Reseña y Opinión del libro “Por qué fracasan los países”

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Ahora bien, ¿cuáles son estas instituciones que hacen la diferencia entre la prosperidad y la pobreza? Como he ido mencionado, las instituciones que hacen dicha diferencia con las políticas y económicas, las cuales se dividen en “inclusivas” y “extractivas”.

Existe una fuente de sinergia entre las instituciones políticas y económicas. Unas instituciones políticas inclusivas darán lugar a instituciones económicas inclusivas y viceversa, al igual que instituciones políticas extractivas darán lugar instituciones económicas extractivas.

Las instituciones políticas extractivas, son aquellas que concentran el poder en manos de una sola elite que tiene el derecho de ejercer lo que quiera sin casi límite alguno, en este caso las instituciones económicas usualmente están estructuradas por esta misma élite que las construye de determinada manera en la que se pueda extraer mayor cantidad de recursos de la sociedad. Concentrado la riqueza en un pequeño grupo, la demás personas son pobres y en consecuencia, el país es pobre.

Las instituciones políticas inclusivas se caracterizan por la pluralidad que poseen los grupos que están en el poder, estos grupos, al tener un amplia gama de intereses no dejan que otro se apodere de todo el ejercicio y ponen limitaciones al poder, lo que hace que las instituciones económicas que construyen sean unas con amplia competencia entre varias (lo que obstruye la creación de monopolios, a diferencia de las económicas extractivas donde los monopolios son lo esperado) y con eso, fomentan lo que los autores llaman “destrucción creativa”, el reemplazo de lo “viejo” por lo “nuevo”, un proceso de innovación debido a la competencia en la economía (con varios incentivos para los trabajadores) que hace que el poder político este cambiando. Esa es la razón por la que los monarcas rusos, austriacos y otomanos hicieron todo lo posible para que las ideas y nuevos recursos que se crearon durante la Revolución Industrial no llegaran a sus tierras. Y actualmente, no se puede negar que el desarrollo tecnológico que fortalece ciertas partes de la industria y por lo tanto la economía, es una de las bases más fuertes para el avance o declive de un país; los países donde se tiene innovación son países que poseen mejores condiciones en tanto derecho como vida en general en esta era moderna.

Es común que las instituciones políticas extractivas le teman a esta “destrucción creativa” pues los sacaría del uso de poder, por eso mismo, la implantación de monopolios y el impedimento de nuevas ideas y tecnologías son los factores que la élite tiene que ejecutar.

Las instituciones políticas inclusivas se crearon en Inglaterra (un ejemplo muy recurrente a lo largo de todo el libro) debido a la Revolución Gloriosa, donde diferentes grupos de personas lucharon y obtuvieron como resultado una disminución de los poderes del Rey. Debido a la naturaleza pluralista de estas instituciones, que de acuerdo a la variedad de sus intereses, lograron un respeto a la propiedad privada (esencial para las instituciones económicas inclusivas) y el incremento de la destrucción creativa, fue que la Revolución Industrial dio paso. Algo parecido sucedió con Estados Unidos y Australia.

Para que las instituciones inclusivas se lleven con éxito, no sólo es necesario que haya un grupo pluralista en el poder, sino también que el Estado sea centralizado, es decir, que logre imponer orden para que se respeten los derechos, especialmente los de propiedad. De faltar esta centralización por parte del Estado, no se puede hablar de una política inclusiva, sino del caos originado por varios grupos peleando por el dominio del poder, como lo que sucede en Colombia y países de la África subsahariana. Por supuesto, demasiada centralización del Estado daría lugar a unas posibles instituciones políticas extractivas que crearían instituciones económicas extractivas, como sucedió en el caso de Venecia en la antigüedad. El límite entre ambas a veces es bastante tenue.

A lo largo de todo el libro, se dan varios ejemplos de países que tienen instituciones políticas y económicas inclusivas o extractivas. Así, teóricamente, lo único que se tendría que hacer para que un país pasara de la pobreza a la riqueza sería cambiar sus instituciones, pero es mucho más sencillo decirlo que hacerlo.

Como mencione antes, los círculos virtuosos (en el caso de las instituciones inclusivas) y los círculos viciosos (con las instituciones extractivas) hacen difícil el cambio de uno a otro, aunque no imposible. Japón logró romper con el círculo vicioso de sus instituciones y convertirse en uno de los países más prósperos actualmente, camino que más o menos se va mostrando en Corea del Sur; así como Venecia terminó convertida en un “museo” por su paso de instituciones inclusivas a extractivas.

Incluso puede ser, que el cambio de instituciones extractivas a inclusivas es de hecho mucho más complicado. ¿Por qué varios movimientos contra dictadores terminan “fracasando” debido a que las nuevas personas que ostentan el poder siguen con las mismas instituciones o hasta las fortalecen más? “La ley de hierro de la oligarquía”, nombre que le dan los autores, explica esto. Esta “ley” sólo supone el cambio de personas, pero no de instituciones, lo que lleva al país a estar de la misma forma o mucho peor. Casos como estos se siguen viendo hoy en día en África y América.

Entonces, si es necesario que haya respeto y garantía al derecho de propiedad privada para que un país pueda prosperar, ¿cómo es que países como la URSS y China actualmente, lograron un crecimiento acelerado cuando su modelo político prohíbe la propiedad privada? Estos son casos de crecimiento bajo instituciones políticas extractivas, donde el Estado da cierta cantidad de recursos al factor de la industria y crea una serie de incentivos básicos para que los trabajadores cooperen con las acciones realizadas en la industria, lo que lleva a un acelerado crecimiento económico, pero con las mismas condiciones para la clase que no sea la élite. Este crecimiento no puede durar mucho debido a que el mismo sistema político es el que obstruye la creación de incentivos para los trabajadores o los debilita, y porque su crecimiento es base de las innovaciones ya hechas, sin la intervención de la destrucción creativa. Todo esto lleva a un estancamiento del país, el crecimiento que se vio se detiene, y vuelve a su estado original de pobreza.

Cabe decir que el cambio de instituciones no se lleva de un día para otro. Para que Inglaterra fuera el país que se conoce ahora, pasaron no sólo años o décadas, sino hasta unos siglos para que sus instituciones se

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