Rosario Castellanos y Juan Rulfo.
Enviado por poland6525 • 11 de Marzo de 2018 • 1.904 Palabras (8 Páginas) • 670 Visitas
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Ser de río sin peces, esto he sido.Y revestida voy de espuma y hielo.Ahogado y roto llevo todo el cieloy el árbol se me entrega malherido.
y otros tantos como La velada del sapo (1952), Al árbol que hay en medio de los pueblos, Una palmera, Piedra entre otros.
Esta autora como gran parte de los poetas parece tener una biografía ‘trágica’ –si así se quiere llamar-, a temprana edad vivió la muerte de toda su familia mamá, papá y su pequeño hermano de siete años. Por lo que se vino una época difícil en su vida, pero esto no impidió que más tarde ingresara a la Universidad Nacional Autónoma de México donde se sumergió en el mundo de la filosofía y las letras. También estudió estética en la Universidad de Madrid y se dedicó a la docencia universitaria en distintas universidades del mundo.
A los 33 años se casó con el profesor de filosofía Ricardo Guerra, tuvo una hija que murió a los pocos días de nacida y tuvo una serie de abortos involuntarios. Estos sucesos tuvieron una gran repercusión en la obra poética de Castellanos, dando lugar a poemas como La vigilita estéril:
“(…)Todos los muertos yacen en mi vientre.Montones de cadáveres ahogan el indefensoembrión que mis entrañas niegan y desamparan.No quiero dar la vida.”
y a una numerosa lista de poemas en los que la muerte es un tema concurrido. Años más tarde, la poeta muere a los 49 años en un accidente doméstico al tocar una lámpara cuando salía de bañarse. A pesar de hacer un pequeño recorrido por la vida de esta autora, si se quiere conocer acerca de su vida desde su propia voz y mirada es preciso leer el poema Autorretrato (1972), pues en esta recopilación de datos biográficos ha sido como lo describe esta mexicana en Narciso 70 “si hablaban de mí, no recurrían más que al adjetivo neutro tras el que se ocultaba mi persona, mi libro, mi última conferencia.”
Al día de hoy, es considerada una de las primeras escritoras de Chiapas, es por ello que al lado de otras escritoras hispanoamericanas como Gabriela Mistral o Alejandra Pizarnik ha sido usada como símbolo por el feminismo, pues además de romper el paradigma de su época con su propia biografía al acceder a un mundo cultural privado para las mujeres también dedicó su obra ensayística, filosófica y poética al tratamiento de la situación de las mujeres en el mundo, en trabajos como Mujer sabe latín (1950) o su tesis magistral Sobre cultura femenina (1950), entre otros.
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Por todo lo anterior, no es de extrañar que google haya hecho un Doodle para recordar el 91 aniversario de su nacimiento. (Anexo imagen)
Esta autora hace parte de la Generación del 50 en la literatura mexicana, al lado de grandes escritores como el ingenioso Juan Rulfo (1917 – 1986) con el que Rosario comparte no sólo un periodo histórico, sino un mismo punto de partida pues crecen alrededor de un México rural e inevitablemente lo trasladan a sus obras.
Juan Rulfo, escribió sólo dos obras El llano en llamas (1953), una recopilación de diecisiete cuentos y una novela corta: Pedro Páramo (1955), que bastaron para que hoy día, como Rosario Castellanos sea considerado como una gran figura en la literatura latinoamericana.
Al igual que Rosario, la vida de Rulfo también se encuentra marcada por la muerte: el asesinato de su padre (en ese entonces Rulfo tenía apenas ocho años), dos años más tarde la muerte de su madre, sus tíos y abuelo paterno. Quizá por ello, en la obra de este mexicano la muerte también fue un tema concurrido en su narrativa, en Talpa con la frialdad con la que se narra la muerte de Tanilo, en ¡Diles que no me maten! y especialmente en el cuento Luvina con el pueblo de muertos que están vivos “un lugar moribundo donde se han muerto hasta los perros y ya no hay ni quien le ladre al silencio”. Junto con la muerte, la soledad es otro de sus ejes temáticos y es que entre las preocupaciones comunes de los hombres, no sólo de los poetas o de los mexicanos (como dice Paz), sino para todos están ambas variables: muerte y soledad, y en ellos reposan nuestras angustias, nostalgias y rupturas. La soledad en la obra de Rulfo se puede ver reflejada en la técnica literaria con el uso de monólogos interiores, en la construcción de personajes que se encuentran en una continua introspección y en la atmósfera de sus cuentos, lugares apartados y solitarios, donde anida la tristeza. Para ejemplificarlo veamos estos dos fragmentos de Luvina:
“San Juan Luvina. Me sonaba a nombre de cielo aquel nombre. Pero aquello es el purgatorio. Un lugar moribundo donde se han muerto hasta los perros y ya no hay ni quien le ladre al silencio; pues en cuanto uno se acostumbra al vendaval que allí sopla, no se oye sino el silencio que hay en todas las soledades. Y eso acaba con uno. Míreme a mí. Conmigo acabó. Usted que va para allá comprenderá pronto lo que le digo.”
“Mientras tanto, los viejos aguardan por ellos y por el día de la muerte, sentados en sus puertas, con los brazos caídos, movidos sólo por esa gracia que es la gratitud del hijo... Solos, en aquella soledad de Luvina.”
Otro punto en común en la temática entre Castellanos y Rulfo: la condición del hombre en el mundo. Además de esto, ambos autores comparten una mirada crítica hacia los problemas socioculturales de México, cada uno desde su biografía y sus particularidades: Castellanos sobre el feminismo y Rulfo sobre la injusticia social, la violencia y marginación de la población campesina.
Por otro lado y para finalizar, con lo que respecta al lenguaje que estos mexicanos usan en sus obras se puede describir como un lenguaje sencillo, simple y eficiente, aunque con una diferencia fundamental pues Rulfo en su obra usa ciertos registros dialectales típicos de la población campesina Mexicana para situar a sus personajes espacio-temporalmente, mientras que Castellanos simplemente usa su propio lenguaje con fines autoexpresivos.
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