Rosario CASTELLANOS.
Enviado por Mikki • 3 de Marzo de 2018 • 929 Palabras (4 Páginas) • 455 Visitas
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Presencia poema que forma parte de su poemario Lívida luz es en el que más puntualmente se puede identificar esto que llamé y han llamado angustia existencial.
Rosario Castellanos sabe que no puede combatir, no puede derrotar a la muerte. La acepta como un hecho natural, cotidiano, al que todo ser humano está condenado.
[POEMA]
Presencia, se conecta con el pensamiento de Nezahualcóyotl, dos entes que comienzan a aceptar su mortalidad, la cual no tiene remedio y de la cual entienden no hay preferencia, a todos nos llega por igual: “Nadie verá la destrucción. Ninguno / recogerá la página inconclusa.”, vivimos lo que tenemos que vivir, pero a pesar de ello se busca trascender de alguna forma, a través del recuerdo de nuestros actos que produzca esa presencia no-carnal.
Castellanos teme que se olviden de ella, no quiere ser una sombra, un cuerpo sin peso, un nombre olvidado, quiere transcender y sólo aceptado su muerte, su destino le parece puede ser eterno.
La muerte es soledad, pero la muerte de un poeta es mucho más solitaria, muere sin sus palabras, éstas se quedan aquí en la tierra para los que continuamos, sus palabras cumplirán como el sustituto de su cuerpo, y éstas prevalecerán por la eternidad. “Y sin embargo, hermano, amante, hijo / amigo, antepasado, / no hay soledad, no hay muerte / aunque yo me olvide y aunque yo me acabe.” Castellanos escribe para existir, sus palabras no únicamente con la finalidad de exorcizar sus demonios y acabar con sus miedos.
La existencia es algo inexplicable, que a veces causa pavor, espanto, angustia.
En Livida Luz, la voz interior de Castellanos emerge y domina estas letras, ahondando en asuntos como la muerte y la soledad. En el Nocturno de Lívida luz nuevamente hace presencia su angustia y se pregunta, ¿por qué hemos llegado aquí?
Las palabras de Castellanos son luz que iluminan a quien los percibe. No hay nadie que nos pueda contestar tales preguntas; el humano supone, sólo meras suposiciones.
Finalmente, Rosario Castellanos valora la muerte y ama la vida, su aceptación y amor comienza por ella misma, su poesía la prepara a la inminente muerte; no la destruye, sino la obliga y enseña a vivir con ese sentimiento de impotencia al no poder hacer nada ante ese su fin y el nuestro. Su poesía como un escape la deja librarse de lo que más pesa en su cuerpo traduciendo su dolor, su soledad, su amor y todo pensamiento; acabando de a poco con su angustia.
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