Simbad el marino.
Enviado por Kate • 3 de Mayo de 2018 • 2.037 Palabras (9 Páginas) • 751 Visitas
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Simbad el Faquín, cansado de llevar mercancías, se sienta para descansar en un banco a las puertas de la casa de un rico comerciante. Allí se queja a Alá por la injusticia de un mundo que permite a los ricos a vivir en la facilidad mientras que él debe trabajar y, sin embargo, sigue siendo pobre. El propietario de la casa, que resulta ser Simbad el marino, lo escucha, y decidido a explicarle que no todo fue tan fácil, empieza a contarle cómo se hizo rico en el curso de siete extraordinarios viajes donde sufrió todo tipo de calamidades y fortunas. Al terminar cada narración, Simbad entrega a su pobre invitado varias monedas de oro y le anima a volver al día siguiente para escuchar el siguiente viaje
Primer viaje:Simbad cuenta que cuando joven murió su padre y le dejó una fortuna que mal gastó rápidamente. Sin embargo, juntó lo poco que le quedaba y decidió embarcarse en el Puerto de Basora para venderlas. Recorrieron varias islas, pero en una ellas se quedaron a comer. De pronto la isla comenzó a moverse, pues no se habían dado cuenta que era el lomo de una ballena. No logró llegar al barco y naufragó por 2 días gracias una gran viga que lo salvó. Llegó a una diminuta isla que tenía agua y frutas para alimentarse. No vivía nadie en esa isla. Un día vio una vela, y logro que lo vayan a socorrer. Algunos lo reconocieron y después de felicitarlo por haberse salvado, el capitán le devolvió sus bultos. Al llegar a Bagdad, los vendió y obtuvo una gran fortuna, por lo que vivió cómodamente.
Segundo viaje:Simbad decidió salir a la mar a vender junto a otros mercaderes. Al llegar a una isla solitaria para comer, Simbad se quedó dormido y al despertar se dio cuenta que todos se habían ido. Se sintió muy solo y temeroso. En eso, se subió a un árbol y descubrió que había una gran bola blanca cerca de él. Más tarde se dio cuenta que era un huevo. Al llegar la puesta de sol apareció una gran ave llamada Roc que era capaz de llevar hasta elefantes pequeños. Al posarse en el suelo, Simbad se ató a una pata del ave por medio de su turbante y al amanecer el ave se echó a volar y lo sacó de la isla desierta. Sin embargo, lo dejó en un lugar difícil de salir por lo escarpado que era. Se dio cuenta que estaba en el valle de los diamantes, lleno de serpientes gigantes que acechaban por todas partes. Cuando encontró un lugar seguro, se tiró a dormir, pero fue despertado por algo que cayó cerca de él. Eran inmensos trozos de carne fresca que los mercaderes tiraban para que las águilas las sacaran con diamantes adheridos a ella. Simbad recogió la mayor cantidad de diamantes que pudo y los colocó en una bolsa y se amarró con su turbante a un gran trozo de carne. Se colocó boca abajo hasta esperar que un águila lo sacara de ahí.
Fue así, como un ave lo llevó hasta la cumbre de la montaña donde está su nido, pero los mercaderes espantaron el águila y Simbad pudo ser salvado.
Todos quedaron sorprendidos de la habilidad y valentía de Simbad. Con grandes diamantes que había recogido, atravesó las montañas para tomar un barco hacia isla de Roha donde vendió los diamantes. Regresó a Basora y luego a Bagdad, donde vivió en la abundancia producto de las ganancias que obtuvo.
Tercer viaje:Simbad decidió hacer un tercer viaje porque no se acostumbraba a estar solo. Llevó mercaderías de Egipto al puerto de Basora. Después de varios días les vino una tempestad. El capitán del barco decidió refugiarse en una pequeña isla sabiendo que estaban habitadas por enanos salvajes. De pronto una inmensa cantidad subió abordo y los atacaron obligándolos a ir a la playa. Los llevaron a un palacio donde vivía un gigante negro que tenía un solo ojo, dientes largos y afilados y unas uñas parecidas a las garras de un pájaro. En ese instante agarró al capitán del barco y se lo comió. Luego se quedó dormido hasta el amanecer hasta que se marchó. Simbad y sus amigos decidieron construir un bote para arrancar de ese lugar, pero al llegar la noche llegó el gigante y se los llevó de vuelta al palacio. Se comió a otro compañero y volvió a quedarse dormido. Nueve compañeros, incluyendo a Simbad, introdujeron en el ojo del gigante un fierro que lo había dejado al rojo en el fuego. El gigante, entre gritos trató de atraparlos, pero al no poder se fue del palacio. Simbad y sus amigos volvieron a los botes que estaban construyendo y decidieron salir al amanecer, sin embargo cuando estaban saliendo llegó el gigante con otros similares y tirando grandes piedras destruyeron todos los botes, salvo el que viajaba Simbad. Él y dos amigos más llegaron y una isla agradable. Comieron fruta y se pusieron a dormir. Unos pescadores los recogieron y los llevaron a la Ciudad de los Monos.
El dueño de la barca le entrego una bolsa, él la lleno de guijarros, junto a otros hombres le lanzaron las piedras a los monos, quienes respondieron lanzándoles cocos. Juntó los cocos, vendió algunos y otros los almaceno para llevárselos, en una gran nave que justo pasaba por la ciudad. En cada isla que se detenían, Simbad, cambiaba los cocos por otras mercancías. Simbad vendió las mercaderías reuniendo una gran fortuna. Entonces, volvió a Bagdad.
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