelo es muy tajante en cuanto a decir que como se vive, no es como se debería vivir, y en esto explica su proposición para con los príncipes: aprender a no ser bueno y a cuando o no practicarlo.

Capítulo XVI “De la liberalidad y la mezquindad”

El príncipe puede ser liberal, o mezquino. La liberalidad comprende una inestabilidad, y es más difícil llevarla a cabo, ya que aquel que es liberal no lo puede ser por siempre, pues su liberalidad traerá consecuencias, a las que acabara siendo mezquino. En cambio cuando un príncipe es mezquino, tiende a ser más aceptado, aun por tenerlo por infame, pero las cosas funcionan, y aporta más que cualquier liberal.

Capítulo XVII “De la crueldad y la clemencia o si es mejor ser amado que temido”

El príncipe puede ser entendido por el pueblo de muchas maneras, pero lo principal se basa en 2 extremos, en un lado la crueldad, con la que eres temido, y por otro lado con la clemencia, con la que eres amado. Cualquier extremo es malo por su naturaleza, pues el amor es algo efímero que atiende a intereses personales, e infundir terror y crueldad injustificada levantara al pueblo. Maquiavelo opina que de tener que escoger, es mejor ser temido, pues el temor depende del príncipe, el amor de los súbditos. El punto ideal es ser temido y amado, siendo cruel cuando se debe, en un principio y justificadamente, siempre en pro de la unión, pero al mismo tiempo ser amado por otras virtudes.

Capítulo XVIII “De cómo los príncipes deberán mantener la palabra empeñada”

La realidad ha mostrado que quien no mantiene su palabra, y al contrario, aprovecha los engaños en su beneficio, es quien ha tenido mayor éxito. Por eso un príncipe debe simplemente aparentar buenas atribuciones, como la integridad, fe, religión pero realmente debe ser una persona vivaz, que aproveche las oportunidades aunque en ocasiones estén lejos de lo bueno, pero siempre en pro de él y su empresa.

Capítulo XIX “De la manera como se ha de evitar ser odiado y despreciado”

Maquiavelo expresa su punto de opinión basado en lo real, admitiendo que el hombre es malo. Para no ser odiado el príncipe deberá respetar la propiedad y vida de los súbditos, pues si este los ofende seguramente conspiraran contra él, y esta conspiración florecerá fácilmente.

En cambio, si el príncipe es amado, cualquier conspiración será muy dificultosa, y si se llegase a efectuar, prontamente se reprendería al conspirador.

Capítulo XX “Si las fortalezas y muchas otras cosas que a diario hacen los príncipes son ventajosas o inútiles”

Los príncipes no deben desarmar a todos los súbditos, pues esto sería una ofensa, debe más bien evaluar la situación, si es un nuevo reino, el que tengan armas constituye una amenaza si se es odiado, pero si es un reino establecido, se tienen que dar armas solo

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