Los monstruos internos en “La muñeca menor” de Rosario Ferré
Enviado por Antonio • 27 de Octubre de 2017 • 1.397 Palabras (6 Páginas) • 1.614 Visitas
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Tanto la chágara, la muñecas, la tía y la simbiosis de la última muñeca con la sobrina menor (de ahí el título de la historia: La muñeca menor) son elementos de ficción brillantemente manipulados con una semiótica compleja. El más notable de todos los símbolos es la chágara en sí, que es una maravillosa alegoría de la libertad coartada mediante la represión y las estructuras atávicas de la sociedad patriarcal del mundo latinoamericano en el destino de la mujer. Cuando la tía Vieja se sumerge en el río y siente la picadura letal del crustáceo, es el fin de su libertad. Este parásito insólito (e imposible en la vida real) se transmuta virtualmente en un grillete que captura para siempre su albedrío existencial. La chágara es un avatar de la voluntad del hombre dominante que ata a la mujer a una vida sedentaria en el hogar, el espacio donde habrá de llevarse a cabo su única función posible: la función reproductiva.
Una vez inmovilizada, para la tía entonces sobreviene el eterno proceso de la elaboración de las muñecas: al principio repetitivas y rudimentarias, luego estilizadas y refinadas. Cada muñeca, una por año para cada sobrina, directamente proporcional al modelo, hasta llegar a la última muñeca. Las muñecas son una representación alegórica de la educación, los valores, creencias y arquetipos que han sido inculcados en el subconsciente de la tía y que esta a su vez traspasa a sus sobrinas como legado o parte de la crianza que les da durante su estadía en la casa de la familia. Como indica Angela Martín en su brillante estudio de esta pieza literaria, las muñecas representan, como un regalo, la advertencia que hace la tía a sus sobrinas a cerca de la aceptación y resignación de las estructuras de poder absoluto del varón como algo que hay que aceptar y acatar inevitablemente. La chágara representa represión y dominio pero también, según Martín, la frustración, el coraje, amargura de la mujer al ser reprimida y delimitada al estado de ser un objeto decorativo. Y la muñeca final es el conocimiento y advertencia que ella como tutora da a las niñas acerca de la manipulación patriarcal de la mujer, conocimiento que eventualmente les puede devengar como agente de cambio positivo en sus vidas. (Martín, 2010)
En “La muñeca menor” de Rosario Ferré el monstruo habita dentro de su huésped, en el que tiene un crecimiento multitudinario y su existencia está fomentada por el ente represor, que también es el varón, en situación de ventaja social. Ese monstruo interno es parte de ese miedo, que era infundido e inculcado a las mujeres para mantenerlas en posición de total sumisión social. Presenta una faceta, monstruosa, de la sociedad puertorriqueña de antaño, temática que también tiene alcance universal. Es un fascinante relato que todo estudiante universitario puertorriqueño debe leer puesto que evoca una ingeniosa alegoría antropológica, sociológica e histórica sobre la evolución de la situación femenina en el trascurso histórico en nuestro país durante el siglo pasado. El posicionamiento social para la mujer que se plantea en el relato ya en nuestro momento ha cambiado bastante, no obstante aún las luchas feministas no han culminado para el logro de la total igualdad. Los monstruos, aunque tal vez diferentes, acaso todavía habiten en el fuero interno de las mujeres que aún viven reprimidas.
Obra citada:
Martín, A. (2010). Rosario Ferré's "La muñeca menor": Fantastic Gendered Space. Florida Atlantic Comaprative Studies Journal , 39-62.
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